En Baja California, grupos marginales del cártel de Sinaloa se alían con criminales de Michoacán y Nayarit para financiar el crecimiento de sus células delictivas a través del secuestro. Ante la descoordinación y el deficiente combate, estas células delictivas “emergentes” dedicadas al tráfico de droga están creciendo reclutando ex convictos y ampliando su zona de control en el tema de narcomenudeo.
“Sí hay secuestros en el estado, pero han sido
resueltos, yo creo que ésa es la parte que queda en la desinformación.
Pero debemos dejar claro que nuestra función es investigar delitos, no
evitar que se cometan, no existe en México la dinámica de prevención”:
Procurador Rommel Moreno
Investigaciones ZETA
Los vidrios rotos, la puerta abierta y destrozada y, en la sala, un
par de colchones maltrechos, una mesa de vidrio y sobre ésta una gorra,
lentes, desodorante, un control de la refrigeración, un envase vacío de
sopa instantánea y otro más de gaseosa. A un lado una mini televisión y
en medio unas sandalias.
Es el número 1417 de la calle Ciudad Cuauhtémoc, en el
fraccionamiento Villanova, las tiras de plástico amarrillo aún cuelgan
sobre la reja metálica entreabierta, y tras el pasillo, un hueco en el
suelo de metro y medio de ancho.
En esa fosa clandestina fue localizado el cuerpo del joven Bardo
Parra Arce, el muchacho “levantado” la mañana del lunes 23 de abril de
2013 cuando llegaba a la preparatoria donde estudiaba, la Siglo XXI
ubicada en la transitada confluencia de Cuauhtémoc y Río Mocorito, en la
colonia Cuauhtémoc Sur.
De acuerdo a la necropsia practicada en el Servicio Médico Forense,
el joven de 17 años de edad murió por traumatismo. Tenía el cuerpo
severamente golpeado –fue sodomizado–, los dientes rotos y dos dedos
cercenados de la mano derecha, el índice y el pulgar.
Los asesinos dejaron la huella de su modus operandi: los dedos no los
cortaron como en otros secuestros, la saña fue sobrada. Ligaron los
dedos, dejaron que se secaran y luego los arrancaron. La mano en el
cadáver aún tenía el cable y según investigadores, es la forma utilizada
por secuestradores sureños. “Es el estilo michoacano”, expuso una
fuente cercana a la investigación.
De acuerdo a los datos del forense, el cuerpo del joven tenía cerca
de dos semanas sin vida. Lo asesinaron alrededor del 23 de mayo, casi un
mes después de haberlo secuestrado y después que los familiares habían
aportado dos pagos de 500 mil pesos cada uno. Quienes se lo llevaron
pedían dos millones de dólares.
Sombras
Cerca de la medianoche del miércoles 5 de junio, unas sombras
treparon por la barda aledaña al lote marcado con el número 1417 de la
calle Ciudad Cuauhtémoc, en Villanova. Agentes especializados en
secuestros de la Procuraduría Estatal ingresaron por los cuatro frentes
del inmueble y ahí sorprendieron a dos hombres, Daniel Soto Garnica y
Alfonso de la Cruz, quienes después del crimen habían huido, pero
recibieron órdenes de regresar.
Tenían una lista de al menos dos empresarios mexicalenses que planeaban secuestrar. Son
parte del mismo grupo que el 25 de febrero de 2013 se llevaron
violentamente al comerciante mexicalense, Carlos Mora Román, propietario
de Refrigeraciones Meconsa, ubicado también por la avenida Cuauhtémoc
pero más hacia el lado del fraccionamiento Las Fuentes.
Los dos detenidos fueron declarados y posteriormente transferidos a
la instancia federal, en este caso la SEIDO. Antes alcanzaron a decir
que quien los dirige es un joven al ligan con un grupo de la
delincuencia michoacana, David Medina Lucatero.
Medina Lucatero fue detenido el 29 de agosto de 2010 en un domicilio
ubicado en Río Fuerte y Joaquín Amaro, en la colonia Vallarta. Los
reportes policiacos anotan que era ya en la mañana y tras un largo
jolgorio empezaron a disparar al aire. Detuvieron a cuatro sujetos y les
decomisaron dos armas, una Glock .40 y una Colt .38, así como diversos
casquillos. Pero alcanzó su libertad.
