En
una nueva versión del magnicidio de Luis Donaldo Coloso, el periódico
El Universal publicó una entrevista con los padres de Mario Aburto
Martínez, asesino confeso del candidato del PRI a la presidencia de la
República en 1994.
Rubén
Aburto y María Luisa Martínez viven exiliados en Los Ángeles,
California y guardan celosamente las conversaciones telefónicas con su
hijo, grabadas en decenas de casetes. No lo han visto en los últimos 20
años, desde su reclusión en los penales de Almoloya de Juárez y después
en Huimangillo, Tabasco. De hecho, en los últimos dos años sólo han
recibido dos llamadas de su hijo.
En
las grabaciones, Mario Aburto insiste en que las autoridades utilizaron
a otra persona que se parecía a él y que lo llevaron a la PGR en
Tijuana:
“A
mi madre le demostraron (sic) a una persona que se parecía a mí, que
llevaba pantalón café, chamarra negra con hombreras, pelo chino y de
estatura diferente, moreno claro y estaba todo golpeado, y creo que
estaba hasta fumando”.
Incluso, Mario Aburto enumera estas diferencias:
“Primero, mi madre dijo que ese no era su hijo;
Segundo, mi chamarra no tenía hombreras;
Tercero, yo no tengo el pelo chino;
Cuarto,
mi estatura es de 1.70 y no tengo 30 años tenía 22 años y los primeros
informes reconocieron que la otra persona tenía aproximadamente de 28 a
32 años;
Cinco, yo soy un poco güerito;
Seis, yo jamás en mi vida he tomado ni fumado;
Siete, los rasgos de esa persona eran totalmente diferentes a mí;
Ocho,
en la PGR de Tijuana me desvistieron y me dieron otra ropa que no era
la mía, y cuando pasaron a mi mamá a la otra oficina a mí ya me habían
puesto una inyección. Yo no me acuerdo de muchas cosas, pero lo que sí
me acuerdo es que yo dije que era inocente”.
Mario
Aburto asegura que el verdadero homicida fue Ernesto Rubio Mendoza, un
hombre de facciones muy similares a las de él, asesinado el mismo 23 de
marzo de 1994 en el taller mecánico Autoservicio Azteca.
pueblaonline.com.mx
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Agencias/ Domingo, 23 de Marzo de 2014 10:19)
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