Milenio
Guerrero─ Hasta en tres ocasiones, elementos del Ejército intentaron
desarmar a policías comunitarios de Acatempa, cuando estos marchaban hacia la
cabecera municipal de Tixtla para solicitar una audiencia con el alcalde
Gustavo Alcaraz Abarca.
La movilización se anunció la noche del lunes, luego de que los habitantes
de Acatempa se reunieran para acordar las acciones que habrían de tomar, pues
el presidente incumplió su compromiso de acudir a la comunidad, que se ubica a
escasos diez kilómetros.
Alrededor de las 8:30 horas del martes, un grupo de treinta policías
comunitarios de Acatempa iniciaron una marcha con destino al ayuntamiento, iban
acompañados por unos cien estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y
pobladores del lugar, en su mayoría mujeres vestidas con ropa típica.
Avanzaron de manera rápida y sin complicaciones, pero aproximadamente a las
once de la mañana, ya sobre la carretera federal que va hacia Tlapa los
interceptó un convoy de elementos del Ejercito que iban respaldados por dos
camionetas artilladas, el oficial al mando se acercó para informarles que no
podían caminar armados, que si pretendían seguir deberían entregar sus rifles y
pistolas, pero estos hicieron caso omiso y continuaron la movilización.
Hubo un intercambio de palabras entre el comisario de Acatempa, Coctecón
Pastor Plateado y el promotor Gonzalo Molina, ya que el comandante del pelotón
les insistió en que debían entregar sus armas para poder continuar con su
camino.
Los dirigentes de la comunitaria les manifestaron su desconfianza, ya que a
pesar de que siempre han estado en los caminos, los índices de violencia no
bajaron hasta que la población se organizó.
“Yo a usted le di una lista de persona que se dedica a cometer diferentes
ilícitos pero nunca procedió, ahora no tienen ninguna calidad impedirnos el
paso”, señaló el comisario de Acatempa.
El jefe militar le señaló que estaba cometiendo una ilegalidad y que su
obligación, como mando castrense era hacer valer la ley.
Los comunitarios siguieron su marcha y aunque hubo algunos empujones de
parte de los militares, no asumieron una actitud defensiva, se limitaron a
caminar.
“Mejor busque a los sicarios, a esos ya se los señalamos y no hicieron
nada”, solicitó el promotor Gonzalo Molina pero no recibió respuesta.
Ese primer encuentro se desarrolló en el entronque de la carretera federal
Chilpancingo-Tlapa, con el tramo que va de Tixtla hacia Mártir de Cuilapan.
Hubo otro intercambio de palabras justo antes de ingresar a la mancha
urbana de Tixtla, ya que el mando castrense insistió en la posibilidad de que
al menos guardaran las armas, pero la respuesta siempre fue negativa.
Muestran fuerza y
realizan sobrevuelos
Aunque algunos soldados se atravesaron en el camino, los indígenas incorporados
a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarios (CRAC) los eludieron sin
propiciar el choque y siguieron su camino.
Los mandos ordenaron el repliegue hacia el patio de una gasolinera que se
encuentra cerca, pero no se retiraron y mandaron traer más personal para
esperar el regreso de los comunitarios.
El comisario de Acatempa, Coctecón Pastor tocó la puerta de palacio
municipal casi a las 11:50 horas, lo atendieron varios colaboradores del
alcalde Gustavo Alcaraz y le sugirieron pasar al auditorio de la localidad.
Mientras los policías comunitarios se reunían con el alcalde en el centro
de Tixtla, sobre la carretera la presencia militar se reforzaba con más
elementos, además llegaron agentes de la Policía Federal (PF) para auxiliarlos.
A las 13:30 horas la reunión con el alcalde y parte de su cabildo terminó,
entonces los de Acatempa decidieron regresar en varias camionetas particulares.
Al pasar por el entronque hacia Mártir de Cuilapan fueron interceptados
nuevamente, pero en esa ocasión el mando castrense tuvo el apoyo de Moisés
Alcaraz Jiménez, director de Gobernación del gobierno estatal.
Alcaraz Jiménez exhortó al comisario a guardar las armas de los
comunitarios a su cargo, además le recordó que no puede circular en esas
condiciones fuera de su localidad, ya que su función se limita a cuidar una
zona de influencia determinada.
Alcaraz dijo conocer las disposiciones legales que favorecen a las policías
comunitarias, por lo que estableció que había la certeza de que su
desplazamiento armado por comunidades ajenas vulnera la ley.
Los representantes de Acatempa respondieron que su Casa de Justicia está
ubicada en El Paraíso, comunidad del municipio de Ayutla, de tal manera que en
caso de detener a un delincuente deben llevarlo hasta allá para su reeducación,
lo que no pueden hacer si no es armado, pues pueden sufrir una agresión.
El encuentro terminó sin acuerdos, los comunitarios pudieron seguir su
camino y los militares se limitaron a resguardar su regrese hacia la población
en que habitan.
Pero quedó en el aire la advertencia de que no pueden circular armados
fuera de su comunidad, lo que implica el riesgo de que se les detenga en otra
ocasión.
(DIARIO DEL YAQUI/
Milenio | 2013-03-13 | 19:22)
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