El líder de los burócratas en Tijuana no atiende a sindicalizados, anda en campaña
Vehículos de reciente modelo, una residencia de campo con acabados y
equipamiento de lujo, y un poderío político presume el dirigente de los
trabajadores en el Ayuntamiento de Tijuana. De modesto recolector de
basura hoy es uno de los dirigentes laborales que viven holgadamente;
los sindicalizados se quejan: no atiende ni resuelve sus problemas y ni
ahorrando íntegro el sueldo de 25 mil pesos que tiene, o el de su mujer,
podrían construir la casona que se han levantado en Cañada Verde
Luis Alonso Pérez
Ésta es la historia de Martín Plascencia,un hombre que ascendió desde
mecánico de los talleres del Gobierno Municipal hasta secretario del
Sindicato de Burócratas de Tijuana, y que ahora aspira a convertirse en
regidor priista del XXI Ayuntamiento.
“Él siempre fue muy movido, muy truchilla”, recordó un compañero
burócrata que conoció a Plascencia hace 24 años, cuando ambos trabajaban
recolectando basura y limpiando los parques de la Ciudad.
Su deseo por progresar lo hizo ascender en poco tiempo al puesto de
jefe de sección del Departamento de Limpia. Su trabajo destacado en las
filas del Sindicato de Burócratas de Tijuana lo llevó a ser nombrado
como Delegado de Trabajo del Sindicato en el Gobierno Municipal.
Su siguiente encargo sindical fue subsecretario de Trabajo y
Conflictos, pero cuando llegó al cargo de administrador del patrimonio
sindical los rumores de malversación de fondos comenzaron a surgir,
ninguno de ellos fue comprobado; oficialmente ni alcanzó sanción alguna.
Algunos de sus compañeros recuerdan que en aquellos tiempos se
hablaba de las “comisiones” que cobraba a proveedores de productos o
servicios a cambio de contratos de exclusividad, o prerrogativas a su
favor en la renta de los salones de fiestas del Sindicato.
También recuerdan que fue durante su gestión en ese cargo cuando se
dejó de pagar el predial de las oficinas en el Centro de Tijuana, que
actualmente se han acumulado hasta formar una deuda millonaria.
“Todo
eso se decía pero nadie quiso hacerle nada”, sostuvo uno de los
trabajadores consultados, que omitió su nombre por miedo a ser fichado
como conflictivo, o incluso ser expulsado del Sindicato por la
inquisitoria Comisión de Honor y Justicia.
Sin impedimentos legales o administrativos, la carrera de Plascencia
continuó en ascenso hasta alcanzar la anhelada Secretaría General en
2011. A pesar de haber llegado al poder con una ventaja mínima en las
elecciones, recibió el respaldo inicial de sus compañeros, a los que
prometió cuentas claras y la defensa de sus intereses laborales.
El tiempo pasó, las cuentas no se transparentaron y las promesas no se cumplieron, denunciaron los trabajadores decepcionados.
“Pero siempre pasa lo mismo cuando los secretarios son del mismo
partido que el gobierno”, lamentó un trabajador que aún espera su
uniforme nuevo, “hace como medio año me tomaron las medidas, pero
todavía no nos los entregan”. Mientras tanto su esposa le sigue
remendando los agujeros de su camisa roída.
La
falta de transparencia en la gestión de Plascencia es lo que ha
provocado una molestia generalizada entre los Burócratas, pues ha
faltado a su obligación anual de rendir un reporte financiero ante sus
compañeros. Esto se hace para que una vez enterados de la situación
económica del Sindicato se pueda elaborar un presupuesto de egresos.
Con esos fondos se mantienen las instalaciones, se paga el gasto
corriente y la nómina sindical. También se otorgan las becas educativas
de los burócratas y sus hijos, se realizaran las actividades deportivas,
y por supuesto se costean los numerosos festejos anuales como el
aniversario del Sindicato, la posada navideña, el Día de las Madres y la
próxima gran fiesta del Día del Padre, en la que el Secretario –y
candidato a regidor– repartirá regalos y rifará una camioneta 2012.
A pesar de la obligatoriedad del Secretario de rendir cuentas, hasta
el momento no se ha presentado el reporte financiero, lo que molesta a
los Burócratas que cada catorcena aportan 30 pesos a las arcas del
Sindicato, sumando un total de 780 pesos al año. Considerando que
existen alrededor de 6 mil trabajadores sindicalizados, los ingresos
anuales por aportaciones oscilan los 4 millones 680 mil pesos.
