MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- “Donde hay amor, hay
familia”, se leyó en un letrero que dos mujeres de la comunidad gay de
Durango tomadas de la mano y acompañadas de su hijo pequeño, trajeron
hasta la Ciudad de México para levantar su bandera arcoíris y, entre
miles, exigir el respeto jurídico y social a su manera de vivir.
Iban entre las más de 60 mil personas que participaron en la XXXVI
Marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti,
Transgénero, Intersexual (LGBTTTI) que recorrió el Paseo de la Reforma,
Juárez y 5 de Mayo hasta llegar al Zócalo capitalino.
A los participantes se sumó un grupo que llevaba un mensaje para los
panistas de Nuevo León: “Su sistema de creencias no debe estar por
encima de la ley o de nuestros derechos, respeten la Constitución y
nuestro derecho a decidir. No somos moda, somos humanos”.
También se alzaron mantas y carteles que exigieron la disolución de
la Comisión de la Familia y el Desarrollo Humano, recién aprobada en el
Senado de la República y presidida por el panista José María Martínez.
“No hay heterosexuales, no hay bisexuales, no hay homosexuales, sólo
hay personas que aman a otras personas”, decía una manta llena de
flores. Había una más que defendía el “Poliamor, porque amar puede ser
asunto de más de dos”. Y los más que de viva voz, gritaban: “No que no,
sí que sí, ya volvimos a salir”.
En la marcha gay, como mucha gente la conoce, hubo familias enteras
que apoyaron la manera de ser de sus hijos e hijas. “Para la
discriminación no hay razón, estoy orgullosa de ustedes. Mamá Coco”,
decía la cartulina que traía una mujer ya entrada en años en la avenida
Juárez. Su hija y su yerno fueron a apoyar a su nieto gay.
Para otra mujer, ver pasar a los hombres vestidos de ángeles, reinas,
con maquillaje, pelucas y zapatillas, le hizo recordar a su hijo. “Él
era de ellos, le gustaba, pero hace dos años me lo mataron”, dijo y
continuó viendo el desfile acompañada de su hija, su esposo y sus dos
nietos.
Al paso del contingente, hubo algunos carteles que repudiaban la
discriminación y la violencia que a estas alturas del siglo aún persiste
en contra de la comunidad LGBTTTI. Hubo otros que exigían el derecho al
aborto “libre y gratuito en todo el país”.
En los discursos iniciales dieron el visto bueno a la iniciativa que
ayer anunció el jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, para
facilitar el trámite administrativo del cambio de identidad de las
personas transgénero.
La ¿fiesta?
Salieron al mediodía desde la Glorieta del Ángel de la Independencia.
Con algunos carros alegóricos, los organizadores trataron de animar el
contingente. Pero, a diferencia de los años anteriores, esta vez la fila
multicolor lució poca alegría, poco baile, poca música, poco
entusiasmo… y poca organización.
Incluso hubo algunas denuncias de que uno de los organizadores estaba
cobrando cierta cuota para poder participar con carros alegóricos en el
contingente, aun cuando días antes, el gobierno capitalino aclaró que
todo el evento sería gratuito.
Las numerosas batucadas brillaron por su ausencia. Faltó la música,
los silbatos, los cantos y el relajo característico de esta marcha que
mucha gente y empleados salen a ver.
Un grupo de mujeres se quejó de que en las tiendas no les vendían
alcohol “para la fiesta”. Otras más previsoras, llevaron sus botellas de
whisky en sus mochilas que iban mezclando en botellas de refresco.
“¡Eeeeehhhh viejaaaasss!”, gritaba un contingente imitando a su modo
las manos y el grito tan de moda en los partidos de futbol de la
selección mexicana. Uno, dos, tres… ocho y echaban a correr en la calle 5
de Mayo con el griterío que retumbaba entre los edificios.
Al llegar al Zócalo, justo enfrente de la sede de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, el máximo recinto de la justicia del país, se
presentaron varios shows travestis con uno de los himnos ya conocidos de
la comunidad LGBTTTI: “A quién le importa lo que yo haga…”
Bloque rosa
Este año, la comunidad lésbico-gay anarquista también participó en la
marcha. Con el rostro cubierto con máscaras y paliacates rosas y
mujeres con el torso desnudo, arremetieron contra el edificio del Senado
de la República. “¡Preparen, apunten, huevos!”, gritaban y aventaban
globos con pintura rosa y morada. También prendieron algunos fuegos
artificiales.
Eran representantes de al menos 11 organizaciones anarquistas como
Bloque Rosa, Colectiva de Gafas Violetas, maricas Antiespecistas,
Colectivo Anarcoqueerm y Puta Colectiva, entre otras. A su paso, algunos
fueron pintando grafiti en los parabuses.
Al llegar al Hemiciclo a Juárez, a donde también aventaron pintura
rosa que manchó a uno de los leones, leyeron un manifiesto en el que
exigieron la aplicación de justicia en los homicidios de Edgar Sosa,
defensor de los derechos sexuales, y de Agnes Torres, activista
transexual en de Puebla, así como en el caso de Yakiri Rubio, procesada
por asesinar a su agresor sexual.
A lo largo de la marcha gritaron consignas como “anarquía sexual,
anal y vaginal”, “sin maricones, no hay revoluciones”, “a defender la
anarquía y organizar la rabia” y “la jotería también es rebeldía”.
La marcha ocasionó cierres viales que desquiciaron el tránsito en la
ciudad, y a muchos ciudadanos y turistas que no pudieron usar el
transporte público.
Pero eso, a muchos de los participantes no les importó. Total, decían, “es nuestro día”.
/28 de junio de 2014)
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