Fueron las
primeras empresas en aplicar pago por hora, revela estudio de la UAM
Utilizan
esquema de contratación temporal de adolescentes de 16 a 22 años con el
mecanismo de terciarización y bajo sindicatos de protección, refieren
entrevistas realizadas por ONG
Patricia
Muñoz Ríos / La Jornada
Pago de 15 a 16
pesos por hora trabajada, que significan salarios quincenales de mil 600 pesos
en promedio; contratación como empleados generales, por lo que en una misma
jornada preparan comida y lavan baños o pisos que provocan constantes accidentes,
sobre todo caídas y fracturas; y obligación de firmar renuncias en blanco; son
las condiciones laborales de los jóvenes que laboran en McDonald’s y Burger
King.
Entrevistas
realizadas a estos empleados en una investigación de la Universidad Autónoma Metropolitana
de Xochimilco e información del Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (ProDesc) revelan las condiciones en que laboran los jóvenes en
estos restaurantes de comida rápida, los cuales tienen sindicatos de
protección, que les aseguran la no organización de los trabajadores, además de
que gozan de otra particularidad: rara vez son verificados por inspectores de
la Secretaría del Trabajo.
Tanto McDonald’s
como Burger King, de acuerdo con la información recabada, utilizan el mismo esquema
de contratación temporal de adolescentes y jóvenes desde los 16 años y hasta
los 22, no más allá, porque no quieren trabajadores con antigüedad ni contratos
permanentes. Contratan en su mayoría a estudiantes, que son capacitados por sus
propios compañeros.
En las dos empresas,
luego de sus jornadas de trabajo, ya sea que hayan preparado comida o hayan
atendido las cajas, tienen la obligación de hacer la limpieza de los locales,
lavar baños, limpiar mesas, pisos, ventanas, cocina y demás, según manifiestan
los jóvenes en las entrevistas que se les realizaron, así como la Universidad
Autónoma Metropolitana Xochimilco.
Una joven que
llamaremos María –quien en McDonald’s
tuvo un accidente en un ojo– y Ernesto, que labora en Burger, señalaron
que las jornadas se pueden prolongar más de ocho horas: si las tiendas cierran
a las 22 horas, pueden tardar hasta dos o tres horas más limpiando el
establecimiento; por lo que a las doce o una de la madrugada tienen que buscar
cómo irse a su casa o pedir a sus padres que vayan por ellos.
María relata que el
accidente que sufrió fue porque le saltó aceite en un ojo, razón por la que fue
trasladada de emergencia a una clínica del Seguro Social, estuvo incapacitada
un mes y a su regreso fue despedida. Nunca le entregaron su liquidación, “me
hicieron dar varias vueltas: ‘ven mañana, no está firmado tu cheque, no lo
encontramos’. Hasta que mejor deje de ir”.
Aunque le quedaron
secuelas del accidente en el ojo derecho y conoce a muchas otras compañeras que
han sufrido caídas, fracturas e intoxicaciones con químicos de limpieza, dice
que es imposible reclamar, porque les hacen firmar renuncias en blanco y
documentos para liberar de responsabilidades a la empresa.
Ernesto detalla que
los jóvenes que reclaman por las condiciones de trabajo son despedidos de
inmediato, que les pagan en promedio 15 o 16 pesos por hora, que tienen un día
de descanso y que a veces no los dotan de equipo de seguridad para realizar sus
tareas. Tanto MacDonald’s como Burger King contratan a través de terceras
empresas.
Carlos García
Villanueva, profesor e investigador de la Universidad Autónoma
Metropolitana-Xochimilco, en su informe Jóvenes y trabajo precario expone que
estas empresas fueron las primeras en aplicar el pago por hora, con bajo
salario, elemento básico en la contratación de empleados en condiciones
laborales de precariedad.
En su análisis,
difundido en Veredas: Revista del Pensamiento Sociológico, el experto detalla
que en Burger King las contrataciones se hacen por conducto de la
intermediación tercerizada de Comidas Rápidas SA de CV. Son por tiempo
indeterminado, sin estabilidad laboral, bajo condiciones de multifuncionalidad,
que la empresa tiene la prerrogativa de cambiar horarios y tareas, las cuales
van desde descongelar carne para las hamburguesas y cocinarlas, hasta lavar la
cocina, desinfectar utensilios, asear baños y demás.
En entrevistas que
el investigador hizo entre los trabajadores concluye que las condiciones
laborales en estas empresas están marcadas por una situación de alta
rotatividad, salario insuficiente, falta de seguridad e higiene, mal trato,
gran cantidad de actividades a realizar y cero protección sindical.
ProDesc llevó a cabo
la semana pasada un Día de acción global contra las violaciones de derechos
humanos laborales en McDonal’s, y detalló que en Estados Unidos a algunos
trabajadores de intercambio les impusieron turnos de hasta 25 horas seguidas,
sin pago extra y remuneraciones inferiores al salario mínimo y altos cobros por
alojamiento.
En la ciudad de
México, McDonald’s tiene firmados contratos colectivos de trabajo con el
Sindicato Progresista Justo Sierra de Trabajadores de la República Mexicana,
controlado por Ramón Gámez, “el zar de los contratos de protección, quien se
encuentra prófugo de la justicia”; sin embargo, le fue otorgada la toma de nota
como secretario general de esta organización.
(DOSSIER
POLITICO/ Patricia Muñoz Ríos / La Jornada/ 2013-06-18)
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