Aunque autodefensas
michoacanos aseguran que su armamento fue donado por gente de los pueblos o
arrebatado al crimen organizado, al interior del movimiento se gestó también
una red de compra y venta de miles de armas de alto poder en el mercado negro.
Las más buscadas y
cotizadas, de acuerdo con testimonios recabados por Crónica, han sido los
fusiles de asalto AK-47 conocidos como “cuernos de chivo” y los semiautomáticos
R-15.
En medio del
conflicto —que surgió el 24 de febrero del año pasado— y ante la creciente
demanda, se multiplicaron en la región los distribuidores clandestinos… Cada
“cuerno de chivo” adquirido por los comunitarios vale entre 40 y 45 mil pesos,
mientras que los R-15 cuestan en esta “tierra caliente” alrededor de 35 mil.
“Mucha gente ha
comprado las armas en el mercado negro, y con esas andamos”, revela el
Comandante Miguel Reyes, uno de los coordinadores de base de Tepeque, quien
tiene una Beretta 92FC-S y un fusil AK-47…
“Pero el cuerno es
prestado”, aclara.
—¿Y quiénes son los
que prestan armas? —se le pregunta.
—Los que tienen
dinero y apoyan el movimiento: no andan en las labores de campo, pero sí nos
respaldan. ¿Por qué uno de dónde va a sacar 45 mil pesos para un juguete de
estos?
—¿Y cómo se da lo
del mercado negro?
—Se entera uno ahí
con la gente: que venden un cuerno, quién lo vende, pues fulano, busca uno al
vendedor y pregunta el precio y si se llega a un arreglo, adelante… A veces se
te acercan personas y te avisan que hay armas disponibles, que las puedes
conseguir en tal parte, hay que ir a ofrecer y se cierra el negocio.
—¿De dónde son los
vendedores?
—De los municipios
vecinos o de aquí mismo: en Tepalcatepec.
—¿Y venden sólo
armas largas?
—Hay compañeros que
tienen armas de calibre menor, pero esas se pueden comprar en las armerías del
Ejército y son puras escopetas y rifles calibre .22 y esas no sirven aquí.
—¿Se ha sabido de
militares metidos en el mercado negro?
—No, ni nosotros
permitiríamos tratos con ellos, porque es una institución que respetamos. Al
menos no se ha sabido, imagínese hasta dónde estaríamos llegando.
CONFUSIÓN. Nadie
sabe hasta ahora cuántas armas poseen en total las autodefensas. Ni la Comisión
de Seguridad en la entidad encabezada por Alfredo Castillo ni la Secretaría de
la Defensa Nacional: aseguran que el cálculo o contabilidad está aún en
proceso…
La única pista es el
dicho de la vocería del movimiento: de Estanislao Beltrán, en el sentido de que
en la actualidad operan 20 mil autodefensas en territorio michoacano, pero no
específica si todos están armados, con qué tipo de arma cuenta cada uno y cuál
ha sido el costo total del equipamiento.
LA DUDA PERSISTE…
Muchos de los
integrantes se limitan a contar las hazañas de despojo contra Los Caballeros
Templarios, como El Marcado, coordinador de base del municipio de Tancítaro:
“Hay veces que en
los enfrentamientos con los Templarios caen elementos de ellos y esas armas las
recogemos y con esas mismas les estamos dando, como los carros que les quitamos
y que luego utilizamos para patrullar y llegar a sus terrenos. Y así vamos
avanzando poco a poco, ellos solitos nos van dejando armas y carros para
poderles pegar”.
Lo secunda El
Charly, coordinador en Nueva Italia:
“Son necesarias las
armas porque los malosos traen y si los paramos con palos, pues nos matan. Si
tenemos es gracias a ellos”.
—¿Gracias a ellos?
—Las dejan y las
agarramos. Vienen, pegan y se van corriendo, y muchas veces dejan sus armas.
Además es una realidad que aquí en Michoacán la mayoría de la gente tiene sus
armas en casa, como escopetas y 22, y esas también las traemos. No estamos tan
armados como los Templarios, pero aquí estamos, con lo que se puede.
¿AUTORROBO? El
descontrol en la compra-venta y asignación de armas ha sido tal que en algunas
bases se han reportado ya robos o desapariciones: se ha descubierto que muchas
de las extraviadas son revendidas a grupos de autodefensa de otras zonas del
estado. Así ha ocurrido en La Ruana, donde nació el movimiento.
Confiesa Hipólito
Mora:
“Hubo un tiempo en
que no llevamos el registro de las armas compradas y se las entregábamos así
nomás a los muchachos, y qué cabrones: cómo nos robaron armas para venderlas a
otros, pienso que fue por la misma necesidad económica. Como no teníamos un
orden, dábamos las armas aquí y allá y no sabíamos ni quién traía. Se han
perdido muchas, pero hemos ido comprando y reponiéndolas poco a poco”.
—¿Y dónde las
compran?
—Nos las traen gente
de aquí mismo, ciudadanos de la misma región que ocupan dinero y venden lo que
tienen.
—¿Mercado negro?
—Lo que puedo decir
es que al menos aquí en La Ruana no tenemos tratos con persona alguna que se
dedique a la compra-venta de armas de forma masiva, o que las traiga de Estados
Unidos. Nada de eso.
INDICIOS. La última
información de la Sedena —como parte del proceso de institucionalización de los
grupos de autodefensa— refirió el registro de mil 450 armas, de las cuales 650
eran de grueso calibre… Si se considerara esta última cifra, al precio de venta
promedio revelado por los comunitarios, se hablaría de una inversión aproximada
de 26 millones de pesos. Sólo un cálculo…
Según las
autodefensas, la compra de armamento ha sido posible por financiamientos
especiales otorgados por ganaderos, aguacateros, empresarios y otros adinerados
de las regiones “levantadas”. Se trata de partidas adicionales a las del
presupuesto ordinario mensual que, de acuerdo con investigaciones de Crónica,
supera los 30 millones de pesos.
Y mientras circulan
billetes y armas, hay entre la población quienes ya no saben distinguir entre
buenos y malos, como don Abel García, habitante de La Huacana: “Las
autodefensas pasan por las calles con sus armas colgando, ni quién les diga
nada y cabrón, esos no son policías… Ya no sabe uno qué son: si oficiales o
comunitarios o Templarios, es un lío ya, están todos revueltos...”.
(DOSSIER
POLITICO/ Daniel Blancas Madrigal / Crónica/ 2014-02-12)
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