Al grupo encabezado por Lucatero, los investigadores lo catalogan
como “muy violento y sanguinario”, que podría tener ligas con el Cártel
de Sinaloa, pero que identifican con La Familia Michoacana y que cuentan
aquí con el apoyo de al menos dos policías municipales en activo y otro
más ya dado de baja.
Con denuncia interpuesta, tecnología de punta y un grupo
antisecuestro que se ha ocupado de 6 casos en el año, se le pregunta al
Procurador del Baja California, Rommel Moreno Manjarrez por qué tardaron
41 días en localizar al joven Bardo, dos semanas después que lo habían
asesinado.
“Es que no hay tiempo, me parece que aquí hay una exigencia
periodística o mediática que no tiene nada que ver con las
investigaciones, es como exigir en un hospital que un enfermo se cure de
cáncer o de gripa, yo creo que aquí hay un abismo sobre las
posibilidades que se van dando”.
— ¿Pero entre más tiempo pasa, más riesgo corre la víctima?
“Obviamente. La actividad que llevamos a cabo es salvaguardar a las
víctimas, pero cada tema tiene un patrón distinto, por lo tanto cada
patrón y cada modus operandi de quienes intervienen es distinto también.
No tenemos un patrón o una fórmula para detectar si son grupos que han
estado secuestrando a las mismas personas, como se ha estado diciendo,
que no ha sido el caso. Y me refiero a que se enfoquen a sectores,
profesiones”.
—Tenemos entendido que el grupo que secuestró a Bardo (del 25 de
abril al 1 de junio) también secuestró al dueño de Meconsa (de 25 de
febrero al 1 de abril).
“Positivo. Hablando de este tema, es un asunto sobre el cual ya había
ciertos antecedentes. Se fueron haciendo las detenciones, previamente
tuvimos actos, en donde también con el Nuevo Sistema se pudo incorporar
las detenciones de dos personas que están en este momento en prisión”.
—Pero ¿a esas personas las capturaron cuando encontraron el cuerpo de Bardo?
“Previamente habíamos tenido una investigación donde había un
arraigo, se habían encontrado algunos elementos y habíamos estado
explorando con personas que nos estaban dando la información para llegar
con personas que nos llevaron a los detenidos (del 5 de junio)”.
— ¿La banda iba por otros dos empresarios?
“Eso fue más una especulación policíaca que se dio en el sector donde
tuvimos información. Pero eso no lo tenemos transcrito en las
averiguaciones”.
Los empresarios secuestrados en zona costa
El mismo 5 de junio de 2013 cuando los secuestradores del
joven Parra Arce fueron capturados en Mexicali, en Tijuana y Rosarito
secuestraron a dos empresarios. El tijuanense fue liberado sin pagar
rescate y del segundo no revelaron las circunstancias.
Del tema Zona Costa el Procurador Moreno Manjarrez relató: “Empezamos
a ver una serie de datos que nos permitió llegar a la conclusión de que
era un grupo de personas totalmente inexperto. También era su primer
secuestro, fue parte de la declaración, fue parte de la dinámica como
encontramos los primeros indicios que nos permitieron llegar a los
detenidos”.
Los indicios: “La utilización de una tarjeta de crédito de la víctima por parte de los secuestradores”.
Explicó que el grupo había iniciado con actividades ligadas al
narcomenudeo. “Había unos de Nayarit, otro de Chiapas, dos de ellos
tenían poco en la ciudad y se movían en la zona de Valle de las Palmas y
Tecate, eso nos permitió rastrearlos.
“En estos casos muchos de los detenidos son de fuera y eso nos está abriendo todo un tema”.
Grupos emergentes de Sinaloa
El trabajo de inteligencia indica que en Mexicali, el Grupo
de Lucatero se aprovechó de las “limpias” de gentes ligados al Cártel de
Sinaloa y la presión que las autoridades contra quienes se identificó
como cabezas visibles que operaban en la zona, entre ellos Gonzalo
Inzunza “El Macho Prieto” y Cenobio Flores “El Checo”.
