Arturo Rodríguez García/ Proceso
MÉXICO, D.F.
(proceso.com.mx).- Una serie de operaciones fraudulentas posibilitaron el
despojo de un enorme predio de alta plusvalía a una familia que, tras 18 años
de litigios, logró vencer en tribunales a Grupo Comercial Chedraui, la poderosa
cadena de supermercados que ahora, además de tener que restituir el inmueble,
enfrentará las consecuencias de no haber informado del caso a la Bolsa Mexicana
de Valores.
En el predio en
conflicto se edificó un enorme centro comercial compuesto por unos 80 locales
además de la tienda ancla, es decir, Carrefour –actualmente Chedraui– que ahora
debe entregarse por orden judicial a sus propietarios originales con todo lo
que ahí está edificado.
El inmueble está
ubicado en la carretera Picacho-Ajusco, donde el pasado jueves 18 de abril, se
ejecutó la sentencia para restituir la posesión a sus propietarios y se lanzó a
Chedraui, por ahora, de la plaza comercial para, más adelante, proseguir con el
estacionamiento y la misma tienda de autoservicio.
Los procedimientos
de ejecución judicial han encontrado resistencia de la empresa pues, según el
abogado de los propietarios, Andrés González, a través “del subterfugio de
utilizar diversas razones sociales y diferentes domicilios, para evadir las
notificaciones y retrasar la ejecución final de una sentencia que saben, los
obliga a entregar todo el inmueble”.
En la historia del
caso hay de todo: operaciones realizadas por un famoso defraudador de los años
noventa sobre el que circularon novelescos periplos; una inversión francesa
fracasada; evidencias de negligencia en la fe pública y sobre todo, la
consabida lentitud de la justicia mexicana que tardó 18 años en decidir el
asunto.
HISTORIA DE UN DESPOJO
De acuerdo a los
expedientes del caso, cuya copia tiene este medio, el 28 de noviembre de 1990,
Emilio Vega Velasco y un grupo de familiares asociados, adquirieron un predio
de aproximadamente 20 mil metros cuadrados, en el número 121 de la carretera
Picacho-Ajusco.
La compraventa fue
protocolizada por el notario 177 del Distrito Federal, Víctor Manuel Mancilla,
a través de la escritura pública 9354 con fecha de 3 de noviembre de 1992. Como
vendedora aparece la razón social Jardines del Pedregal de San Ángel, un fideicomiso
gubernamental a través del cual se urbanizó ese sector localizado al sur de la
Ciudad de México.
El predio adquirido
por Vega Velasco está ubicado entre un conjunto de lotes que fueron asignados
por el mencionado fideicomiso a diferentes instituciones de carácter público,
entre éstos los terrenos originalmente de Imevisión, hoy de TV Azteca; el
Colegio de México, la Universidad Pedagógica Nacional, las secretarías de
Hacienda y del Trabajo, entre otros.
Con el predio
adquirido a una entidad gubernamental y la protocolización de la operación,
ninguno de los inversionistas esperaba que alguien más suplantara sus
identidades y usufructuara su propiedad, pero el 29 de julio de 1995, un grupo
de trabajadores al servicio de Grandes Superficies de México, S.A de C.V. (GSM,
la razón social de Carrefour), inició la construcción del centro comercial.
Durante los 12 años
siguientes, es decir, de 1995 a 2007, la familia de Vega Velasco y los demás
inversionistas entablaron una serie de juicios por las vías civil y penal. Se
toparon con pared. GSM jamás obtuvo una sentencia condenatoria porque los
jueces resolvían por cuestiones de forma, dejando a salvo los derechos de las
partes, es decir, declinaban resolver el fondo.
Finalmente, en 2010
un juez del Distrito Federal decidió dar una sentencia favorable a Vega
Velasco, que quedó firme el 3 de mayo de 2012.
En marzo de 2005,
Grupo Chedraui adquirió la cadena de tiendas Carrefour en una operación
estimada en más de 500 millones de dólares. Con la operación, fueron adquiridos
29 supermercados en el país y con ello, amplió su presencia nacional e ingresó
por primera vez al mercado capitalino.
Carrefour operaba a
través de la razón social GSM, que fue la que compró Chedraui. Actualmente, los
accionistas de Chedraui y de GSM son los mismos, entre ellos, Alfredo Chedraui
Obeso y José Antonio Chedraui Eguía, el primero, integrado a la lista de los 11
mexicanos que aparecen en la famosa Lista de Forbes, de los más ricos del
mundo, con una fortuna estimada en mil millones de dólares.
Carrefour anunció en
2005 la venta de sus operaciones en México y Japón, debido a diversos problemas
que enfrentaba en los países europeos donde tiene su principal mercado.
Los argumentos
planteados por Chedraui en el litigio, describen la forma en la que quiso
conservar una propiedad que tiene otros dueños.
Conforme al
expediente 206/2007 del Juzgado 29 de lo Civil en el Distrito Federal, en 1994,
una razón social denominada La Fama Montañesa, liquidó una deuda entregando un
predio a José de Martino Noriega, quien emitió un poder legal a su hermano y
éste, a su vez, a un individuo identificado como Jesús Vázquez Raña.
En su calidad de
apoderado, Vázquez Raña vendió el predio a Francisco Rosendo Cansado, quien
vendió a su vez el terreno a GSM. Todas las actas fueron protocolizadas por
Vicente Ramírez Osante, notario 12 del Distrito Federal.
En las operaciones
los tribunales identificaron dos vicios claros: primero, que el poder que
otorgó José de Martino Noriega era apócrifo, pues llevaba ocho años de haber
muerto; luego, que el predio al que se hacía referencia se ubicaba a unos cinco
kilómetros de distancia de donde está la tienda, según se confirmó en una
prueba pericial topográfica aportada por los afectados.
