Falseó declaraciones sobre condiciones de pago a empleados en la Junta de Conciliación
Trabajadores sindicalizados que fueron llamados a trabajar dos horas más –salir a las 5 en lugar de las 3 de la tarde– demandan el pago de esas dos horas extra a la Comisión Estatal de Servicios Públicos. En la paraestatal dicen que se acordó darle un bono por el horario extra y que esa condición la aceptó el Sindicato, mientras empleados hablan de un incentivo otorgado a discreción y no por el horario adicional
Luis Alonso Pérez Chávez
Una serie de demandas laborales contra la Comisión Estatal de
Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) han destapado las mentiras que su
director, Hernando Durán Cabrera, ha declarado ante la Junta de
Conciliación y Arbitraje de Tijuana para evadir el pago de horas extra
que reclama un grupo de trabajadores de la paraestatal.
Al mismo tiempo que mentía a la Junta, declaraba la verdad ante la
Dirección de Responsabilidades y Situación Patrimonial de la Contraloría
General del Estado, dejando en evidencia la falsedad de sus
declaraciones, un delito del fuero común castigado con un máximo de
cinco años en prisión.
En la gestión de Durán 120 demandas laborales han sido interpuestas
contra la CESPT ante la Junta de Conciliación y Arbitraje por empleados
que demandan un pago de hasta 180 mil pesos por concepto de horas extra.
De perder los juicios la Paraestatal podría erogar hasta 21.6 millones
de pesos, lo que equivale a aproximadamente una décima parte de lo que
costará construir la presa Las Ánimas.
El origen del conflicto
Era el año 1994. En ese entonces la Comisión Estatal de Servicios
Públicos de Tijuana (CESPT) era dirigida por el ahora gobernador, José
Guadalupe Osuna Millán, recordó Soledad Santos, empleada administrativa
de la Paraestatal desde hace casi 30 años.
“Como Osuna se la pasaba ahí en las oficinas día y noche, entrando y
saliendo a todas horas, quería que toda la gente estuviera ahí también,
así que decidió aumentar los horarios de trabajo de los trabajadores
sindicalizados de las 3 a las 5 de la tarde”, explicó la trabajadora.
El cambio de horario de trabajo se acompañó de un aumento en el monto
de un estímulo quincenal que recibían desde años atrás, como una forma
compensar por el trabajo adicional. “Pero en teoría solamente”, aclaró
Santos, ya que los tabuladores de pago no siempre eran equitativos a las
horas trabajadas, algunos recibían más que otros. “Todo se manejaba de
manera arbitraria, era de acuerdo como le cayeras al jefe”, manifestó.
“A mí me pagaban 260 pesos de bono pero no me dijeron que era por las
horas extra, así que un día decidí irme a las 3 de la tarde y me
castigaron la compensación por nueve meses”, recordó Lucio Manrique,
otro empleado de CESPT.
Con el paso de los años la costumbre se convirtió en regla y se
instituyó un horario de facto: 9 horas diarias, de 8 a 5 de la tarde, de
lunes a viernes para los empleados de base. Todos recibían su bono y
nadie se quejaba.
Fue hasta el 2001cuando se firmó el primer contrato colectivo de
trabajo entre la CESPT y el Sindicato de Burócratas ante la Junta de
Conciliación y Arbitraje, entidad de gobierno dedicada a impartir
justicia y armonía en las relaciones obrero-patronales. Este contrato
estipulaba jornadas de siete horas diarias, pero todos seguían
trabajando nueve y recibiendo su bono.
Hasta que alguien decidió
reclamar en los tribunales el pago de sus dos horas extra trabajadas.
Las primeras demandas fueron solucionadas mediante convenios en los
que se acordaba pagar a los trabajadores el total o una parte de las
prestaciones reclamadas.
Las resoluciones que favorecían a los
trabajadores desencadenaron una oleada de demandas en contra de la CESPT
con el mismo reclamo.
De siete demandas interpuestas contra la Paraestatal durante 2008,
primer año de la gestión de Hernando Durán Cabrera, subió a 17 en 2010.
En 2011 se interpusieron 22 demandas y en 2012 se dispararon a 55.
Actualmente se sostienen 120 demandas por concepto de horas extra,
reportó la subdirección de CESPT. Sin embargo la cantidad de empleados
demandantes se desconoce, ya que algunas demandas son individuales y
otras colectivas, agrupando hasta veinte trabajadores en un solo caso.
Soledad Santos y Lucio Manrique pertenecen a un grupo de 60
trabajadores sindicalizados que a través de 15 demandas exigen que se
les paguen las horas extra trabajadas. Legalmente pueden exigir solo un
año de prestaciones no retribuidas, más las acumuladas durante el tiempo
que tarde en resolverse la demanda.
El juicio de Soledad inició en 2011 y exige el pago de los mil 835
pesos de horas extra que debió haber recibido quincenalmente. Para esta
fecha el pago reclamado podría superar los 100 mil pesos e incrementa
con cada quincena que transcurre.
De acuerdo con sus estimaciones cada trabajador exige en promedio un
pago de 180 mil pesos, sin embargo ésta no es una cifra oficial. Si esta
cantidad es correcta, y la CESPT se llega a ver obligada a pagar a los
trabajadores que han demandado, tendría que erogar alrededor hasta 21.6
millones de pesos, lo que equivale a aproximadamente una décima parte de
lo que costará construir la presa Las Ánimas, un ambicioso proyecto
hidrológico que tardará más de dos años en construirse y tendrá un valor
aproximado de 200 millones de pesos.
Falsas declaraciones
Antes de que Soledad Santos demandara a la CESPT sus compañeros
Manuel López y Todocio Quiroz promovieron la demanda 1599/2011-3E,
también reclamando el pago de horas extra, al igual que lo habían hecho
otros antes que ellos. Sin embargo su caso no procedió como el de sus
antecesores ya que en él se cometieron una serie de irregularidades, que
de comprobarse en una corte penal, podrían constituir un delito.
En un informe rendido ante la Junta Especial Número Tres por Hernando
Durán, el director de la Paraestatal manifestó que no tenía
conocimiento de las condiciones de trabajo en que laboraban los
empleados sindicalizados de la CESPT; que no había participado en la
firma del contrato colectivo de 2010 celebrado entre la CESPT y el
Sindicato de Burócratas, y que no tenía conocimiento de que dicho
contrato establecía jornadas de siete horas para trabajadores
sindicalizados.
La estrategia legal de Durán sorprendió a Soledad Santos, así que
solicitó que se le otorgaran copias de los registros de asistencia
mediante los cuales el departamento de Recursos Humanos lleva el control
de sus horas laboradas. Una mayor sorpresa recibió cuando el
representante legal de CESPT manifestó que “en la fuente de trabajo no
se acostumbra llevar registros de control asistencial del personal de la
Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, es por lo que no se
exhibe, entendiendo al principio que nadie está obligado a lo
imposible”.
La respuesta enfureció a Santos y sus compañeros de trabajo que
también demandan a la Paraestatal, ya que todos los días al llegar y
antes de irse a sus casas se registran ante un sistema computarizado
mediante su huella digital o deslizando su credencial en un lector.
Esta declaración puede ser fácilmente desechada por cualquier
ciudadano que revise la nómina de la CESPT en la página de Transparencia
del Gobierno del Estado y verifique que existen cuatro empleados en la
Oficina de Sueldos y Salarios con el puesto “Tomador de Tiempos”.
Inconforme, Soledad Santos denunció la inconsistencia ante la
Dirección de Responsabilidades y Situación Patrimonial de la Contraloría
del Estado, dependencia que giró un oficio al Director de CESPT en el
que le planteaba una serie de preguntas sobre la manera como la
Paraestatal a su cargo llevaba el control de asistencias del personal.
