Madero y el Pacto, en riesgo
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- El conflicto entre el dirigente nacional del PAN,
Gustavo Madero, y el excoordinador de la fracción parlamentaria de ese
partido en el Senado, Ernesto Cordero, es reflejo de un problema más
profundo en el blanquiazul y tiene que ver con las intenciones del
exmandatario Felipe Calderón de extender su control partidista más allá
de su presidencia, lo que intenta a partir de los allegados que logró
colocar en el Congreso gracias a las listas de su partido.
Esta
hegemonía de calderonistas en la representación blanquiazul se hizo más
patente en el Senado por el menor número de integrantes (24 de los 38
senadores) que fue precisamente lo que llevó a que se nombrara como
coordinador a Cordero, quien carecía totalmente de experiencia
legislativa pero contaba con el aval de casi las dos terceras partes de
los integrantes de la fracción, como se evidenció en esta crisis.
Madero
no soportó la rebelión de los calderonistas que ven como una ofensa al
expresidente la participación panista en el Pacto por México, lo cual
hicieron sentir desde el inicio del mismo, pero que evidenciaron con el
anuncio del miércoles 15 de que los grupos parlamentarios del PAN y el
PRD presentarían una reforma alternativa.
La conferencia de prensa en la
que participaron Roberto Gil y Ernesto Cordero, por parte del PAN, y
Miguel Barbosa y Manuel Camacho, del PRD, fue la gota que derramó el
vaso y provocó la destitución de Cordero.
Madero hizo uso de sus
facultades estatutarias: Destituyó a Cordero y nombró a Jorge Luis
Preciado en su lugar, con el consiguiente desdén de sus
correligionarios.
Los impactos de la decisión de Madero son múltiples
pues por una parte afectan el trabajo legislativo –ya que todo indica
que tendrá la lealtad y disciplina de su coordinador pero perderá la
comunicación con el grupo parlamentario– y por otra distrae a la
estructura panista la víspera de una jornada electoral de especial
relevancia para el panismo.
En cuanto a esto es un hecho que el
conflicto manifiesto entre la dirigencia nacional y la bancada panista
impactará en la opinión pública y en el ánimo de la militancia, por lo
que las posibilidades de éxito blanquiazul en las elecciones del domingo
7 de julio seguramente se verán afectadas negativamente.
Fragmento del análisis que se publica enla edición 1908 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
/ 27 de mayo de 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario