La reforma energética no sólo ha
permitido a empresas extranjeras recuperar el terreno perdido con la
Expropiación Petrolera; también les abrió las puertas a otras, entre ellas a
una rusa, y a inversionistas mexicanos para participar en las subastas del gobierno
federal y ganar la oportunidad de explorar y explotar una tajada del pastel de
hidrocarburos del país. Dionisio Garza Medina y su hijo, Dionisio Garza Sada;
Jerónimo Gerard, cuñado del expresidente Carlos Salinas; Ramiro Garza Cantú y
Carlos Slim son algunos que aprovecharon los espacios de este sexenio para
estrenarse como petroleros.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
A 10 meses de que Enrique Peña Nieto deje la Presidencia, en manos de empresas
extranjeras, incluyendo rusas, hay más de 100 mil kilómetros cuadrados de
tierra firme y aguas del país para que exploren y exploten hidrocarburos.
Gracias a la reforma
energética que el PRI y el PAN aprobaron, firmas de Francia, Estados Unidos y
Gran Bretaña, más un par de magnates mexicanos, podrán hurgar en mayor cuantía
el subsuelo nacional durante 50 años y obtener ganancias millonarias.
Entre los nuevos potentados
mexicanos del petróleo está el regiomontano Dionisio Garza Medina, quien en
2010 dejó la presidencia del grupo Alfa para crear, junto con su hijo, Dionisio
Garza Sada, un conglomerado de negocios que incluye la exploración y extracción
de hidrocarburos, y un fondo de inversión en tecnología y bienes raíces.
El segundo hombre más
poderoso del país, con base en las licitaciones que ganó en dos rondas
petroleras, es Jerónimo Gerard, cuñado del expresidente Carlos Salinas de
Gortari.
Gerard creó la empresa
mexicana Infraestructura Institucional, para después ir de la mano con los dos
fondos de inversión más grandes del mundo, EnCap Investments y BlackRock (la
cual cambió su nombre a Riverstone), y crear Sierra Oil & Gas.
Con inversiones menores, y
por lo mismo con escasos kilómetros a explorar, los mexicanos Ramiro Garza
Cantú, de Grupo R, y Carlos Salim, con Carso Energy, también han pasado a
formar parte de la nueva casta petrolera de México.
Del extranjero, los gigantes
Chevron, de Estados Unidos; Shell, anglo-holandesa, y BP, de Gran Bretaña, que
antes de la Expropiación Petrolera fueron dueños del crudo mexicano, empiezan a
recuperar el terreno perdido, logrando contratos para explorar en aguas
profundas.
Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso
2154, ya en circulación
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ JESUSA CERVANTES/ 10
FEBRERO, 2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario