Hallazgo de 17 hombres ejecutados en Jalisco en septiembre pasado.
MÉXICO,
D.F. (apro).- La organización México Evalúa presentó hoy su informe
sobre el saldo de la violencia en el sexenio de Felipe Calderón: 101 mil
199 personas asesinadas, los homicidios dolosos aumentaron 35% con
respecto al sexenio anterior, y 344 mil 230 personas quedaron huérfanas,
viudas o sin sostén económico.
Con estas cifras el número de asesinados este sexenio alcanza los mismos que los de las guerras de Los Balcanes o de Irak.
La mitad de los asesinatos –según el análisis– tuvo como causa la rivalidad entre los grupos de la delincuencia organizada.
La
organización destacó que tanto víctimas como victimarios poseen un
mismo perfil: son varones en su abrumadora mayoría; tienen de 20 a 29
años y poca o nula instrucción académica, lo que indica que tienen un
bajo nivel socioeconómico.
El estudio –realizado con base en datos
del Sistema Nacional de Seguridad Pública y del Inegi– presenta un
subregistro debido a que muchos asesinatos no se denuncian, a que una
sola averiguación previa puede contener más de un muerto –como ocurre
con las fosas clandestinas– y a que el recuento abarca hasta septiembre
de 2012.
Edna Jaime, la directora del centro de análisis, hizo un
llamado al presidente entrante, Enrique Peña Nieto, para que atienda
prioritariamente a quienes sufrieron la criminalidad, las víctimas
visibles (los asesinados) e invisibles (sus familias), porque de no
hacerlo se corre el riesgo de que estas familias caigan en pobreza y no
se corte el ciclo de violencia.
“Es indispensable diseñar buenas
políticas públicas, tanto en materia de prevención como de atención a
quienes sufrieron las consecuencias de un daño imposible de resarcir”,
señaló la investigadora, quien destacó que es fundamental contar con más
información para saber de dónde provienen los perpetradores de la
violencia, y quiénes son y dónde están sus víctimas visibles e
invisibles.
Asimismo, señaló que el próximo gobierno debe basar su
política de seguridad en la protección de los ciudadanos. Pidió también
que se creen políticas públicas que garanticen a las víctimas el acceso
a la educación, a la salud, a las oportunidades y a la justicia.
“La
política de seguridad debe reorientarse a arrebatar la base social al
crimen organizado, arrebatarle a los chavos de 20 a 20 años que no
encuentran chamba, no tienen tierras, ni acceso a la universidad”,
señaló el consultor Eduardo Guerero.
Durante la exposición de
resultados en la Casa Lamm, la analista Jaime señaló que de 2007 a 2010
México fue el país que registró el mayor crecimiento de homicidios en
todo el mundo. Destacó que la abrumadora mayoría quedaron sin
investigarse y que en estados como Chihuahua sólo 2% de los homicidios
tuvieron un culpable.
“Nuestro aparato de justicia fue rebasado
por mucho. Nuestro sistema tiene capacidad para resolver alrededor de
cuatro mil homicidios al año, cuando tuvimos 25 mil en los años 2010 y
2011. No estamos teniendo capacidad de resolver y sancionar, y esto
tiene consecuencia en la perpetuación de la violencia”, alertó.
En
el listado se señala que 85% de los asesinatos ocurridos en Sinaloa y
Tamaulipas estuvieron vinculados con la delincuencia organizada; y el
76%, en Chihuahua.
A nivel municipal varias ciudades destacaron
por haber concentrado la violencia por rivalidad delincuencial con
respecto al estado al que pertenecen. En este listado destacan Tijuana,
Baja California; Torreón, Coahuila; Ciudad Juárez, Chihuahua; Culiacán,
Sinaloa; Cuernavaca, Morelos; y Acapulco, Guerrero.
En la
presentación participaron el coordinador general del Observatorio
Nacional Ciudadano, Héctor Larios; el especialista en temas de seguridad
de Lantia Consultores, Eduardo Guerrero, y los investigadores de México
Evalúa, Leticia Ramírez y José Tapia.
El informe destaca que por
cada mujer asesinada mueren 10 hombres. También que en este sexenio hubo
un aumento pronunciado en las tasas de victimización de mujeres de
todas las edades, en especial entre 20 y 29 años.
A su vez, el
consultor Eduardo Guerrero señaló que este sexenio la violencia se
disparó porque el gobierno federal no hizo un análisis de sus
capacidades y las de los grupos criminales antes de lanzar su estrategia
para combatir la inseguridad; porque aparecieron múltiples mafias
locales que cometieron crímenes para infundir el terror y dominar a la
gente; porque desertaron mandos medios de los cárteles para fundar sus
propios negocios y porque se independizaron Los Zetas del cártel del
Golfo, y diversificaron sus delitos.
Según sus propios estudios,
los “focos rojos” por violencia en estos momentos se concentran en
Acapulco, Guadalajara, Monterrey, Culiacán, Mazatlán, la ciudad de
Chihuahua, Torreón; y se han estabilizado a niveles altos en los estados
de Veracruz y Tamaulipas.
Guerrero señaló que la PGR requiere ser
reformada, y destacó que fue la única agencia gubernamental involucrada
en la estrategia de seguridad que no recibió aumento presupuestal.
Por
su parte, Jaime señaló: “Ojalá lo peor haya pasado. Pero la violencia
antes controlada se ha expandido y estabilizado a niveles altísimos. Es
buena noticia que ya no sabemos de eventos con 30 ó 40 involucrados y
que en ciudades como Juárez o Tijuana la violencia va en descenso. No
podemos echar las campanas al vuelo, nos va a costar trabajo bajar más
los niveles y hay que tener políticas correctas”.
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