Agencia AFP
Cd. del Vaticano.-
El papa argentino Francisco reconoció la crisis de identidad que sufren los
sacerdotes en todo el mundo y los instó a evitar ser "tristes" y a
servir con pasión "a los "pobres", a "los cautivos" y
a "los oprimidos", en el primer rito de la jornada del Jueves Santo
que concluirá con una visita a una cárcel para menores de Roma.
Ante 1.600
religiosos, entre ellos varios cardenales y obispos, congregados en la basílica
de San Pedro, el nuevo Papa dio su visión de la Iglesia y exhortó al clero a
"salir de sí mismo", un principio que ha repetido en varias ocasiones
desde que fue elegido pontífice el pasado 13 de marzo.
Francisco fustigó en
la homilía de la misa crismal a los sacerdotes "tristes", que
terminan por ser "un intermediario" o un "gestor" y que
"no se juegan la piel ni el corazón".
"Todos conocemos
la diferencia: el intermediario y el gestor 'ya tienen su paga', y puesto que
no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un
agradecimiento afectuoso que nace del corazón", advirtió.
"De aquí
proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y
convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de
novedades, en vez de ser pastores con 'olor a oveja', pastores en medio de su
rebaño, y pescadores de hombres", explicó Francisco, con un estilo directo
y claro.
En su homilía, el
Papa latinoamericano, llamó a los sacerdotes a llegar a "las periferias,
donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear
su fe", afirmó.
"Es bueno que
la realidad misma nos lleve a ir allí donde lo que somos por gracia se muestra
claramente como pura gracia, en ese mar del mundo actual donde sólo vale la
unción -y no la función- y resultan fecundas las redes echadas únicamente en el
nombre de Aquél de quien nos hemos fiado: Jesús", agregó.
Las palabras y los
gestos simbólicos del primer Papa latinoamericano y jesuita de la historia
parecen haber cambiado en quince días al Vaticano.
A los prelados
romanos llamó a vestirse "con nuestra humilde casulla, puede hacernos bien
sentir sobre los hombros y en el corazón el peso y el rostro de nuestro pueblo
fiel, de nuestros santos y de nuestros mártires", dijo.
Pronunciadas desde
la fastuosa basílica de San Pedro, eje central de la catolicidad, sus palabras
estremecen la jerarquía de la Iglesia y resultan una campanada de alarma para
aquellos que temen las reformas.
"Es un Papa
incómodo. Por ahora en el Vaticano lo rodean con aprecio, pero si sigue
comportándose como un 'obispo pobre' comienza a irritar a los prelados más
conservadores", subraya el vaticanista Marco Politi.
El deseo de
transparencia, la autorización de divulgar su pensamiento antes y después de su
elección como Papa, forma parte de un nuevo estilo, que se suma al rechazo a
los mocasines rojos papales, así como no pasar a vivir "por el
momento" al lujoso apartamento de los Papas dentro del palacio apostólico
del Vaticano.
"Es sobrio y no
lo exhibe", recalca Politi.
En su homilía a los
prelados el Papa jesuita reiteró los principios ilustrados por él mismo, cuando
era el simple cardenal argentino Jorge Bergoglio a los purpurados reunidos en
el Vaticano en asambleas previas al cónclave para la elección del nuevo
pontífice.
"Cuando la
Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y
entonces se enferma" , advirtió el nuevo jefe de la Iglesia católica.
Después de la
homilía, el Papa bendijo los aceites santos que se usan para los sacramentos,
como los bautizos y para los enfermos.
En la tarde oficiará
una misa en la cárcel para menores romana de Casal del Marmo, durante la cual
lavará los pies a algunos jóvenes detenidos, siguiendo una tradición que
cumplía cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Según la
"expresa voluntad" de Francisco, la ceremonia será "sumamente
sencilla" y la misa no será transmitida en directo por televisión
respetando su estilo sobrio.
(ZOCALO/ AFP/28/03/2013 - 10:03 AM)
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