Ciudad Victoria,
Tamaulipas ─ La mitad de los policías estatales y municipales examinados han reprobado los
exámenes de control de confianza en Tamaulipas debido a que se les han
descubierto ligas con el narcotráfico o adicciones, reveló Lidia Rivero,
coordinadora académica del Centro Estatal de Evaluación y Control de Confianza
(C3).
"Hay un
porcentaje muy alto de reprobación", admitió en entrevista con MILENIO, la
primera que da a cualquier medio debido a consideraciones de seguridad que le
han mantenido alejada del público por un año, desde que tomó el cargo. "Definitivamente
—dijo en una oficina de ubicación reservada— hablamos de que la mayoría es por
vínculos con el crimen organizado o drogas".
—¿Cuántos?
—De 40 a 60 por
ciento.
Agentes
ministeriales, policías estatales y de tránsito. Decenas han sido dados de baja
por colaboracionismo en meses, al profundizar la administración de Egidio Torre
en una operación limpieza que busca depurar a una policía profundamente tocada.
Tan solo en marzo, 58 por ciento de los municipales evaluados —408— fallaron en
sus pruebas. Marginalmente, los estatales tuvieron mejor desempeño: solo 213
reprobaron.
Con una guerra
descarnada recorriendo el estado, el gobierno tamaulipeco ha reaccionado
imprimiendo un apretón al proceso de control de confianza, acelerando los
exámenes a las policías estatales y municipales en busca de infiltrados y
soplones. Los ha encontrado. Es una limpieza que ha hallado topos de uno u otro
grupo en todos los niveles y cuerpos.
La penetración se
hizo más que evidente hace poco. El 6 de mayo pasado, el recién designado jefe
de investigaciones estatales, Eduardo de Haro —un coronel del Ejército con
menos de un mes en el cargo— fue asesinado en una emboscada tendida por sus
propios agentes, hecho que se vincula a las indagatorias que había lanzado
sobre la penetración del crimen organizado en la Dirección General de Tránsito
de Ciudad Victoria.
Esta última, a su
vez, había perdido a una veintena de agentes no mucho antes: habían sido
detenidos por trabajar para uno de los bandos criminales que pelean el estado,
haciendo las veces de halcones en las calles de la capital tamaulipeca.
De los asesinos de
Haro, tres resultaron ser policías acreditables que lograron eludir los
controles de confianza de alguna forma. El gobierno estatal les envío directo a
la Seido, en la Ciudad de México, para que pasen a proceso de interrogación
profunda. Y quizá delaten a más colaboradores.
Mientras eso da
frutos, los exámenes en busca de topos siguen a ritmo frenético. Rivero, pieza
clave en el proceso de depuración con el que Tamaulipas busca revertir años de
deterioro institucional, detalla que todas las semanas centenares de agentes en
activo acuden al C3 para ser examinados. Pero en el trayecto los examinadores
se han encontrado con otro problema: los faltistas. Policías que simplemente no
se quieren hacer el antidoping, la prueba del polígrafo, el examen
socioeconómico.
"Cada mes
traemos un promedio de 100 efectivos que nos afecta la capacidad de atención.
Algunas instituciones nos llegan a justificar su falta porque o están
comisionados o están de vacaciones o se encuentran trabajando", dijo.
—¿Y los que no están
comisionados o enfermos o trabajando?
—Si hay una falta
que está justificada con mucho gusto se le reprograma. Y si no, la institución
asume lo que por derecho corresponde.
Es decir, el cese.
***
—¡Cabo tal y tal!
–grita una doctora.
—¡Presente!,
responde un agente, que con paso decidido ingresa a un cubículo. Quizá no sabe
que le sacarán sangre y que en algún momento del día será sometido a una
batería de preguntas diseñadas para hacerle revelar sus convicciones más
personales. Y que si se equivoca, irá literalmente a la calle, marcado como un
colaborador.
Parecido a un barco,
el C3 es un edificio aséptico, frío, muy distinto al trópico tamaulipeco que
arde fuera de sus puertas de cristal. Es un laberinto de cubículos recién
alfombrados vigilado por incontables cámaras ocultas y visibles. La mayoría de
las examinadoras, laboratoristas y doctoras son mujeres jóvenes, de entre 20 y
30 años y cabello recogido. Su talante es sumamente serio.
El ambiente estéril
e impersonal, de oficina de dentista, casi, no oculta que la maquinaria de
investigación interna del gobierno tamaulipeco va a marchas forzadas en su
cacería de traidores. Según estima Rivero, Tamaulipas se adelantará por mucho
al límite fijado —octubre— para haber investigado ciento por ciento de las
policías del estado.
"Tendremos
ciento por ciento en junio próximo", pronosticó.
ARRAIGAN A 10
-Un juez ordenó el
arraigo por 40 días de 10 policías de Ciudad Victoria, Tamaulipas, quienes
presuntamente ayudaron a que el jefe de Investigaciones de la Secretaría de
Seguridad Pública de esa entidad, Salvador de Haro Muñoz, fuera emboscado y
asesinado la semana pasada.
-Funcionarios de la
PGR indicaron que el mandato fue solicitado por la Seido, para abundar en la
indagatoria sobre este caso.
-Aclararon que la
PGR no tiene ni ha ordenado detener a José Manuel López Gijón, ex jefe de
escoltas del gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre.
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ Milenio/ 13 DE MAYO 2014 | 15:12)
No hay comentarios:
Publicar un comentario