Reforma
México, DF.- Sobre la mesa donde despacha el presidente del Consejo de
Participación Ciudadana de Santa María Chiconautla, yacía el cuerpo malherido
de Axel, a quien ayer habitantes del pueblo intentaron linchar, acusándolo de
secuestrar niñas adolescentes.
Y es que en esta localidad, ubicada al norte del municipio, a un costado de
la carretera México-Pachuca, desde el año pasado se han reportado
desapariciones, todas de muchachas menores de edad.
Pese a las protestas que ha habido –el viernes pasado cientos de vecinos
bloquearon el paso del Mexibús–, sólo una de ellas ha sido encontrada, acusaron
los habitantes. Nadie supo con precisión el lugar ni la forma en que Axel fue
detectado, pero alrededor de las 13:00 horas, una turba lo golpeó junto con
otro joven, quien escapó.
En la iglesia local alguien hizo repicar las campanas y minutos más tarde
un gentío se arremolinó en torno al cuerpo maltrecho de Axel.
“¡Mátenlo, mátenlo, como a una cucaracha, que eso es!”, gritaba una mujer
con mandil y un kilo de tortillas en la mano.
“¡Métanlo a la delegación, ahí por las buenas o por las malas nos va a
decir dónde están las niñas!”, sugirió un hombre que agitaba un palo de escoba
roto.
Así lo hicieron. Sangrando y apenas consciente, Axel quedó tendido sobre la
mesa del despacho del consejo, junto a una ventana donde descansa el retrato
del presidente Enrique Peña y una veladora.
Afuera, unas 600 personas ya se habían congregado; las madres de las
jóvenes desaparecidas pedían a gritos entrevistarse con Axel, mientras una
veintena de individuos con el rostro cubierto y sin camisa, habían tomado el
control.
“Reforma” logró entrevistar al joven golpeado, que dijo llamarse Axel
Cisneros Gutiérrez.
Bajo la coerción de los sujetos encapuchados, Axel aseguró vivir con sus
papás en San Vicente Chicoloapan, haber estado en anexos para recuperarse de su
adicción a las drogas y trabajar “transportando gente a los Estados Unidos”.
“Estaba chambeando, viendo qué es lo que podemos hacer, transportando
gente, las que están denunciando”, dijo. “¿Son mujeres?”, se le preguntó y Axel
contestó que no sabía.
“Te digo que querían ir para allá, para Texas. Me pagaron 10 (mil) varos.
(Los que se encargan de llevarlas) son los que están ahí con ellas, los que
quieren hacer faena, quieren cotorrearlas”, aseveró.
Mientras eso ocurría, cientos de granaderos y policías estatales se
apostaron afuera de la estación del Mexibús Las Torres, a unas 10 cuadras de
donde los pobladores tenían retenido a Axel.
El tiempo corría y el joven perdía sangre. Cerca de las 16:00 horas, los
individuos “tapados” permitieron el ingreso a cuatro paramédicos, quienes
estabilizaron a Axel.
“Perdió sangre, tiene una lesión en la cabeza de cuatro centímetros, va a
necesitar atención hospitalaria”, planteó uno de los rescatistas.
En vez de eso, los sujetos le mostraron varias fotos de niñas
desaparecidas. Axel, todo el tiempo bajo coerción, reconoció a dos y dijo que
estaban en una casa en Texcoco. Afuera, los habitantes del pueblo amagaban con
entrar a las oficinas de Participación Ciudadana –donde no había un solo
funcionario–, tomar al joven herido y quemarlo vivo en un quiosco.
A las 17:00 horas consiguieron sacarlo. Tendido en el piso, al pie de las
oficinas ciudadanas y sin ningún policía cerca, Axel volvió a recibir una golpiza.
“Ahí se los dejamos, cabrones, háganse bolas ustedes”, exclamó uno de los
encapuchados. “Ya que lo maten porque nos dio la dirección de donde tienen a
dos niñas y vamos a ir por ellas”. Cuando parecía que el linchamiento se
consumaría en el kiosco y sobre una fogata humana, casi 500 granaderos
irrumpieron al fin en el pueblo, logrando rescatar al joven y detener a una
decena de rijosos.
Confiesa linchado trata
de mujeres
Luego de ser golpeado por decenas de personas, un presunto secuestrador
confesó que se dedica a raptar mujeres para venderlas a las bandas de trata de
personas.
Dijo que le pagaban 10 mil pesos por cada mujer.
Antes de las 13:00 horas, las campanas de la iglesia repicaron en esta
comunidad ubicada al oriente del Distrito Federal, en la que se ha reportado la
desaparición de cuatro muchachas.
Los pobladores acusaban a Cisneros y a su cómplice –que logró escapar– de
haber tratado de plagiar a otra jovencita.
Con el rostro ensangrentado, el sujeto fue llevado a la sede del Consejo de
Participación Ciudadana y tendido en el escritorio del presidente. Las oficinas
fueron resguardadas por unos 30 encapuchados y afuera se juntaron unos 600
pobladores.
Un grupo de hombres pidió al reportero que ingresara a entrevistar al
detenido, quien con palabras entrecortadas y desvaneciéndose por momentos
relató que las mujeres son llevadas a Texas, donde son obligadas a
prostituirse.
Luego de la confesión, la turba sacó al supuesto delincuente a la calle y
volvió a golpearlo.
Pasadas las 17:00 horas más, de mil agentes estatales y municipales
llegaron y, con gases lacrimógenos, dispersaron a los pobladores, que
respondieron con piedras, palos y tubos.
(ZOCALO/ Reforma/
14/03/2013 - 04:01 AM)
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