Existen
otros ingresos del Sindicato como fideicomisos con el Gobierno
Municipal, con los que se reciben fondos directo de las arcas
municipales como parte de los contratos colectivos que se firman
anualmente. Coincidentemente se prevé que el contrato de 2013 se firme
hasta pasadas las elecciones.
Los estatutos sindicales establecen que el informe financiero se debe
presentar el primer bimestre del año. El tercer bimestre está por
terminar y los Burócratas aún desconocen el estado de sus finanzas,
mientras tanto el dinero ya se está gastando. “¿Pero en qué?”, se
preguntan.
Las denuncias de enriquecimiento ilícito
Las sospechas de “abusos y manejos administrativos fraudulentos” se
hicieron llegar directamente al correo electrónico de Denunciaz de ZETA.
El remitente, quien se identificó como “Burócrata de muchos años en la
lucha sindical y hoy decepcionado”, señaló a Martín Plascencia de
enriquecerse de manera ilícita con los recursos de la base trabajadora.
“Basta mencionar las propiedades que a seis meses de iniciada su
gestión aparecen en el Registro Público de la Propiedad y Comercio
(RPPC), así como la ‘cabaña campestre’ (que más bien es una residencia,
con acabados de primera) en los terrenos de Tecate; y es que conociendo
los salarios de los burócratas y considerando el nivel salarial que por
su antigüedad tiene, no le alcanzaría ni con los aguinaldos adelantados
de 20 años para ese tipo de gastos”, señala la misiva anónima.
En atención a la denuncia, ZETA investigó los señalamientos.
La primera acusación fue confirmada. En junio de 2011 Martín Plascencia
inscribió ante el RPPC una propiedad de 200 metros cuadrados a su
nombre, ubicada la manzana 40 del fraccionamiento Mar de Buenavista de
Tijuana.
En 2008 este fraccionamiento fue creado para desarrollar casas de
interés social para los burócratas. El plan de pagos establecido era de
230 pesos catorcenales, recursos que les serían descontados vía nómina
por ir dirigido a trabajadores sindicalizados y de confianza.
Para Plascencia ese plan de pagos flexible no fue necesario, porque
en unos cuantos meses pagó los 61 mil 321.15 pesos que costaba el
terreno, según establece la partida 5781865 del RPPC.
Lo mismo hizo su
esposa Yoana Lozano Cuevas, quien adquirió otro terreno con las mismas
dimensiones y el mismo costo ubicado en la manzana 68 de Mar de
Buenavista, de acuerdo con la partida 5781862 inscrita el mismo día que
el predio de su esposo, 7 de junio de 2011.
La acusación de la repentina construcción de su “cabaña campestre” de
Tecate también fue corroborada, y en efecto, es toda una residencia con
acabados de lujo, construida sobre un gran monolito de dos metros de
alto dentro de un predio de 2 mil metros cuadrados, ubicado en el
fraccionamiento Cañada Verde.
Este fraccionamiento era originalmente un terreno rústico de 600
hectáreas donado por el Gobierno del Estado en 1987 a favor del
Sindicato de Burócratas de Baja California, para la construcción de un
centro vacacional para el uso común de sus agremiados. En 2007 el predio
fue fraccionado y puesto en venta tanto a trabajadores sindicalizados
como el público en general.
Los lotes de mil metros cuadrados fueron puestos en venta en 43 mil
pesos, precio especial para trabajadores sindicalizados. La esposa de
Martín Plascencia, Yoana Lozano, compró dos. Cuando su esposo tomó
posesión como Secretario del Sindicato de Burócratas en 2011 comenzó la
construcción.
Los vecinos, en su mayoría burócratas jubilados, fueron testigos de
la súbita edificación de la casa de campo con forma octogonal,
construida totalmente con ladrillos decorativos, equipada con una
chimenea, un balcón de 12 metros cuadrados y televisión por satélite,
esencial para el entretenimiento de fin de semana.
Al frente de la casa se construyó un solar de al menos 40 metros
cuadrados, y en la esquina del predio un quiosco de 10 metros de
diámetro con techo de tejas montado sobre seis columnas “estilo griego”,
y una esfera decorativa color plateado en la parte superior.
La finca está rodeada por una sólida barda de ladrillo de tres metros
de alto y 20 centímetros de grueso. Cuenta con dos accesos: una
imponente puerta doble de madera y hierro con metro y medio de ancho por
dos metros de alto, así como un portón de acceso vehicular del mismo
material y altura pero con cuatro metros de ancho.