Sin embargo
oficialmente la siguen considerando una célula dependiente del cártel de
Sinaloa.
Y en Tijuana según la autoridad ministerial es un caso similar,
pequeñas células del cártel de Sinaloa que están emergiendo, dedicadas
al tráfico de droga al menudeo, también investigadas por los homicidios
relacionados con la pugna interna por la plaza delictiva y que
“recientemente” decidieron probar con el tema de secuestro.
De acuerdo a la información de inteligencia revelada por las
averiguaciones previas el Procurador del Estado Rommel Moreno detalló:
“Estoy hablando de grupos de Sinaloa, no estoy hablando del CAF ni de
los michoacanos. Grupos emergentes, marginales, que se contactan unos
con otros que tienen ciertas características, que están trabajando en
temas de narcomenudeo y eventualmente pretenden ser secuestradores,
están explorando”.
Caso Mexicali: “En los secuestros son ex policías michoacanos, mas no
estoy hablando de las Familia Michoacana. Tuvimos el seguimiento de
ellos, están en prisión iniciando una sentencia, esto ha permitido el
acompañamiento con las autoridades de Morelia precisamente para indagar
todo este espectro y decir cómo están relacionados, precisamente
autoridades de Michoacán policiacos, con este sentido de criminales y
delincuentes que vienen y se podrían conectar con los Grupos de
Sinaloa”.
Caso Tijuana: “Derivados del grupo Sinaloa”. Los Sureños, Los
Tlaxcaltecas, Los Pelones, Los Atlantes, Los Panchos, Los Güichos y Los
Chamulas. “Células de entre 10 y 15 individuos con una dinámica
constante de crecimiento”, bandas que están reclutando:
1.- Deportados.
2.- Deportados ex convictos. Entre enero y mayo de 2013 se capturaron
a 23 implicados en homicidios y otros 7 en lo que va del mes de junio.
3.- Migrantes del sur del país. Procedentes de Michoacán, Nayarit,
Jalisco, Tlaxcala, Veracruz y Sinaloa con más participación. Con menos
participación Colima y Durango.
El mapa criminal actual que revela la llegada e incorporación de
miembros menores de cárteles en otros estados de la República Mexicana,
en algunos de los casos llegan en camiones pasajeros o vehículos
particulares como mulas de droga.
En Tijuana se han incorporado a los grupos que operan en La Mesa, Los
Álamos, Valle de Las Palmas, Villas del Real, Las Delicias, Otay
Insurgentes, El Florido, Mariano Matamoros y Lomas Virreyes.
Y en Mexicali en la colonia Guadalupe Victoria, Misión del Valle y Nacionalista.
El Procurador insiste: “Son grupos emergentes, no estamos hablando de cárteles ni de comandos específicos”.
—Sin embargo los secuestros en Zona Costa fueron operativos criminales que incluyeron varias camionetas.
“En el caso de Mexicali, inclusive en los videos en la manera como se
van presentando los hechos vemos casi un acompañamiento. No hay
comandos, no hay cárteles, ha sido una especie de llevar a la víctima
como en un paseo. Por eso de entrada no tenemos elementos para advertir
que hay esta violencia que se ha generado en otras etapas”.
— ¿Y el nivel de violencia usado contra el joven Bardo Parra?
“No tenemos ningún método o mecanismo que haya sido similar en todo
el estado, por lo tanto estamos tratando de ver entre una conducta
emergente entre estas personas que no traían –por lo menos no traemos
documentado– experiencia. Y seguimos con esta investigación.
“Sí hay secuestros en el estado, pero han sido resueltos, yo creo que
ésa es la parte que queda en la desinformación. Pero debemos dejar
claro que nuestra función es investigar delitos, no evitar que se
cometan, no existe en México la dinámica de prevención.
La ley de punto
de vista integral habla de la estrategia de la prevención, del combate y
de la administración de los temas, pero nuestra obligación es
intervenir cuando haya delito, lo hemos hecho y lo hemos resuelto”,
concluyó el fiscal del estado.
