Crece la inseguridad y no
hay Agencia del Ministerio Público, ni Juez Calificador
Aunque negada por las
autoridades, la incidencia delictiva en el Valle de Mexicali ha incrementado y
la situación hizo crisis tras el reciente asesinato de una joven asistente
dental, provocando la inmediata protesta ciudadana. En un contexto de escasa
vigilancia y gran flujo turístico y económico -dos millones de turistas al
año-, solo cuentan con cuatro patrullas y siete policías municipales
Sergio Haro Cordero
Algodones, Baja California.- La tarde del miércoles 17 de abril, Josefina
Torres Prado salió de su casa para dirigirse a clases de Zumba -a las que
asistía regularmente- en el Salón Ejidal, donde compartía las tardes con una
treintena de mujeres del poblado. La joven asistente dental se llevó las llaves
de su auto y las del carro de su novio. Después de las nueve de la noche y ante
su ausencia, familiares empezaron a inquietarse. Pasaron dos horas más y ya no
aguantaron la incertidumbre. Empezó la búsqueda, ya que Josefina no había
llegado a su clase de baile.
Dos días después, su cuerpo fue encontrado flotando en el Canal Reforma,
cerca de la Presa Morelos. De acuerdo al resultado de la necropsia, el cadáver
tenía huellas de violencia en el cuello, aunque la causa de la muerte fue
asfixia por ahogamiento.
El asesinato de la joven, conocida y querida en la comunidad, desató el
coraje popular. Aún no recogían el cuerpo del Servicio Médico Forense en
Mexicali, cuando decenas de pobladores organizaron una manifestación, la tarde
del sábado 20 de abril, que culminó con la destitución del Comandante de la
Dirección de Seguridad Pública, Raymundo García.
Un día antes fue encontrado el cuerpo de un joven ejecutado, localizado maniatado
y golpeado en una zona agreste cercana al basurero. Antes, en la colonia
Granados -en la misma zona-, se localizó a un hombre asesinado de tres balazos
en las afueras de su domicilio.
La violencia provocó una psicosis colectiva y una serie de rumores: Que
habían desaparecido dos jovencitas estudiantes del CECYTE, que a una joven se
le trató de levantar en un bar del poblado, por hombres armados y encapuchados
que amagaron a los testigos, pero esta información nunca fue constatada.
“Es algo lamentable, pero se trata de un hecho aislado”, consideró el
delegado municipal Enrique Navarro, además de aceptar que solo hay siete
agentes municipales por turno comisionados a este poblado, quienes cuentan con
cuatro patrullas. Pero como en el poblado no hay Agencia del Ministerio Publico
ni Juzgado Calificador, en ocasiones tienen que trasladar a los detenidos hasta
Mexicali, y si hay dos o tres traslados a la vez, la población se queda con un
solo policía que los proteja.
La comunidad tiene cerca de 18 mil habitantes, y la visitan unos dos
millones de turistas norteamericanos que acuden a alguno de los más de 300
consultorios -dentistas la mayoría- de la zona.
El poblado, oficialmente nombrado “Vicente Guerrero”, es la zona más al
norte del país y se ubica en colindancia con California, Arizona, Sonora y Baja
California. Es parte de Mexicali, pero está más cerca San Luis Río Colorado y
durante años fue considerada área de cruce de droga e indocumentados. Hace dos
semanas, en la garita de cruce entre Algodones y Andrade, California, se detuvo
a un sujeto en cuyo vehículo cargaba 48 libras de cocaína pura.
De acuerdo al delegado municipal, la gente de Algodones es gente buena, no
se mete en problemas y, cuando detectan fuereños que no inspiran confianza, los
detienen, van y los “tiran” en sitios alejados, allá por La Puerta, en la
carretera a San Felipe.
SOCIEDAD IMPACTADA
De un consultorio dental a otro,
localizamos a Maribel, hermana de Josefina Torres Prado, quien contaba con 26
años de edad.
“No nos han dicho nada, dicen que están investigando”, explica la joven
asistente dental. Josefina estudió hasta la preparatoria y pensaba prepararse
como técnica de higienista dental; vivía con su mamá y era madre de un niño de
siete años.
Maribel recuerda que el miércoles 17 de abril, su hermana salió de su casa
cerca de las 7:20 pm, se fue caminando hasta el Salón Ejidal, donde participaba
en clases de Zumba. “Esperamos a la salida de la Zumba, ya cuando miramos que
eran las nueve, ya no se nos estaba haciendo normal, el novio de su hermana fue
en una bicicleta y (Josefina) ya no estaba. Como a las diez fuimos a buscar a
la instructora y nos dijo que no había ido”.
Josefina era madre soltera y con el padre de su hijo ya no tenía relación,
incluso está encarcelado desde hace cuatro años “por pleitos de vandalismo”,
comenta Maribel.
Jesús, el novio actual, trabaja en un laboratorio dental en el mismo
poblado. La hermana refiere que cerca de las 11:00 pm acudieron hasta la
Estación de Policía, pero les dijeron que había que esperar 72 horas. En el
lugar no había ninguna patrulla. De ahí se fueron hasta la Agencia del
Ministerio Público en Ciudad Morelos -otro poblado ubicado unos 15 kilómetros
hacia el sur-, donde les ratificaron que había que esperar hasta las nueve de
la mañana del siguiente día.
“Nos pusimos a buscarla caminando, somos seis hermanas, y el novio, mis
cuñados, anduvimos buscando por las orillas y no la encontramos”, dice Maribel.
Ante la falta de patrulla, no se animaban a ir más lejos. El mismo jueves
integraron tres patrullas de la Policía Ministerial a la búsqueda, y el viernes
19, acudieron a Mexicali para buscar a Josefina en hospitales y el SEMEFO.
