Más allá del caudal de críticas y repudios que generó en el estado y
en los medios nacionales la reforma a la ley orgánica de la Procuraduría
de Justicia estatal, el gobernador Mario López Valdez debe estarse
preguntando porqué, de un día para otro, amaneció situado en un
escenario que, por lo visto, no había previsto.
Debió pensar, por muchas razones, que el entablado del poder se le
empezaría a mover desde que atraparon en Mazatlán a Joaquín Guzmán
Loera, el Chapo. Y esto tuvo que haberlo confirmado cuando el presidente
Enrique Peña Nieto, durante una visita a Mazatlán, jugó con la sucesión
al decir que cada vez que venía a Sinaloa David López, varios políticos
se ponían inquietos, y, dirigiéndose al gobernador, le dijo, mirándolo,
que “no mate esperanzas”.
Como nunca en la historia política de la entidad, los tiempos de un
gobernante se habían agotado apenas al iniciar la segunda parte de su
mandato. Sin asideros sólidos en el PRI, enfrentado en muchos círculos
del panismo que lo llevó al poder y rodeado por un equipo que no supo o
no quiso aprender a gobernar, Malova se ha estado quedando infinitamente
solo.
Llama la atención, en esta vorágine de críticas que despertó el
artículo 51 bis, la actitud del diario El Debate, que en una semana
llevó el tema en la portada, con siete cabezas principales, incluida una
con declaraciones de Manuel Clouthier Carrillo, uno de los dueños del
diario Noroeste.
De cualquier medio se entendería, pero no de aquel que ha ido de la
mano del gobernador por más de cuatro años, si se consideran los tiempos
de campañas en 2010. Y que ha lucrado con esa relación, al grado de
haber sido uno de los grandes beneficiarios de ese estilo tan peculiar
de Malova para armar su gabinete, basado en “cuotas” y “cuates”, incluso
para escoger proveedores.
Es normal que los gobernantes empiecen a perder el poder antes de
irse. El oportunismo de la clase política ha sido sabio en esta lógica
que ha acompañado a los hombres del poder desde que se inventaron las
sucesiones. Lo que es atípico en el caso de López Valdez, es que le esté
ocurriendo a la mitad del camino.
Esto le quitará, sin dudas, capacidad para maniobrar en dos procesos
cruciales para su gobierno: las elecciones federales del año entrante y
las locales de 2016, cuando tengan que renovarse la gubernatura, las
presidencias municipales y el congreso local. Sobre todo para este
proceso, Malova llegará prácticamente solo, sin asideros importantes y
con una opinión pública adversa, a niveles que solo cultivaron, a su
paso, los ex gobernadores Antonio Toledo Corro y Juan Sigfrido Millán
Lizárraga.
Sin embargo, el problema no solo es de él, sino de los sinaloenses.
En esta misma edición publicamos un trabajo sobre el nivel de la
economía de la entidad, que no solo no despegó bajo el Gobierno del
“cambio”, sino que ha caído en varios de sus rubros. Y ya no hay que
albergar esperanzas de que las cosas se modifiquen. No mejora la
economía internacional, Estados Unidos tardará lustros en recuperarse y,
en parte por ello, las expectativas de crecimiento de nuestro país
también han bajado.
El único rubro donde Sinaloa ha crecido y tiene un futuro promisorio
es el del turismo, a condición de que los empresarios del ramo sepan
capitalizar el potencial que les brindó la autopista Mazatlán-Durango y
no terminen pandeando el becerro antes de que la vaca encargue. Y esto,
también hay que decirlo, no es mérito del Gobierno estatal, que apenas
empieza a recuperar parte del arribo de cruceros que se retiró debido a
los problemas de violencia en el puerto.
Así, a un estado estancado en lo económico, agobiado por la
violencia, saqueado en sus recursos por la corrupción que impera en la
administración, torpe en sus decisiones, hay que sumarle un gobernador
sin fuerza moral, señalado de pusilánime y, ahora también, abandonado
por sus “cuates”.
Bola y cadena
PERO MALOVA SERÁ MALOVA, eso no tiene remedio, por eso nadie debe albergar la esperanza de que los 29 meses que le restan en la gubernatura pueden ser mejores. Primero dijo que el artículo 51 bis fue un error de redacción y luego admitió que no le incomoda ser el único gobernador que ha unificado a los medios de comunicación, pero en su contra. En realidad a López Valdez no le incomodan muchas cosas. Un día después de que atacaron una de sus ferreteras en Mazatlán, donde murieron dos de sus empleados, bailó con una señora en un evento de Escuinapa. Y eso es lo que ha hecho siempre desde que llegó al poder y que dibujan a un político frívolo que no supo nunca, ni quiso saberlo, qué significa gobernar.
Sentido contrario
HABRÁ QUÉ VER LO QUE PASE en el congreso estatal con esta burrada que cometieron, porque algo habrán de preguntarse las fracciones; si el PAN seguirá pensando que cogobierna a pesar de que ya no tiene ninguna secretaría ni posición importante en la administración. Y el PRD, que no asimilaba todavía la “quemada” con la suspensión de la cuenta del FOFAES —administrada por un perredista—, cuando se montaron en esta sandez. También veremos cómo actúa Héctor Melesio Cuen, quien se acababa de apuntar para la gubernatura. Y del mismo PRI habrá qué ver cómo cordelea el pez, una vez que éste ha mordido la carnada.
Humo negro
MUY LOABLE LA REACCIÓN de medios y periodistas ante la felonía del Gobierno y del Congreso. Ahora también sería plausible que muchos de los que protestaron sepan para qué sirve la libertad de expresión. Y la ejerzan.
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