Diariamente, Hugo
Figueroa, en otros tiempos asediado por jóvenes, que deseaban integrarse a
Ostioneritos, se sienta por horas en lo que fuera su barrio, en calle 11 y
avenida Abelardo L. Rodríguez. Con un presente y futuro inciertos, pero con una
memoria envidiable, el hoy entronizado a los salones de la Fama del Deportista
Sonorense y Guaymense, habla para Periódico El Vigía sobre como muchos de los
ahora adultos ex Ostioneritos, radicados en Estados Unidos y Sonora, ni
siquiera el saludo le brindan, recuerda el olvidado promotor de 74 años de edad
Era el mediodía de
ayer martes, y ahí estaba sentado, como todos los días, en la esquina de la
calle 11 y “Abelardo L. Rodríguez” el legendario Hugo Figueroa Mendívil, aquel
reconocido ex promotor de decenas y decenas de generaciones que integraron los
Ostioneritos de Guaymas, muchos de ellos hoy residentes de los Estados Unidos
gracias a la labor deportiva que desempeñó a favor de ellos el ahora olvidado
guaymense.
--Buenas tardes
Hugo, -saluda el reportero de Periódico El Vigía.
--Buenas tardes
-contesta él.
--¿Se acuerda de mi? -E inmediatamente contesta
extendiéndome la mano.
--Sí, pero no me
acuerdo cómo te llamas.
--Soy Jorge
Castillo.
--Ahhh Castillo, sí
ya más o menos me acuerdo, discúlpame, ando muy enojado y preocupado -señala
Figueroa Mendívil-, ya que fui a cobrar mi pensión y no me llegó nada.
Y así comienza la
plática con un mal oliente y descuidado, pero muy atento personaje del deporte,
quien a lo largo de más de 25 años hizo historia para Guaymas, tanto en Sonora,
como en los Estados Unidos con ese reconocido equipo, que hoy su nombre forma
parte de la historia del deporte en la mente de muchos porteños.
Su tiempo lo ocupa
escribiendo canciones, sus predilectas son los boleros románticos.
--¿Cómo está?
--Físicamente bien,
económicamente mal, me suspendieron la pensión de 2 mil pesos que me dan cada
dos meses, me dijo la muchacha que es por aquello de demostrar la
supervivencia, pero al parecer mañana (hoy) me la van a entregar, me dijeron
que fuera al banco a checar -expresa preocupado el guaymense.
Con 74 años
cumplidos, ya que asegura haber nacido en el puerto de Guaymas el 15 de agosto
de 1935, Hugo Figueroa recibe la pregunta de rigor.
--¿Se acuerda de los Ostioneritos”
Y con una memoria
envidiable, de ésas que todos quisiéramos tener, contesta de forma rápida.
--¿Cómo no me voy a
acordar de los Ostioneritos? Gracias a Dios algunos viven allá en los Estados
Unidos porque el beisbol les dio esa gran oportunidad y otros viven por acá,
pero nunca se acuerdan de mí”.
Y agrega: “Gracias a
mi están por allá disfrutando, y otros por acá pasan con unos carrazos para
presumir, pero ni siquiera se acuerdan de mi, ni tan siquiera para saludarme,
pero ni modo, los mexicanos somos unos malagradecidos, pero me da gusto que
estén bien”.
Y vuelve a recordar
su principal tema: “Apenas cobré dos veces y me suspendieron el pago de la
pensión en esta tercera vez, me dijo la muchacha que fuera mañana (hoy) a ver
si ya la depositaron”, manifiesta el veterano promotor de decenas y decenas de
jugadores porteños, tanto en Sonora, Baja California y el sur de la Unión
Americana.
¿Cómo obtuvo esa pensión?
“No estoy seguro,
pero creo que fue con el apoyo de Víctor Pérez Ascolani, quien me orientó como
conseguirla”.
¿Cómo sobrevive Hugo Figueroa?