Ese día, una de sus hermanas recibió una llamada anónima avisando que por
la orilla del canal estaba un cuerpo con las características de su hermana. A
otra familiar le toco atisbar hacia el canal, logrando identificar
positivamente el cuerpo de Josefina. Portaba aún la misma ropa que cuando salió
hacia su clase de baile. El cuerpo de su hermana les fue entregado hasta la
madrugada del lunes 22 de abril, y esa misma tarde, la sepultaron en el Panteón
Municipal de San Luis Río Colorado. Pero de la investigación nada saben, aunque
Maribel rechaza las versiones extraoficiales, no se explica lo que sucedió.
“(Josefina) Era muy seria, lo único que hacía era cuidar a su niño, lo
llevaba al parque, a la bicicleta, a jugar con la pelota”.
“UN CASO AISLADO”:
DELEGADO
“Es un hecho lamentable, a todos nos
duele, es un ciudadano, una hija de familia”, expone por su parte el delegado
municipal Enrique Navarro Núñez, y añade: “Se cree que fue algo pasional, pero
no hay nada firme, las investigaciones andan con todo”.
Para Navarro, este crimen es un hecho aislado que “nunca antes había pasado
en Algodones, una ciudad muy pacífica”.
El delegado confirma que recientemente se encontró a un ejecutado, “pero en
un área fuera de Algodones”, y en un probable problema entre narcotraficantes,
“ajuste de cuentas, me imagino yo”.
Asimismo, rechazó la versión de dos jóvenes estudiantes del Centro de
Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Baja California (CECYTE)
desaparecidas: “Mucha gente ha aprovechado este hecho lamentable, el crimen de
esta muchachita, para crear una confusión”.
Negó también la versión de que otra mujer trató de ser “levantada” en el
bar Hawai.
Navarro asegura que desde que fue instalada la malla metálica en la
frontera con Estados Unidos -hace cerca de ocho años-, el índice de cruce de
drogas e indocumentados disminuyó. Que hay de siete a diez policías municipales
por turno, cuatro patrullas, aunque existe la promesa del director de seguridad
de enviar tres vehículos más.
No existen en Algodones oficinas de la Procuraduría General de Justicia del
Estado, ni de la Policía Estatal Preventiva, ni un Juez Calificador. En el
turno de día remiten a Ciudad Morelos, y en la noche, hasta el Kilómetro 43 o a
Mexicali. El delegado reiteró: En el poblado hay solo dos bares y dos cantinas,
y varios restaurantes.
Para Enrique Navarro, Algodones sigue siendo un lugar muy seguro, que
cuidan que no se salga de control -“nos debemos 100 por ciento al turista”-, y
lo que hacen con gente “de dudosa procedencia”, es levantarlos y llevarlos
fuera del poblado. “Tratando de cuidar a nuestra gente, hay veces que
levantamos 30, 40 viciosos y los mandamos a la orilla del Valle. Por allá hasta
La Puerta, rumbo a San Felipe…”.
ALEJADOS DE TODO
La respuesta ciudadana fue de manera
espontánea, sin partidos, ni grupos, expone la joven Morayma Medellín, en
relación a la manifestación ciudadana. Medellín no cree en la versión de la
Policía, ejemplifica con el asesinato hace un mes de un joven y la referencia
oficial de “que estaba aliado con el narco”. Para la estudiante de Derecho, se
trata de respuestas “fáciles” de parte de la autoridad.
La muchacha coincide que anteriormente había más actividad de narcotráfico
y cruce de personas a Estados Unidos, debido a la ausencia de una división,
donde solo el río servía de frontera. “Algodones era tranquilo, ellos
(polleros, narcos), nunca se metían con nosotros, ni nosotros con ellos”, pero
en los últimos 18 meses han incrementado los delitos en el poblado, sobre todo
los robos domiciliarios.
Pone otro ejemplo de horror, el caso de una joven -amiga de ella- que
encontraron tirada en la zona del basurero, con débiles signos vitales,
apuñalada, destrozada en sus partes íntimas, violada, lastimada en su cara, en
su cuerpo. La joven sobrevivió, se recuperó e identificó a su agresor, quien
resultó ser un hombre de la comunidad, casado, tranquilo, con hijos, pero
obsesionado con la belleza de la mujer. “Si ella no hubiera quedado viva,
hubiera pasado igual”, reflexiona Morayma sobre la tesis oficial en el caso
Josefina como un crimen pasional.
Ante la indolencia policial, menciona el caso del policía Gerardo Torres,
quien recién asumió como comandante cuando fue relevado del cargo Raymundo
García. Afirma que Torres aparece en un video, guardando meticulosamente
billetes que saca de todos los bolsillos de su uniforme -pantalón y camisa-, en
un baño donde fue videograbado. Dichas imágenes, con la leyenda de que el
dinero es producto de mordidas, fueron
subidas al portal de videos YouTube.
Sobre el caso de las muchachas del CECYTE, Medellín refiere que una hermana
de Josefina había comentado que ella no había sido la única, “pero que no podía
dar más información”, e igual con la versión del presunto intento de levantón
en un bar de la localidad. “Lo que pasa es que alguna gente no interpone
denuncias, para evitarse problemas”. La posible causa: El 30 por ciento de las
muchachas que van a trabajar a Algodones, lo hacen en bares -desnudistas-,
aunque en su casa digan que laboran en farmacias o consultorios.
“Creo que Algodones necesita mucha atención, atendemos una cantidad
importante de turistas, pero estamos en un área del mapa que está totalmente
alejada de todo, tenemos más desierto que seguridad”, resume la joven
algodonense.
(SEMANARIO ZETA/Sergio
Haro/ mayo 6, 2013)
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