Ambiente de violencia,
drogas, impunidad e injusticia hace que se tenga información incompleta de la
realidad: Carlos Lauría
En México hay una crisis
profunda de libertad de expresión que tiene un impacto negativo en la vida
democrática y la calidad de vida de los ciudadanos, afirmó Carlos Lauría,
coordinador para América del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ,
por sus siglas en inglés).
“Hay un círculo vicioso de
impunidad, que es un problema de democracia, una crisis profunda de libertad de
expresión que está afectando hoy en día la calidad democrática. Los temas que
están afectando la vida de los ciudadanos no se pueden hablar, escribir,
comentar… ¿qué información está recibiendo la gente?, ¿cuál es la información
que recibe?”, sostuvo.
Lauría, quien reside en Nueva
York y revisa los casos de agresiones a periodistas de todo el continente,
estuvo en Veracruz. Esa entidad, que tiene cerca de una veintena de reporteros
asesinados y cuyo anterior mandatario fue detenido por desvío de recursos y
delincuencia organizada, fue escogida por ser emblemática en este panorama
adverso que enfrentan los comunicadores en el país. Por eso, ahí el CPJ rindió
su informe sobre la situación de la libertad de prensa.
Afirmó que en muchas regiones
del país, convertido hoy en uno de los lugares más peligrosos para ejercer el
periodismo, el ambiente de violencia, drogas, impunidad e injusticia hace que
los ciudadanos reciban una información parcial, sesgada e incompleta sobre la
realidad.
“La gente necesita informarse
para tomar decisiones sobre lo que hacen con su vida y no pueden hacerlo si no
están informados. Pero, al mismo tiempo, esto representa un desafío para el
encargado de formular políticas públicas efectivas si no saben lo que está
pasando. Esto es el desafío grande que tiene México”, manifestó.
Lauría estuvo en Los Pinos,
donde celebró una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto, y los titulares
de la Procuraduría General de la República (PGR), y Secretaría de Gobernación,
el jueves. Informó que encontró disposición para fortalecer el mecanismo de
protección a periodistas, que empezó con el pie izquierdo y tiene muchas
deficiencias —y que atiende actualmente a unos 300 periodistas en el país—, y
discutir nuevos apoyos para mejorarlo a partir del año próximo.
“Les dijimos que el 95 por
ciento de los casos de periodistas asesinados en México son periodistas
locales, que no pueden vivir si no tienen otro trabajo. Es importante que ellos
conozcan esa realidad. Esta es una constante: la precariedad del periodista, lo
que hace imposible muchas veces una vida digna y sacar el trabajo, y encima
servir a la comunidad. Es admirable”, destacó.
La combinación de política y
narcotráfico, advirtió, hacen un coctel explosivo en perjuicio de los
ciudadanos y del ejercicio periodístico, lo que dificulta la consolidación
democrática porque el reportero no puede investigar ni escribir con libertad, y
esto afecta a la sociedad mexicana.
“A pesar de la situación de
violencia endémica, indefensión y vulnerabilidad, hay muchísimos periodistas
que están desafiando ese contexto y lo hacen con un coraje enorme, con valentía
que no tiene límites, con una conciencia de deber ciudadano que es notable”.
—Con el asesinato de
Miroslava Breach, de cuatro periodistas en lo que va del año y el cierre de
algunos medios como el Norte de Ciudad Juárez, el silencio del periodismo en
Tamaulipas y Sinaloa, ¿estamos asistiendo a una muerte parcial del periodismo
mexicano?
—No lo creo, porque hay
muchos ejemplos de periodistas que hacen su labor, que resisten, que tienen un
coraje fuera de lo común. No creo que estemos asistiendo al final del
periodismo mexicano, sino de una crisis muy profunda. Pero confío plenamente en
la resiliencia y creo que este nivel de resiliencia, a no quebrantarse a pesar
de este ambiente de violencia e impunidad.
(RIODOCE/ JAVIER VALDEZ/ 8 MAYO, 2017)
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