La Viña del Señor
Desde
hace rato el alcalde Otto Claussen Iberri, tiene puesto el ojo en el
PRI porteño. Sus cálculos le indican que es necesario apoderarse de su
estructura como estrategia que lo lleve a controlar –o al menos influir—
en la designación de candidatos en la justa comicial venidera y en ese
afán no ha estimado esfuerzos, ni recursos, y si estos han sido legales o
ilegales no importa si el proyecto familiar lo amerita.
Por
ejemplo, echó toda la carne al asador para imponer en el FJR como
dirigente a la hija de Víctor Pérez Ascolani y sobrina de la regidora
Mireya Acuña y como su segundo de a bordo al titular de la Profeco
Eduardo Gaxiola, jr. y para ello se implementó sin rubor un operativo
policíaco, con uso de patrullas y elementos de la corporación.
Después,
metió mano en llevar al frente de la CNOP a su director de la
Inmobiliaria Municipal, el Gato Bárcenas, un tipo sin militancia
partidista, ni experiencia en las lides políticas.
Ahora,
en reciente jugada, sacó a Manuel Ibarra, de la tesorería de la comuna y
lo mandó a agenciarse la presidencia del comité directivo municipal del
PRI, en sustitución de Susana Corella Platt, una dama identificada con
el grupo del exalcalde Antonio Astiazarán Gutiérrez, igual que su
antecesora en el cargo Lorena Garibay Ulloa.
Si
bien es cierto que el PRI obtuvo carro completo en 2012, ahora la
coyuntura será diferente, cuando el PAN en el gobierno estatal ha
desplegado tácticas de avasallamiento en su contra y en donde el poder
mediático de ambas fuerzas será vital.
Gobierno sectario
Sin
embargo, si esperaba que sería terso el arribo de “su gallo” y con esa
maniobra tomar las riendas del expartidazo sin broncas, al parecer se le
está haciendo bolas el engrudo, cuando empieza a permear diversa grilla
entre las tribus tricolores, dejadas de lado por la soberbia tanto del
Toño como del actual alcalde, a quien en su momento le reclamaron por la
inclusión en su gobierno de funcionarios golondrinos ajenos al partido y
por haber dejado de lado probados militantes del puerto.
Uno
de los más señalados en esa ocasión fue su mega-asesor para asuntos sin
importancia Miguel Pilo Gaspar, a quien lo menos que le espetaron es
que hacía en Guaymas siendo de Empalme.
Asonada interna en puerta
Si
su tendencia a gobernar sin el PRI ha sido la principal característica
de la administración germana, ahora las quejas empiezan a aflorar por
esa forma de gobernar sectaria, y que el partido habrá de resentir en
las próximas elecciones.
Como
cabeza de la asonada que sacude al exinvencible local puede ubicarse al
Chimpitas Germán Uribe Corona, quien mece la cuna, como lo hizo hace
tres años y busca moverle el tapete al Otto. “Lo que quiere es
asegurarle una regiduría a uno de sus incondicionales en el futuro
cabildo” dicen los malpensados. También Manuelita Ojeda Amador se ha
mostrado contrariada ante la imposición del líder priísta.
Si
en 2009 Uribe, trató de definir las candidaturas panistas, cuando
Alfredo Ortega López, era su candidato para la alcaldía y en 2012 pudo
aglutinar alrededor suyo y para su causa a gentes como Marco Antonio
Cachorro Ulloa Cadena, Carlos El Bebo Zataraín González, Pedro Romano,
José Luis Marcos Léon Perea, Jesús Fajardo Valenzuela y otros, al final
se quedó solo y enfrentado con el grupo del Toño, a quien por todos los
medios trató de sacar de la carrera electoral, sin lograrlo. León Perea y
Fajardo negociaron lo suyo y abandonaron sin pudor la rebelión
uribista. El Cachorro renunció al PRI y buscó una candidatura por la
izquierda. El Bebo por su parte aseguró chamba allá en el centro y puso
tierra de por medio.
Ahora,
se comenta en los pasillos priístas, se busca impugnar el proceso
sucesorio, como forma de meter presión, llegar a una negociación y
asegurar posiciones.
Sin
proyecto político visible y sin miembros destacados en su entorno, el
Chimpitas, a quien se ha mencionado como posible tirador a la curul
federal, podría terminar “chillando en la loma” como otras tantas veces.
Su falta de seriedad y el hacerse el aparecido en tiempos de pizcas
electorales han dado al traste con su intención de venderse como todo un
político profesional y en el pecado ha llevado la penitencia.
Negada
la democracia interna, con una imagen pública no muy aceptable y
quebrada su hegemonía en el municipio desde 1991, el PRI este 2015
deberá enfrentar el reto de convencer de que a pesar del desgobierno de
Otto Claussen Iberri, es capaz de ofrecerse como todavía una opción
política viable.
Ya se verá…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA LA VIÑA DEL SEÑOR/ Viernes, 25 de Julio de 2014 11:53)
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