COLIMA, Col. (apro).- Existen indicios de que el asesinato de Regina Martínez, quien era corresponsal de Proceso
en Veracruz, pudo haber sido motivado por su actividad periodística,
por lo que se mantiene abierta esa línea de investigación, afirmó hoy la
titular de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la
Libertad de Expresión, Laura Angelina Borbolla.
Entre los
elementos que sostienen esta hipótesis, dijo la funcionaria de la
Procuraduría General de la República (PGR), se encuentran los objetos
que desaparecieron de la casa de la víctima el día del homicidio, entre
ellos computadoras personales y aparatos de telefonía celular, además de
que fueron desprendidas las conexiones de dos smartphones y de las computadoras.
“Eso
nos permite generar la línea de investigación de que es por su
actividad periodística, sin que sea la única que se tenga abierta y sin
que se hayan agotado al menos de parte de la fiscalía ninguna de las
líneas de investigación”, dijo la fiscal al ser cuestionada sobre el
tema durante una rueda de prensa convocada para dar a conocer medidas
preventivas de seguridad para los comunicadores colimenses.
Borbolla
Moreno refirió que con base en la coadyuvancia que en el caso de Regina
Martínez solicitó el gobierno de Veracruz a la fiscalía, ésta ha
generado y aportado pruebas periciales y compartido constancias de
actuaciones, en tanto que las autoridades estatales “también nos han
dado algunas de las actuaciones, que han sido algunas… las que ellos han
querido”, reveló.
Aunque en abril pasado, antes de cumplirse el
primer aniversario del crimen, el gobierno de Veracruz concluyó que el
móvil fue el robo, la fiscal especial comentó este miércoles que la
investigación sigue abierta, debido a que “la mecánica de los hechos
refiere que hay más de un autor material; entonces, en tanto no se
encuentre a la otra persona que al parecer participó, no se puede cerrar
ni la investigación del estado de Veracruz ni la de la fiscalía”,
advirtió.
La funcionaria también señaló que se encuentra pendiente
saber de quién son algunas pruebas encontradas en la escena del crimen,
como un rastro de sangre que tras su estudio de ADN arrojó que
pertenece a una persona del sexo masculino distinta a la que se
encuentra sentenciada.
Pese a que Jorge Antonio Hernández, El Silva –el único detenido hasta ahora por el asesinato de la corresponsal de Proceso–,
ha mencionado el nombre de una persona como el presunto segundo
participante en el homicidio –José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho,
quien continúa prófugo–, y esto ha sido avalado por el gobierno
veracruzano, la fiscal advirtió que no cuenta con una prueba objetiva de
que efectivamente sea el copartícipe “y desconozco si ellos
(autoridades locales) la tienen para referir a alguien con nombre y
apellido”.
En relación con El Silva, sentenciado 38 años de
cárcel, mencionó que la fiscalía no puede pronunciarse al respecto,
“incluso le aplicamos el Protocolo de Estambul y arrojó un resultado
negativo a que haya existido tortura”.
Por lo pronto, abundó Laura
Angelina Borbolla, “tendremos abierta la investigación buscando más
medios de prueba para tratar de acreditar la mecánica de los hechos
conforme a lo que nos dijeron nuestros peritos”.
No obstante,
aceptó que el control del caso lo mantiene el gobierno de Veracruz, ya
que hasta ahora tampoco se ha acreditado al cien por ciento que el
homicidio de Regina haya sido motivado por su actividad periodística.
“De
hecho, el dicho del sentenciado desvirtúa que haya sido por su
actividad periodística, pero como no tenemos a la otra persona todavía
identificada y ubicada, no puedo realmente desvirtuarlo, por eso tengo
abierta la investigación”, concluyó la fiscal de la PGR.
/7 de agosto de 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario