Como a todos los partidos
políticos, el sismo del 19-S también sacudió a Morena.
Y no es de desecharse el
sentimiento de molestia que afloró entre los mexicanos respecto a lo costoso
que será la campaña del 2018, mientras buena parte del país vive en penurias.
Ese otro México, que resultó
afectado por los huracanes y las catástrofes del 7 y 19 de septiembre, necesita
auxilio y por eso entre la gente cundió la propuesta de destinar parte de las
prerrogativas asignadas a los partidos a los afectados por la tragedia.
Aunque en un principio el
INE, habló de que no se podían desviar recursos de los rubros destinados, la
presión social, que destiló una gran antipatía por la partidocracia, orilló a
buscar canales para hacerlo posible ante la venia de los representantes
partidistas.
EN DOS DÍAS QUEDARON FLOJITOS Y COOPERANDO
La CNDH propuso fuera el 30%
de lo que les toca a los partidos. Movimiento Ciudadano está dispuesto a
sacrificar desde ya el 100% del dinero que se otorga. PAN y Morena el 50%. El
PRI, destinaría 258 millones de pesos en apoyo de los damnificados. El PVEM 25%.
El buen corazón les ganó.
“Lo que el sismo se llevó”,
se llamará la próxima megaproducción de Epigmenio Ibarra y Televisión Azteca.
Lo único palpable es que a
los partidos, una de las instituciones en que menos confía y cree la
ciudadanía, a los que identifica como burocracias que protegen sus propios
intereses y lucran con el poder público, le toca apechugar en esta etapa de
contingencia que definirá el proceso electoral de 2018 en donde se definirá el
proyecto de nación y cuya salida va para largo.
Y si en ´85, el pasmo del
gobierno de Miguel de la Madrid ante la tragedia hizo que la ciudadanía le
perdiera el respeto al poder, que el PRI ejercía hegemónicamente, hoy en
tiempos de pluralidad y alternancia, el hartazgo social se está canalizando a
impugnar la legitimidad de los partidos y los políticos.
El poderío social de que
hablaba el filósofo español José Ortega y Gasset, en su libro “La rebelión de
las masas”, se hizo presente, cuando el poder menos lo esperaba. En dos días de
presión y exhibición, los partidos quedaron out.
LOS DILEMAS DE MORENA DESPUÉS DEL SISMO
A Morena, la situación
derivada de la hecatombe, no le impacta tanto, por la sencilla razón de que no
ejerce como gobierno, ni federal (PRI), ni estatal (PAN en Puebla, PRD en
Morelos), ni local (PRD en CDMX), por eso las fallas en materia de protección civil
y desarrollo urbano, le son ajenos.
Sin embargo, al aspirar a
ejercer el gobierno federal y el de la CDMX, en 2018, lo pone ante el dilema de
gobernar en una situación de reconstrucción nacional y ante crecientes formas
de organización social, que a diferencia de 1985, son más informadas, usan la
tecnología y están más preparadas, a las que se prevén se integren miles de
jóvenes que salieron a las calles como voluntarios y rescatistas.
El partido de Andrés Manuel
López Obrador, es el enemigo a vencer en la elección del año próximo.
Para lograr tal destructivo
objetivo el PRI cuenta como fuente de su artillería pesada a la presidencia de
la república y al aparato burocrático del ejecutivo federal, muy al contrario
como concebía Daniel Cosío Villegas al sistema político mexicano, en donde sus
dos pilares eran el partido del estado y la presidencia, hoy la segunda en
franco desprestigio hasta entre los priístas, pero aún poderosa y el primero a
la cola de las encuestas y en las preferencias electorales.
Con un sistema político sin
partidos ideológicos todo es posible: Que al PRI, Peña Nieto le imponga un
candidato no militante (José Antonio Meade, su ministro de Hacienda) y que el
PAN y el PRD, unan fuerzas, en una reedición del Pacto por México sin los
priístas.
El terremoto, puso a Meade,
ante la certeza de que el presupuesto de 2018 cambiará sus prioridades, ante el
impacto que el fenómeno provocará en la economía y a los gobiernos estatales,
algunos del Frente Ciudadano por México, frente a una baja de recursos por la
reasignación de partidas, en un año electoral crucial.
EL TOMA TODO FRENTISTA
En esa misma tesitura, el
PAN, a quien por sí solo no le alcanzaba para darle la pelea al Peje y el PRD,
un partido en crisis por el accionar de sus tribus menos han unido esfuerzos
con el partido de Dante Delgado, y cuyo bastión está centrado en Guadalajara,
ciudad que es gobernada por Enrique Alfaro, para ir juntos los tres en pos del
botín electoral y darle la pelea a tanto al PRI, pero más a Morena, cuyo líder
camina tú a tú al frente de todos los sondeos a pesar del fuego derivado de la
elección del Estado de México, en donde su partido emergió como la primer
fuerza política.
El Frente Ciudadano por
México, conformado por Ricardo Anaya para apoyo de sí mismo, en números luce
con algo de fuerza. El PAN cuenta con 300 mil militantes y el PRD como con 3
millones registrados roza el 10% o más abajo de la votación, mientras
Movimiento Ciudadano alcanza la mitad de la votación perredista y entre todos
gobiernan buena cantidad de gente y según esto ya repartieron los estados en
juego según su fuerza: Jalisco y Chiapas para Movimiento Ciudadano; Morelos,
Tabasco y la CDMX para el PRD y Puebla, Yucatán, Guanajuato y Veracruz para el
PAN. Por lo pronto resulta casi más que imposible para Margarita Zavala o
Rafael Moreno Valle, sean los abanderados de esa coalición.
EL LIMITADO LIDERAZGO DE PONCHO DURAZO
En Sonora, ni el liderazgo de
Alfonso Durazo, ha logrado hacer despegar a Morena. Ni siquiera en los
municipios que en 1997, Manlio le regaló al PRD, perdón, que ese año arrasaron
del Guaymas hacia el sur de la entidad, ha podido implantarse. En las
comunidades yaquis, la reciente visita de Cuauhtémoc Cárdenas, el hijo del
Tata, concitó más interés que los intentos del Poncho de convencer a los
yoremes de que se sumen a su causa.
EL COMPLICADO PANORAMA DE MORENA EN GUAYMAS
Negados por principio a
sumarse a los esfuerzos de conformar una fuerza de izquierda en Guaymas, los
morenistas porteños, tienen por delante un complejo panorama de cara a la
elección venidera.
Mucho se ha dicho con sorna
que a Morena en el puerto le sobran candidatos y le faltan militantes, cuando
suenan nombres como Nacho Velarde, Osvaldo García, Librado Navarro, Sara Valle,
José María Cházaro, Heriberto Aguilar, Sergio Soto Pérez y los que se agreguen
en la semana.
Hace algunos días el partido
aprobó la paridad de género que habrá de regir las candidaturas de 2018. En
Guaymas para la alcaldía va mujer y para las diputaciones local y federal
hombre.
Heriberto Aguilar, se apuntó
a la federal porque el propio AMLO se lo pidió.
En la candidatura a la
alcaldía es donde luce más negra la situación. Sara Valle Dessens, ya dijo esta
boca es mía y entregó la documentación respectiva.
Para sorpresa de muchos, la
maestra del Cet del Mar apareció en el padrón del partido. Santiago Luna
García, su cuñado, la había registrado con anterioridad ante la previsión de
empujarla como candidata. En eso de “futurear” el Cabezón, es todo un experto,
como en el ´97, cuando de lideresa de El Barzón, la llevaron a la candidatura
perredista, con una “ayudadita”, a instancias del “señor de los huevos” Jorge
Luis Fernández y acople del Bebo, de Julio Ramón Luebbert, es decir Manlio, y
la campaña de puerta en puerta de Carlos Zataraín, “voten por mí y voten por la
Sara”.
Al final de esa aventura,
Sara y el Bebo, obtuvieron la victoria en las urnas y en 1999, a Zataráin, bajo
presión, le tocó como diputado local pedir la revocación de mandato de esta.
Hoy, en esas cosas
caprichosas de la polaca, ambos suenan para volver por sus fueros en sus
respectivos partidos.
Sara, a quien Rodolfo
Lizárraga ha promovido como su candidata, aunque a Roberto “El Pipas” Palafox,
lo trae encandilado, la tiene difícil. Se encuentra peleada con Durazo, a quien
el Cabezón, ha puesto de vuelta y media en las radios y a quien le mandó una
misiva, más agresiva que los comunicados del subcomandante Marcos contra Carlos
Salinas y los imperialistas del mundo.
Se sospecha también que es
apoyada por el diputado local José Angel Rochín López, otro de los detractores
del Poncho y al parecer ninguno de los diez consejeros distritales tampoco la
quiere.
MI REINO POR “EL TECO”
Allá por 1997, Sara tuvo todo
a su favor para iniciar una ascendente carrera política, pero por seguirle el rollo
a su marido, Joel “Teco” Mendoza, acabó echada de la alcaldía después de
pelearse con todo mundo y correr al secretario Santiago Luna García y al
tesorero Oscar Ramos, del grupo “Coyota”.
A Marco Antonio Andrade,
entonces director jurídico del Congreso del Estado y hoy flamante coordinador
de la Comisión encargada de seleccionar a los integrantes del Comité de
Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, le tocó elaborar
“el poema jurídico” –según declaró— con que se le lanzó de patitas a la calle
de palacio municipal.
“El Gobierno de Ciudadanos”,
encabezado por la primera alcaldesa del puerto, terminó siendo una de las
mayores pifias de su reducida carrera política, que inició en el Consejo
Municipal panista (1991-1994) como empleada de medio pelo.
Después fue miembro del
Consejo Nacional del PRD cuando López Obrador presidía al solazteca, pero sus
desaciertos en el gobierno y su pleito a muerte con Nueva Izquierda, mejor
conocidos como Los Chuchos y personajes como Lorenzo “Lencho” Ramos Félix y
Armando “Pozole” Saucedo, desplazados una vez llegada al poder, cavaron su
tumba política y desde entonces no ha podido levantar rating en la grilla, en
las dos veces que ha buscado un cargo por el PT.
Actualmente, Sara, ya
divorciada de su expareja, a quien mandó al Cereso por el incumplimiento de
obligaciones familiares, viene por la revancha y como en 1997 en que se impuso
al PRD, está por verse si repite la dosis a los morenitas porteños que no la
tragan.
Ya se verá…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA “LA VIÑA DEL SEÑOR”
/ 22 SEPTIEMBRE 2017)
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