A través de un
juicio plenario de posesión, integrado en el mencionado expediente 206/2007,
del Juzgado 29 de lo Civil del Distrito Federal, los propietarios despojados
lograron una sentencia favorable en junio de 2010, la cual fue confirmada en la
Quinta Sala Civil del Distrito Federal.
GSM intentó un
juicio de amparo en el Decimotercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito que, rechazó concederle la razón, con lo que la sentencia
condenatoria quedó en firme el 3 de mayo de 2012.
Desde entonces, la
ejecución se volvió imposible, debido al subterfugio denunciado por el abogado
Andrés González.
La sentencia condenó
a GSM a restituir el inmueble, con sus frutos y accesiones a la familia Vega
Velasco, lo cual implica entregar lo que ahí está construido, las rentas y
ganancias de los locales y las obras que ahí se hayan realizado, además de las
costas judiciales.
Hasta el momento, la
empresa no ha cumplido con la sentencia que debió ejecutarse cinco días después
de que fue dictada en mayo de 2012 y, en la diligencia del pasado 18 de abril,
sólo se pudo asumir la posesión de las áreas comunes.
ESTAFADORES DE OFICIO
Un día de mayo de
1996, Juan Pablo Azcárraga se alojó en la suite presidencial del hotel
Presidente Intercontinental de Polanco. Pidió al personal la mayor discreción y
que nadie lo molestara. Ordenó ropa, comida, bebidas y estilista. Un fax
firmado por Emilio Azcárraga Milmo, con el logo de Televisa, hizo constar que
la televisora se haría cargo de la cuenta.
La francachela duró
dos días y por la suite presidencial pasaron excéntricos invitados sin límite
de consumo. Cuando buscaron hacer contacto con Televisa para acordar el pago,
se enteraron de que no había tal Juan Pablo Azcárraga y el intrépido inquilino
había desaparecido.
Ese fue apenas uno
de los episodios del personaje cuya descripción coincidía con un hijo de
Eugenio Garza Lagüera (quien no tuvo hijos varones); de un hijo del entonces
secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre; de un hijo de Carlos Slim
y sobrino de Carlos Hank González (se hizo llamar Cuauhtémoc Slim Hank),
identidades a través de las cuales rentó departamentos, consiguió
identificaciones, compró teléfonos celulares,
defraudó a bancos (Reforma, 27 de abril de 2002).
Pero ninguna
identidad fue tan escandalosa como la de Jesús Vázquez Raña, la última que
adquirió y manejó con éxito –junto a su socio, Francisco Manuel Rosendo
Cansado–, con la cual realizó el fraude de Picacho-Ajusco, en un predio que
además ofrecieron a la cadena Waltmart, a la cual le estafaron 7 millones y
medio de pesos.
El mismo Rosendo
Cansado estuvo implicado en otro fraude millonario que quebrantó a la Unión de
Crédito de Industriales de la Masa y la Tortilla. De una manera inexplicable,
logró borrar la deuda de los registros, hasta que ésta fue descubierta en una
investigación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que por su
negligencia sancionó a la entidad crediticia revocándole la autorización para
operar como tal.
La justicia nunca
los alcanzó, como tampoco al notario Ramírez Osante, quien murió sin ser
investigado. No obstante, el 16 de febrero de 2010, las autoridades capitalinas
detuvieron a su antiguo ayudante, José Enrique Porras Figueroa, quien operó el
despacho del extinto fedatario utilizando el Fiat de su nuevo jefe, Luis Torres
y Ortiz, un veterano notario que por las acciones de Porras, ahora está en la
cárcel. La notaría y sus actos jurídicos, eran piratas.
El 24 de abril de
2002, Jesús Vázquez Raña apareció encajuelado junto con otra persona a la que
se le atribuyó el nombre de Ramón Requeijo. Ambos estaban implicados en otros
fraudes: un hotel en Villahermosa Tabasco y otro en Oaxaca, además de un lote
de automóviles usados localizado en la avenida División del Norte, de esta
ciudad.
La única prueba de
su identidad fue la licencia de conducir a nombre de Vázquez Raña, aunque la
policía capitalina no pudo confirmar si en realidad se trataba del estafador y
una línea de investigación fue que simuló su muerte. Como sea, los hermanos
Apolinar, Mario, Olegario y Abel Vázquez Raña emitieron un comunicado el 27 de
abril de 2002 en el que manifestaron que no había parentesco ni relación con el
ejecutado.
Para entonces, las
operaciones de Carrefour en México eran escandalosas: en Saltillo, Coahuila construyó
sobre un arroyo con riesgo de inundación; en Villahermosa, obtuvo un predio de
la reserva territorial estatal a cambio de dos obras que no construyó; en la
delegación Venustiano Carranza, no tenía uso de suelo y, en lo que fue la
tienda Carrefour Ajusco, la delegación Tlalpan ordenó su clausura por no
acreditar la propiedad del predio y no tener el permiso correspondiente desde
2002.
Respecto a los
Chedraui, al adquirir las tiendas Carrefour, heredaron sus litigios e
intentaron mantener los argumentos de GSM para conservar el inmueble.
En el contexto de la
sentencia, Chedraui emitió una oferta pública de acciones internacional, para
la cual presentó dictámenes financieros y legales en los que describe juicios
menores sin mencionar el caso de la tienda del Ajusco ni el riesgo de perder el
inmueble y el punto de venta. Tampoco informó de ello a los inquilinos del
centro comercial, que se enteraron por la notificación del juzgado. En ambos
casos, Chedraui está expuesto a sanciones financieras y nuevos litigios por la
opacidad de sus operaciones en la Bolsa Mexicana de Valores.
(PROCESO/ Arturo Rodríguez García/ 23 de abril de
2013)
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