Secuestros, privaciones, levantones
“En el caso de Baja California hay células de grupos delictivos, que
se desarticularon en su momento y que eran los que tenían el
empoderamiento aquí en Mexicali.
Hay un grupo delictivo vinculado con
otros del interior de la república que han venido realizando
particularmente el hecho del secuestro, algunas ejecuciones derivadas
del crimen organizado en Mexicali”, explicó el Secretario de Seguridad
Pública en la entidad, Daniel de la Rosa Anaya.
El
funcionario consideró que todos esos hechos están relacionados, como el
homicidio de Martha Fernández, quien rentaba casas en Mexicali (12 de
octubre 2011), el crimen de un ex ministerial de apellido Ferro en
Sinaloa, el “levantón” y desaparición de su ex mujer en la zona del
Nuevo Mexicali, son apenas algunos de los ejemplos.
“Esos y otros homicidios son la oportunidad que miran otros grupos
delictivos de establecer un control del municipio de la plaza, con la
vinculación con algunos delincuentes locales”, detalló el secretario y
puso como ejemplo el reciente homicidio de Manuel “El Gordo” Garibay
Félix (19 de febrero de 2013), lo que desata algunas de las pugnas por
el control.
En cuanto a los secuestros de migrantes, de la Rosa Anaya refirió que
se trata más bien de grupos locales, aunque acepta que son menos
incidentes sobre todo comparados con años anteriores y lo que llamó la
atención recientemente es que se trató de varios casos en una misma
semana.
“No hemos encontrado una conexión de estos grupos delictivos con el
crimen organizado”, afirmó el secretario de la Rosa, quien expone que el
vínculo del crimen organizado viene con Michoacán, Sinaloa y con
Jalisco y la llamada “Nueva Generación” por el lado del Gordo Garibay.
“El más fuerte es el de Sinaloa, sobre todo a raíz que se debilitan
los Arellano. Pero desprendido del tema del secuestro hay cierta
vinculación con los de Michoacán”, concretó el Secretario de la Rosa.
Contra el ambiente de delito
De acuerdo al Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Publica,
Jonathan Díaz, es importante que se aclaren todos los secuestros o
“privaciones ilegales de libertad” y homicidios. “Ese tipo de incidentes
o casos de alto impacto generan inquietud en la comunidad”.
En ese contexto el Presidente del Consejo Ciudadano ha sostenido
diversas reuniones con funcionarios estatales con el tema de la
seguridad. “La gente se preocupa si considera que es algo (delito) que
les pueda pasar a ellos”; afirmó:
“en ocasiones hay un mal manejo
informativo de parte de las autoridades”, en función de los dos términos
utilizados, secuestro si hay cobro obligado, como único elemento, y
privación si es que hay presunción de ligas con el narcotráfico de por
medio.
“Aun así he sido muy insistente, si hay un delito deben de
resolverlo, a mí no me importa si al que se echaron era bueno o era
malo, es un delito y hay que resolverlo”, reclamó el empresario
cachanilla.
Explicó que como consejo buscan generar un listado de casos de alto
impacto, junto con las autoridades, para crear una suerte de listado que
se analice de manera conjunta. “Siento que hay motivos por los que de
repente se da ese vacío de información, uno y es explicable, que no
quieren dañar las investigaciones. Sí hay que tener cuidado con lo que
se publica, hay cosas que no se pueden decir hasta que no tenga la
autoridad los elementos”.
Completó: “Hay solo un caso que me preocupa y espero que las
investigaciones tengan fruto pronto y creo que en la medida en que se
den secuestros (ciudadanos) y se meta a la cárcel a los responsables,
eso nos debe de dar tranquilidad porque eso va a desalentar el delito”.
Y en cuanto a las otras privaciones –con otras causas– consideró que
“no nos debe de preocupar en el sentido de que nos secuestren, nos debe
de preocupar en el sentido de que hay gente mala que no la queremos
aquí”, finalizó el representante ciudadano.
(SEMANARIO ZETA/ ZETA Investigaciones/
junio 17, 2013)
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