Dos caballos de
cerámica montados a los costados de las puertas vigilan las entradas
como fichas de ajedrez.
Por seguridad está rodeada de cámaras de vídeo vigilancia con
iluminación nocturna integrada. Las esquinas de la barda cercana a la
casa tienen un hueco de 15 por 30 centímetros cubierto con una placa de
metal, que se asemeja a los puntos de resguardo de los francotiradores
de un cuartel militar.
Cada fin de semana una cuadrilla de 20 a 30 albañiles trabajaba en su
construcción, no importa si el calor llegara a los 45 grados o si el
frío cayera a los cero grados, los hombres trabajaban.
Algunos vecinos sospechan que todos eran voluntarios del programa de
labor social del Sindicato, que en lugar de limpiar las áreas verdes de
Tijuana o reparar las instalaciones municipales, eran enviados a
trabajar en la finca del “Patrón”, y tal vez un día podrían conseguir un
puesto sindicalizado en la función pública.
“Pero ésos son solo rumores”, aclaró un vecino. “Lo único que me
queda claro es que ese Señor está sentado donde hay”, ya que calcula que
tan solo un lado de la barda costaría 50 mil pesos como mínimo, y dado
que su salario como jefe en el Departamento de Limpia tiene un máximo de
25 mil pesos mensuales, le llevaría más de medio año de su salario
íntegro para construirla.
No solo en casas gasta su salario Martín Plascencia, también en autos nuevos; tal como denunció el correo anónimo recibido por ZETA.
Una camioneta Chevrolet Tahoe de reciente modelo transporta al líder
sindical de un sitio a otro. Cuando se encuentra despachando en la sede
sindical la estaciona en doble fila sobre la calle séptima. Los policías
no la infraccionan porque tiene una calcomanía del Sindicato en el
parabrisas.
El atareado candidato a regidor
ZETA solicitó una entrevista con Martín Plascencia. Debido a
que en reportajes anteriores de temas burocráticos el Líder sindical
había desairado las solicitudes hechas vía telefónica, el Reportero se
apersonó en sus oficinas solicitando una audiencia, pero muchos más ya
lo aguardaban con la esperanza de ser atendidos.
Amablemente una de sus dos secretarias tomó el recado y explicó que
su Jefe se contactaría con el Semanario para programar una cita cuando
tuviera oportunidad, pero nunca se comunicó. El Reportero acudió por
segunda ocasión a las oficinas sindicales, pero el atareado señor
Plascencia no estaba.
Cada visita recordaba el motivo por el cual el Secretario del
Sindicato pasaba cada vez menos tiempo atendiendo temas de la
burocracia: estaba en campaña para regidor por la planilla del priista
Jorge Astiazarán.
Un gran collage de fotografías del pasado desfile del Día del Trabajo
evidenciaban la magnitud de su poder político, pero la foto central era
la más evidente: Martín Plascencia marchando frente a cientos y cientos
de burócratas vestidos de blanco. A un costado Alcides Beltrones, ex
secretario de Gobierno del XX Ayuntamiento de Tijuana, al otro Chris
López, diputado por el sexto distrito de Baja California, del cual
Plascencia es suplente.
Desde febrero de este año el Líder sindical solicitó licencia para
separarse de su cargo y contender por la regiduría. Desde el inicio de
las campañas electorales con frecuencia se le ve acompañando a
Astiazarán en los actos proselitistas. Es común ver a los burócratas y a
sus familias saludarlo cuando arriba a los eventos, algunos le prometen
su voto y otros le piden fotografías, todos quieren que los tenga en
mente cuando llegue al poder, si es que llega.
Pero no todos los trabajadores sindicalizados piensan o actúan igual.
Algunos que acuden a las oficinas sindicales con alguna reclamación o
asunto pendiente se retiran enfurecidos cuando se dan cuenta de que la
persona por la que votaron para que defendiera sus derechos laborales y
mejorara sus condiciones de trabajo ahora se encuentra en busca de un
trabajo propio.
Al preguntarles si esto les hace sentirse defraudados de su
Secretario algunos contestan que sí y otros que no, pero de alguna
manera todos coinciden que así son las reglas en este juego de política y
poder sindical.
(SEMANARIO ZETA/ Luis Alonso Perez Chavez/
junio 17, 2013)
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