CHOQUE DE PROYECTOS, FACCIONES Y GRUPOS DE INTERÉS DETRÁS DEL BLOQUEO DE VÍCAM
Prof. Oscar
Acosta Castro / Dossier Politico
En su interesante
libro “Redes, facciones y liberalismo. Sonora 1850-1876” la doctora en Historia
por el Colegio de Michoacán Zulema Trejo Contreras, investigadora del Colson,
nos entrega un pormenorizado análisis de la Sonora de aquellos años y de la
dinámica de las “redes de poder” de entonces y de la conformación de las
facciones sonorenses y sus élites políticas, así como de las pugnas y
rivalidades entre las diversas sociedades que conforman su norte, centro y sur,
amén de los conflictos habidos con sus sociedades indígenas y la amenaza
latente de los proyectos filibusteros de entonces.
Ahí, en dicho texto,
podemos encontrar mucha de la raíz y explicación de los problemas que enfrenta
actualmente la entidad, que vive uno de los conflictos regionales más fuerte y alarmante de los últimos años,
con reminiscencias de un acendrado regionalismo
que sacó a flote casos como el buylling a la menor Joan en una primaria
de Hermosillo. “El cazador de guachos”
de José Teherán, ya bosquejaba algo del fenómeno desde su publicación.
El detonante de la
conflictividad social y política que arrasa y divide al estado es el tema del
agua, convertido en una verdadera guerra que ha roto los consensos y ha
impedido la aplicación de un proyecto de desarrollo homogéneo para la entidad.
PROYECTOS VS INTERESES
Así vemos un
enfrentamiento sin precedentes entre grupos empresariales, económicos y
políticos de las diversas regiones y la repulsa a proyectos como el Sonora Sí
que impulsa la administración del Nuevo Sonora desde la llegada al gobierno
estatal de Guillermo Padrés bajo la bandera del PAN, inaugurando la era de la
alternancia en la gubernatura, pues la etapa de los gobiernos divididos había
llegado desde 1997, cuando el PRD se hizo como nunca antes, del poder de varias
alcaldías sonorenses como Empalme, Guaymas, Cajeme y Navojoa, entre otras y
logró importante representación en el Congreso Estatal. El choque de ese proyecto y los intereses del
complejo empresarial-industrial hermosillense con los planes productivos de los
grupos tradiciones de poder económico de Cajeme, principalmente los ligados a
la explotación de la tierra, verdaderos señores de horca y cuchillo que han
hecho del municipio su feudo, ha sido el detonante para la escalada que
presenciamos. Los desplegados a favor y en contra con firma de empresarios como
Ricardo Mazón, Julio Luebbert Mazón, Félix Tonella, etc. y el promovido por
políticos del sur son muestra de dicho encontronazo de intereses y visiones de
desarrollo regional.
LOS YAQUIS: EN LA PRIMERA FILA DE LA HISTORIA
La tribu yaqui ha
sido una protagonista de primera línea a lo largo de la historia de Sonora, en
un principio por su oposición y resistencia a la conquista española y por su
papel jugado en la revolución cuyos contingentes se integraron a las huestes constitucionalistas de Alvaro Obregón, el Manco de Celaya,
también ha sido uno de los grupos étnicos más reprimidos del país, como lo fue
durante el Porfiriato, que incluyó destierros masivos a Yucatán. Durante el gobierno del general Lázaro
Cárdenas, fue cuando realmente vivió sus años de gloria y reconocimiento, pues fue el Tata, quien por
decreto presidencial concedió en exclusividad a la etnia el uso de las aguas de
la franja izquierda del río que lleva su nombre y cuyos derechos defienden ante
la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Sin embargo, tampoco
debe soslayarse que dicha tribu ha sufrido un abandono endémico y no ha podido
salir del atraso a pesar de los muchos millones que se han invertido en
proyectos y apoyos gubernamentales, lo
que se refleja en la pobreza que la abate, la drogadicción que muchos de sus
hijos padecen, el alcoholismo que la golpea, el paramilitarismo que existe en
su seno que ha sido aprovechado por algunos para dedicarse a transgredir la ley
incluyendo asaltos a mano armada y que tiene a las comunidades a punto de
convertirse en tierra sin ley por el temor de las autoridades policíacas a
imponer orden, la desatención en materia de servicios públicos que hay y el
divisionismo interno que se promueve y que ha resultado muy ganancioso para
ciertos grupos de interés, lo que llevado a la existencia en la comunidad
yoreme al margen de las autoridades tradicionales reconocidas oficialmente de
grupos conocidos como los “duales” o los paticys, aquellos que fueron beneficiados
por el Programa de Asistencia Técnica Integral para las Comunidades Yaquis,
(cuyo fideicomiso oscilaba alrededor de los 64 mil millones de pesos de antes
de quitarles los tres ceros), que han aportado en algunos momentos un coto de
violencia al interior de la etnia y que han salido a flote en el bloqueo a la
carretera internacional en el poblado de Vícam en donde confluyen miembros de
la tribu identificados como “duales” con Tomás Rojo a la cabeza e integrantes
del Movimiento No al Novillo, conformado por agrotitanes y representantes de
grupos políticos de Cajeme.