Baja la cabeza,
piensa unos segundos, y con una mirada que enmarca tristeza y mucho
sufrimiento, vuelve a alzar su cara de frente al reportero y soltando el llanto
y señala “he vivido como se ha podido, hay algunos amigos que me dan la mano de
vez en cuando, como la familia de panchillo Saavedra, como con mi hijastro
Emigdio Escobar, se supone que debí cosechar lo que sembré, pero no he
cosechado nada”, y continúa llorando ante el reportero.
Y sus ex jugadores radicados en Estados Unidos ¿No lo
ayudan?
Vuelve a bajar la
cabeza y con mucha nostalgia contesta “hay mínimo 50, pero no quiero decirte
los nombres porque tal vez se ofendan, pero ninguno me ayuda, también tengo
unas hijastras que mantuve desde chicos que viven aquí en Guaymas, y de quienes
por cosas naturales debieran apoyarme, pero tampoco lo hacen, me tienen
olvidado”, y vuelve a caer ahora en un amargo dolor y llanto.
¿Cómo es una rutina diaria de Hugo Figueroa?, Le
revira el reportero
Se limpia los ojos
con los costados de su camisa y dice: “me levanto como a las 6 de la mañana
todos los días y entre las 6 y media y 7 me voy a caminar, ya sea para el lado
del mercado o por la Serdán, no me gusta estar sentado en un solo lado”, aclara
Figueroa en tono más entrón.
Y es que el ex
promotor de los Ostioneritos de Guaymas se considera una persona sana, “gracias
a Dios no fumo ni tomo, no tengo vicios y me gusta caminar para estar más sano
y como una manera de entretenerme”.
Y que más hace durante el día y la tarde?, ¿En que
ocupa su tiempo?
Entrando ya en
confianza con el reportero y quizá en uno de los temas de más importancia para
él, contesta: “pues ya vez, como no trabajo, ya estoy viejo, me gusta mucho
escribir, hago canciones, me gusta hacer boleros románticos”, e inmediatamente
saca de entre las bolsas de su sucio pantalón unas hojas de papel que muestra
al reportero donde están escritas varias canciones.
“Algunas ya están
escritas con música, yo se las pasaba a Rodolfo Montiel, incluso se las grababa
tarareadas, y él le daba los tonos altos o bajos, pero aquí no hay comercio
para esto, todo quieren que les regales, y pues así no”, señala serio Figueroa
Mendívil.
Recuerda que esa
capacidad de escribir música la obtuvo de su abuela, ella escribía poesía y es
algo que yo le heredé”, señala luego de sacar otra melodía que escribió en una
hoja de papel sanitario, la cual empezó a cantar ante el reportero y algunas
personas que desde la otra acera de la banqueta lo ven fijamente mientras van
caminando.
UNA VIDA MUY TRISTE
¿Cómo ha sido su vida?
Pregunta el
reportero Figueroa, quien de inmediato voltea la mirada que tenía de atención a
quien aquí escribe, y vuelve a soltar el llanto. Después de unos segundos, con
la misma mirada baja contesta: “muy triste a pesar de que sabes que ayudaste a
mucha gente, pero así es la vida y así tengo que vivirla”, expresa cabizbajo.
Mejor háblame de tu
paso por los Ostioneritos de Guaymas, ¿Cuántos
años fueron? Vuelve a revirar el reportero.
Figueroa Mendívil
levanta de inmediato su cara, se vuelve a secar las lágrimas con sus manos y
mirada con mirada ante el reportero recuerda: “fueron casi 50 años en el
beisbol, primeramente me inicié con el equipo de los Cuervos, allá por los años
50´s, en ese entonces ya había un equipo en el puerto de Guaymas con el nombre
de los Ostioneritos, que tenía el padre de Martín Sandoval”, empieza a
remembrar el entrevistado.
“Cuando él se retiró
me autorizó utilizar el nombre y con ese nombre se abrieron las puertas al
inicio de los 60´s para ir a los Estados Unidos con el equipo”, recordando
entre aquellos jugadores a su compadre y ex filder Francisco “Palillo”
Manríquez y al ex pitcher de la Cantera, Ramón Sánchez.
Y ¿En qué año dejaste a los Ostioneritos?