Las respuestas fueron muy diferentes a las que planteó a la Junta de
Conciliación y Arbitraje. Al ser cuestionado de qué forma se llevaba el
control de las asistencias Durán contestó, “el control asistencial se
lleva de manera electrónica y con tarjeta”. Se le pidió que indicara
mediante qué tipo de contrato fueron contratados el personal
sindicalizado, en su respuesta sostuvo que “son amparados bajo el
contrato colectivo de trabajo vigente”.
Respaldándose en el reporte rendido ante la Contraloría, Soledad
Santos solicitó a la Junta de Conciliación y Arbitraje dar vista ante el
Ministerio Público del fuero común de la posible comisión de un delito
cometido por parte de Hernando Durán, al considerar que incurrió en
Falsedad ante las autoridades, establecido en el artículo 320 del Código
Penal de Baja California, el cual contempla una pena de uno a cinco
años de prisión y hasta cien días de multa.
“Si nos dice ‘paguen’, pues pagamos”
A pesar de la posibilidad de que Hernando Durán haya falseado
declaraciones ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, su presidente,
Leonardo Martínez Delgado, sostuvo que no corresponde a la Junta turnar
el caso ante el Ministerio Público. “Ésos serán derechos que deberán
hacer valer las partes cuando lo consideren convenientes”, precisó.
Al ser cuestionado sobre las dos versiones de las condiciones
laborales dentro de la CESPT presentadas por Hernando Durán en los
juicios, Martínez aclaró que no puede precisar detalles sobre casos
abiertos ya que aún no se dicta una sentencia.
Sin embargo explicó que “al momento de dictar el laudo (sentencia)
todas las pruebas se van a identificar, enumerar, transcribir y
valorar”.
Una postura similar de discreción asumió Isauro López Cárdenas,
subdirector administrativo y financiero de CESPT. López explicó que el
bono que recibían los empleados desde antes de la administración de
Hernando Durán era específicamente una contraprestación por las dos
horas extras trabajadas, una condición que en su momento aceptó el
Sindicato de Burócratas.
Precisó que el monto se determinaba de acuerdo al salario de cada
empleado, pero al ser cuestionado sobre cómo se llevaba un control de
las horas que trabajaba cada empleado y la manera en que se calculaba el
pago que deberían recibir, el Subdirector explicó que ése era “un tema
que quisiera no tocar”.
“Estamos en un litigio y eso podría complicar el litigio porque si yo
digo algo de más se van a valer el mismo trabajador para ponerlo dentro
de este proceso”, manifestó.
López sostuvo que al inicio de esta administración existían alrededor
de 10 demandas de empleados que se aprovechaban de “lagunas en la Ley”
para ir demandando esas horas como tiempo extraordinario, “saliéndose de
la negociación original”. Reconoció que actualmente existen cerca de
120 demandas abiertas, pero desconoce el número de empleados
demandantes.
Agregó que lamenta que “estas personas en ningún momento se acercaron
con nosotros a pedir el pago de sus horas extraordinarias, se fueron
directo a la demanda”. Además aseguró que los funcionarios de CESPT en
todo momento han acudido a los actos de conciliación y han cumplido en
todas las etapas de los litigios.
También aseguró que hasta la fecha la CESPT ha cumplido con todas las
condiciones establecidas por el contrato colectivo de trabajo. Al ser
cuestionado sobre el motivo por el cual se negó la existencia del
contrato, el Subdirector Administrativo sostuvo que “posiblemente porque
el contrato colectivo de 2012 aún no se ha firmado, tal vez por eso es
la confusión”.
Por su parte Sergio Gomesllanos, jefe del Departamento de Recursos
Humanos, negó que la CESPT se niegue a pagar a sus empleados, “es que
debemos esperar que nos dice la junta, si nos dice paguen pues pagamos
obviamente o llegamos a un acuerdo conciliatorio con las partes”.
(SEMANARIO ZETA/ Luis Alonso Perez Chavez/
abril 29, 2013)
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