EL PERDÓN DE LASCURAÍN

ABCdario

Víctor Octavio García

• ¿Y el “largo brazo de la justicia qué?
• La “alineación” de Cruz Olivera

Existen fuertes sospechas de que el alebrestado caso “Lascurain” llegó a la mismísima mesa del Pacto por México puesto en la sobre mesa por un paisano, amigo y compadre del ex Director del Centro SCT en BCS, Gustavo Madero, el mediocre Presidente del Partido de Acción Nacional.

Todo mundo sabe que Carlos Alberto Lascurain Ochoa llegó al Centro SCT de BCS –febrero de 2009– apadrinado por el entonces Senador de la República, Gustavo Enrique Madero Muñoz, ambos miembros de familias de fino linaje “revolucionario” y no menos conservadoras de Chihuahua, y por supuesto panistas de viejo cuño.

 Llega a BCS para proteger los intereses mafiosos del grupo de constructores chihuahuenses –hartamente familiarizados con el “Picore”– que han sentado sus reales en la media península, incluyendo las constructoras de los parientes de “Maderito” y del derechista Juan Molinar Horcasitas, solo que cuando arriba al Estado se topa con la mafia de constructores locales encabezada por “Sammy” Araiza, rico y poderoso ex Director de Administración del Centro SCT.
Lascurain no tarda en amafiarse con el “Sammy”, y unidos empiezan a pegarle fuertes “tarascones” al presupuesto de mantenimiento carretero, mantenimiento que no se ve por ningún lado a lo largo y ancho de la desatendida carretera transpeninsular. 

Para esto, el presupuesto carretero rápidamente se ve reflejado en ostentosas mansiones, carros de carrera, apuestas millonarias en el Caliente y gustos refinados, solo que su “sueño sudcaliforniano” de poder, riqueza y holgazanería –aquél que hace referencias a una mata de tamarindo en el patio de la casa para preparar caguamadas, casarse con una maestra e ir al norte a comprar un “Toyotita”– se viene abajo con la llegada como “chivo en cristalería” de Luís Alejandro Cruz Olivera, un júnior poblano con ámpula de todo poderoso y de comerse el mundo a puños, que llega a limpiar la plaza de competencia y apoderarse luego-luego del pastel SCT, y corre con formas y modos atrabancados y humillantes al mismísimo Lascurain y al capo de capos Sammy Araiza, con todo y proveedores afines; el sueño había llegado a su fin y no precisamente con un final feliz. 

Cruz Olivera anuncia profundas auditorías a los ejercicios administrativos de Lascurain Ochoa y de Araiza, y cárcel segura para estos dos “pájaros de cuenta” que cimbra todo el entramado mafioso que habían construido para saquear a la SCT de BCS. Pero a tres semanas de esos pomposos anuncios de limpiar la casa de ratas y de cárcel para los saqueadores, no ha pasado nada. 

Lascurain sigue paseándose por todas las casas de apuestas y bares de la zona maleconera en compañía de su socio el ahora Pedro “Con Lana”, mientras Sammy Araiza goza de cabal salud, compitiendo en su hobby favorito las carreras de Off Road y los otros, en apuestas en el Caliente y viajes a Europa y lo que es peor, Cruz Olivera ha iniciado la construcción de un nuevo entramado mafioso para seguir saqueando a la SCT, todo porque Gustavo Madero Muñoz defendió a Carlos Alberto Lascurain Ochoa su compadre y ahora “testigo protegido” en la mismísima mesa del Pacto Por México, todo porque Lascurain le sabe demasiado.

Luís Alejandro Cruz Olivera tuvo la oportunidad de hacerle un favor a Osorio Chong exhibiendo al panismo corrupto y depredador, pero se “dobló” en las primeras de cambio ante Gustavo Madero, defensor y protector de Lascurain, de ahí que el nuevo y flamante Director del Centro SCT mejor decidió aliarse con la mafia local e iniciar su nuevo reinado sentado en el ejercicio presupuestal del mantenimiento carretero, y los mismos medios de comunicación –periódicos– que le brindaron protección mediática a Lascurain y camarilla, ahora se la dan al nuevo capo de capos, Cruz Olivera, solo que las notas de ocho columnas no limpian los “expedientes negros” del saqueo impune y criminal que se dio y que se seguirá dando en la SCT de BCS. Ojala que el “largo brazo de la justicia administrativa” alcance algún día a los que atracaron con toda impunidad en esta dependencia federal o de plano nos encomendemos a la “justicia divina” que tardada por las pésimas condiciones de la carretera transpeninsular, pero algún día llegará. ¿Chúpense esa?.

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