El fundador de las autodefensas les quitó casas y huertos por
negarse a formar parte de su grupo; ayer les fueron regresados inmuebles
y tierras, cuyo valor en conjunto es de $20 millones.
La Ruana.- Hipólito Mora tiene 35 denuncias penales por despojo. A los habitantes de La Ruana que no se sumaron en febrero de 2013 a los autodefensas
o que él y su grupo señalaban como templarios les quitó sus
propiedades. Con el fundador de los guardias civiles en prisión, la
gente comenzó a recuperar sus pertenencias.
Ayer en Buenavista
Tomatlán se regresaron inmuebles con un valor cercano a los 20 millones
de pesos y casi 500 hectáreas de huertos de limón y papaya, que
representan ganancias superiores a 10 millones de pesos, solo en el año
reciente.
Las personas recuperaron sus terrenos casi un año
después de que el líder comunitario los despojó para dárselos a los
integrantes de su grupo de autodefensas y por lo cual lo denunciaron
ante la Procuraduría de Justicia de Michoacán. Sus denuncias integran
el expediente judicial que ahora tiene preso a Mora.
Algunos
presentaron denuncias cuando Mora los despojó de sus propiedades, otros
tuvieron que esperar a que estuviera en prisión para alzar la voz.
Explican que tuvieron contacto con el comisionado para la Seguridad y el
Desarrollo en Michoacán, Alfredo Castillo, quien les ofreció, el 11 de
marzo pasado, la presencia de un ministerio público para levantar sus
denuncias.
Acompañados por Estanislao Beltrán, vocero de los autodefensas,
y Ramón Contreras, jefe de tenencia de La Ruana, los despojados
denunciaron que Mora les arrebató sus propiedades porque no quisieron
sumarse a su grupo de autodefensas hace un año.
Las 500 hectáreas
de huertos de limón y papaya tenían ganancias de 200 mil pesos al día,
“pero como se sintieron autoridad no le regresaban nada a la gente”,
denunció René Sánchez, integrante de los civiles armados en Buenavista.
“Son millones de pesos que se recuperaron en propiedades que en algún momento estaban en manos de los templarios, pero que después utilizaron los autodefensas de Hipólito Mora, Calixto Álvarez y Jesús Torres, La Paloma”, explicó el hijo de Rafael Sánchez, El Pollo,
asesinado el 8 de marzo pasado en un paraje en Buenavista. Por el
homicidio de su papá también fue responsabilizado penalmente Mora.
Josefina Pérez Oliveros, Juan Carlos Ríos Espinoza y Sulay Escalera, entre otros, recuperaron sus propiedades en La Ruana.
Juan
Carlos Ríos y su esposa Brenda recobraron la casa que les quitó el
líder de los autodefensas porque no se quisieron sumar al movimiento. El
inmueble ubicado en la esquina de Vasconcelos y Zapata fue ocupado por
Hipólito desde febrero de 2013.
Ayer tuvieron que tirar la puerta
porque hasta las chapas habían cambiado. Adentro ya no había muebles ni
los aparatos para el aire acondicionado en las habitaciones. “Perdimos
los muebles, nuestras cosas, pero volvimos a ganar nuestra casa”, dice
Brenda mientras su esposo toma una escoba y barre los cristales rotos.
Ambos
muestran a MILENIO un par de recibos de luz. El primero tiene fecha de
octubre de 2007 a nombre de Rogelio Chávez Valencia, quien les vendió su
casa, y otro más con fecha del 23 de enero de 2014 a nombre de
Hipólito Mora Chávez. Ellos aseguran que esa es la evidencia del despojo
de que fueron víctimas.
El mismo caso ocurrió con Sulay Escalera,
quien perdió su casa en La Ruana hace tres años. “Tiene como tres años
que me la quitó el crimen, primero La Familia, luego Los Caballeros
y después Hipólito. A mí me amenazaron y me tuve que ir a Zamora, pero
cuando le pedí a Hipólito que me la regresara me dijo que se la iba a
regalar a su gente”.
En su casa ahora viven una mujer y sus tres hijos. Su esposo es autodefensa en Uruapan y su familia fue amenazada por los templarios. Mora y su gente les ofrecieron la casa para que estuvieran seguros y no tuvieran que pagar renta.
Josefina Pérez también tuvo que salirse de su casa en febrero de 2013, porque no quiso sumarse a las autodefensas.
Tras la detención de Mora hace una semana, recuperó su propiedad, pero
la encontró destrozada. Las paredes pintadas y los pocos muebles que le
dejaron estaban rotos, prácticamente inservibles.
Los habitantes
que fueron despojados por Hipólito Mora y su grupo ya recuperaron sus
propiedades. En esta comunidad “la gente está más tranquila, hay más
calma”.
(MILENIO/Liliana Padilla/Reportaje /
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