Sube su mirada al
cielo, y después de unos segundos contesta “la verdad no sé si fue en 1988, 89
o 90, no me acuerdo, pero fueron de 27 a 28 años los que dedicamos a forjar
jugadores en ese equipo, son muchos nombres, muchas caras, la verdad no los recuerdo,
necesitaría ver los line up para acordarme, pero entre ellos estuvieron el de
Punta Arena José Luis “Güerito” Rivera, Isaac Martínez, Rodolfo “Zurdo” Larios,
Emigdio Escobar, Marcos Velarde, Ramón y Jesús Sánchez, y muchos más, pero
además tomaba en cuenta a 5 o 6 jugadores de Empalme, ya que para mi no había
enemigos”, señala con cara seria y en tono dominante.
¿En qué consistían las giras?
“Eran viajes de 2
meses que hacíamos cada año en el periodo vacacional de los alumnos que
iniciaban en Hermosillo y continuaban por Benjamín Hill, Santa Ana, Agua Prieta
y Nogales, así como los Estados Unidos y de regreso nos veníamos jugando por
Ensenada, Tijuana, Tecate y Mexicali”, recuerda con cara de orgullo Figueroa
Mendívil.
“Lo más lejos que
fuimos fue a Stockton California, eran giras donde los muchachos, quienes en su
mayoría eran de sexto año o de los primeros grados de secundaria, giras que
comprendía de entre 40 y 45 partidos, recuerdo que nos apoyaban mucho las
cooperativas pesqueras, especialmente Don Florentino López Tapia, recuerdo que
los muchachos llevaban dos uniformes y los intercambiamos de tal forma que se
convertían en cuatro”, expresa sonriente ante el reportero.
¿Y porqué se acabaron los Ostioneritos?
Baja la mirada y
señala “pues se acabaron las cooperativas y se acabaron los apoyos, ellos nos
apoyaban para el camión, la alimentación los uniformes y todo lo que implicaba
ese tipo de giras, fui muy criticado, pero ningún hijo de la ching…. se atrevió
a hacer lo que yo hice”, señala categórico el entrevistado.
“Yo les hacía la
comida, les llevaba a lavar sus uniformes, llegábamos a una casa muy grande en
Torrance, California, que contaba con una cancha de basquetbol techada, tenía
una alberca muy grande, mesa de billar y se encontraba a 2 cuadras de un parque
donde ellos podían ir a correr, todos se querían quedar ahí”, recuerda Hugo
Figueroa.
ENTRONIZADO EN SONORA Y GUAYMAS
¿Usted está entronizado en los salones de la Fama de
Sonora y Guaymas?
“Sí, ingresé al
Salón de la Fama de Sonora en 1999 por méritos propios, y por eso también al de
Guaymas, si no, ni me hubieran pelado aquí”, manifiesta tajante el oriundo de
la calle 11 y avenida XI, domicilio originalmente de sus padres y que ahora
ocupa solamente él.
Don Hugo, ¿Cómo ve su futuro?
De una seriedad
manifiesta vuelve a la nostalgia y cabizbajo, con una cara de tristeza
inmediatamente reflejada señala “tengo un futuro muy incierto, ya vez, ahorita
no tengo la pensión, no tengo el apoyo de nadie, la verdad que no sé como le
van a hacer para enterrarme, vivo solo, lo bueno que no soy enfermizo, por las
tardes también voy a caminar, trato de distraerme un poco y me acuesto
temprano, entre las 7:30 y 8 de la noche, procuro no molestar a nadie, por eso
me la llevo fuera de la casa”, expresa el entrevistado.
Finalmente, ¿Cuál sería su mensaje para los padres de
las nuevas generaciones de guaymenses?
“Yo los invitaría
para que los activen en el deporte, cualquiera que sea, ya que es una forma muy
sana de cuidar su cuerpo y que además otorga muchas satisfacciones”, concluye
Figueroa Mendívil, quien se despide de mano del reportero, no sin antes
invitarlo a seguir platicando de nuevo.
(PERIODICO EL VIGIA/ Jorge Castillo Morán/ 27 Marzo
2013)
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