Dos amas de
casa de Tamaulipas, sin actividad empresarial y con domicilio falso, crean
compañía de insumos médicos y exhiben la fragilidad del sistema notarial y
registral del Estado
Esta historia prueba
la indolencia notarial y la fragilidad del sistema registral de Nuevo
León.
Porque con un
domicilio falso y sin comprobar su capacidad empresarial , dos amas de casa de
Tamaulipas crean una empresa de insumos médicos en Monterrey y nadie se percata
de que se trata de una compañía “fantasma”.
Y es un reconocido
notario, que ha compartido escenario con el gobernador Rodrigo Medina, quien
escrituró la compañía que lava dinero del narcotráfico vinculada con el líder
preso de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40”.
El titular de la
Notaría Pública Número 33, Emilio Cárdenas Estrada, dio fe del acta
constitutiva de una empresa de suministros médicos, que supuestamente opera en
Monterrey con domicilios falsos o inexistentes.
El fedatario es el
secretario técnico del Consejo Interinstitucional de Participación Ciudadana
que entrega la “Presea Estado de Nuevo León”, un reconocimiento al mérito
cívico a personajes de la comunidad.
El galardón ha sido
entregado personalmente por Cárdenas Estrada a empresarios y servidores
públicos al lado del mandatario estatal, quien presume de sus logros en el
combate al crimen organizado.
Cárdenas Estrada
también fue presidente del Colegio de Notarios de Nuevo León.
Distribuidora e
Importadora de Productos Médicos del Norte, S.A. de C.V., tiene sus orígenes en
2009 en la capital regia y está registrada con al menos tres domicilios, donde
operan otro tipo de negocios.
Una proveedora de
fibra de vidrio, un consultorio psicológico y un puente vial, ocupan las
ubicaciones con la que la empresa se ostenta en Monterrey, donde fue
constituida con amplias funciones y capacidades por tan sólo dos amas de casa.
Su principal
accionista es Juanita del Carmen Ríos Hernández, esposa del “Z-40”, quien fue
incluida el pasado 14 de febrero en la lista negra del Gobierno de Estados
Unidos, pues la sociedad era una fachada bajo el auspicio de Los Zetas.
Las investigaciones
de la Agencia Antidrogas estadounidense, la DEA, y el Departamento del Tesoro,
la señalaron como una de las principales cabecillas de esta organización
criminal que opera en el extranjero.
A través de la Ley
Kingping, se ordenó congelar cualquier activo que ella, o su empresa, pudieran
tener en ese país y prohibió a los estadounidenses hacer negocios con esta
sociedad que lava dinero.
La Oficina para el
Control de Inversiones Extranjeras, OFAC por sus siglas en inglés, emitió el
mes pasado una designación en la que identificó tres domicilios de la compañía
en Monterrey, a los que Reporte Indigo acudió.
Uno de ellos es en
el número 4310 de la calle Nueva Escocia, en la colonia Industrial Habitacional
Abraham Lincoln, donde se ubica una bodega con una pequeña oficina
administrativa.
Sin especificar el
nombre del establecimiento, donde se observaban grandes bolsas con un polvo de
color blanco, un guardia aseguró que ahí operaba una proveedora de fibra de
vidrio.
El número 119 de la
calle Texcoco, en la colonia Mitras Centro, es otro de los domicilios donde hay
una discreta casa de un piso.
Uno de los
residentes aseguró que desde septiembre de 2013 empezó a funcionar un
consultorio psicológico en el inmueble.
“Yo no he visto una
distribuidora médica”, dijo el hombre, “a lo mejor sí era, pero ya no es aquí”.
Por último está el
inexistente número 1200 poniente de la avenida Adolfo Ruiz Cortines, donde
atraviesa un puente vial.
El número telefónico
de la compañía que está disponible en Internet se encuentra fuera de servicio.
A pesar de que las
leyes notariales establecen que un fedatario puede negarse a registrar un acto
si sospecha de su ilegalidad, Cárdenas Estrada simplemente dio como verídica la
supuesta compañía e inscribió a la empresa con la escritura pública 14 mil 715.
“Conozco
personalmente a los comparecientes a quienes considero con la capacidad legal
necesaria para otorgar el acto jurídico de que se trata, sin que me conste nada
lo contrario”, apuntó en el acta constitutiva de la sociedad, fechada el 11 de
noviembre de 2009.
Según el documento,
disponible en los libros del Instituto Registral y Catastral de Nuevo León, la
empresa fue fundada con un capital social de 50 mil pesos.
El 80 por ciento de
las acciones fueron adquiridas por la esposa del narcotraficante y el 20 por
ciento restante por su suegra, María del Carmen Hernández Lara.
Las dos socias
afirmaron al notario público que se dedicaban a las labores del hogar y tenían
su residencia en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Pese a que las
autoridades de Estados Unidos la identifican como la cónyuge del “Z-40”, Ríos
Hernández dijo estar divorciada, haber nacido el 11 de enero de 1977 y ser la
administradora única de la sociedad.
Mientras que su
madre se declaró viuda y originaria de Anáhuac, Nuevo León, donde nació el 16
de julio de 1958.
El contador público
Israel Maldonado Limón aparece como el comisario propietario de la
distribuidora.
Las accionistas
obtuvieron un día antes de la constitución de la sociedad el permiso número
1909004, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, con el que pudieron
registrar la razón social.
Éste fue solicitado
por Albino Estrada Olivares, cuando Hugo Camacho Galván se desempeñaba como
delegado de la dependencia federal.
Pese a que la
compañía “fantasma” fue constituida por dos personas dedicadas al hogar, el
notario les confirió amplias funciones y capacidades.
El objeto de la
sociedad abarca la adquisición, exportación, fabricación, importación y
suministro de productos médicos de curación, y de laboratorios en diferentes
especialidades.
Además, puede
construir almacenes, bodegas, clínicas, farmacias y hospitales, y fabricar
artículos médicos propios.
También, se supone
que provee equipo, productos desechables, de limpieza, reusables e implantables
e, incluso, destinados a veterinarias.
Y entre otras
funciones, puede celebrar contratos con cualquier clase de personas físicas o
morales, así como comerciar con toda clase de títulos y valores.
Esta no es la
primera vez que Los Zetas lavan dinero a través de Monterrey.
El FBI rastreó cómo
el “Z-40” ocultaba efectivo en vehículos y lo transportaba a la capital regia
para hacer transferencias hacia Estados Unidos, mediante la casa de cambio
Basic Enterprises, de los hermanos Mauricio y Arturo Sergio Páez Muñoz.
Éste era enviado a
varias cuentas en Texas del Bank of America por el regiomontano Ramiro Guajardo
Villarreal, a través del negocio que se ubicaba en la avenida Vasconcelos, en
San Pedro.
Luego retiraban el
dinero para adquirir caballos con un valor millonario que fueron confiscados en
un rancho de Lexington, en Oklahoma, a José Treviño Morales, el hermano del
“Z-40” que fue condenado en mayo de 2013 en Estados Unidos.
(REPORTE
INDIGO/ Javier Estrada / Miércoles 12 de marzo de 2014)
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