EL DIFERENDO POLÍTICO
Con independencia si
les asiste la razón legal o no, cuestión que se dirime en las instancias
judiciales competentes que tarde o temprano habrán de dar su veredicto o que la
forma de ejercer el mando por parte de Padrés originó el diferendo, el problema
político está latente y no puede soslayarse y va más allá de un simple
enfrentamiento entre Panistas y Priístas o de que en ello se juegue el futuro
político electoral de la entidad de cara al 2015, en donde el PRI apuesta
recuperar la gubernatura y sus contrarios cocinan una alianza PAN-PRD siguiendo
el ejemplo de la Baja, en aras de retenerla.
Por eso algunos de
los aspirantes a la Mano de Doña Leonor, han dicho no sin temor esta boca es
mía y no han tenido otra opción que montarse sobre el conflicto a sabiendas de
los riesgos que entraña el atrevimiento cuando es conocido el encontronazo de
fondo que se avecina entre beltronistas y boursistas, dos grupos que al
interior del tricolor disputarán todos los espacios de poder y que como botón
de muestra han trascendido las diferencias entre el coordinador de la bancada
priísta en el Congreso del Estado, Samuel Moreno y el diputado local Abel
Murrieta o la lucha por las delegaciones federales en la entidad para
integrantes de dichas cofradías priístas.
Ernesto Borrego
Gándara, Claudia Pavlovich, Alfonso Elías Serrano y Antonio Astiazarán, son las
cartas fuertes para representar la causa priísta en 2015 para pelear por la
gubernatura, debieron por presión de los fuertes grupos empresariales sureños
de corte caciquil salir a la palestra, dejar su estado de confort y quemar
cartuchos y activos políticos bajo el riesgo de que sus posiciones irritaran al
electorado hermosillense que es una tercera parte del padrón electoral de la
entidad, cuando el abasto de agua proveniente de la presa del Novillo beneficia
a dicha región y a sus grupos económicos como los poderosos agricultores de la
Costa de Hermosillo, cuyos cultivos consumen buena parte –82% según
estimaciones-- del líquido vital y de ahí el enojo de los agrotitanes
cajemenses que pronostican un bajón en sus áreas de riego debido al trasvase.
Así las cosas, Javier Gándara Magaña,
uno de los sonantes y conspicuo representante de las élites empresariales
hermosillenses y supónese, quien lleva la mano por la candidatura en el PAN ha
podido mantenerse al margen del caliente conflicto, no así el alcalde de la
capital Alejandro López Caballero, quien debido a su investidura ha debido de
dar la cara y meterse de lleno al problemático asunto, interponiendo una
controversia constitucional ante la SCJN para evitar la suspensión del trasvase
de agua al Acueducto Independencia, que promovieron a través de sendos juicios
constitucionales alcaldes de municipios del sur gobernados por el PRI como
Rogelio Díaz Brown y miembros de la propia tribu yaqui.
Con el llamado al diálogo entre el
gobierno de Sonora y las autoridades tradicionales de la tribu yaqui, aunque no
significa en sí una solución a fondo del conflicto que ha resultado incómodo
para ciertos sectores sociales, como transportistas, viajeros, turistas y
empresariales, si ha bajado la tensión y permitido el flujo intermitente del
tránsito por la vía tomada como medida de presión política, en donde el
gobierno federal también ha debido desplegar sus oficios para encontrar
respuesta a tan complicado diferendo, que al traslaparse sobre el venidero
proceso electoral de 2015 tiene enfrentadas a facciones, grupos de interés,
caciques políticos y empresariales locales y a las mismas élites políticas y
partidistas de distintas regiones de la entidad.
En resumen, lo que
vemos en Vícam, es un adelantado ejercicio de medición de fuerzas en la arena
política sonorense que servirá de termómetro y permitirá afinar estrategias
para dentro de un año cuando inicie el año electoral.
(DOSSIER
POLÍTICO/ Prof. Oscar Acosta Castro / 2013-07-05)
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