FOTOS: Archivo
Además de la orden de detención con
fines de extradición, a Dámaso López le esperan procesos penales en Ciudad de
México y el Estado de México, tanto por la primera fuga de “El Chapo” Guzmán,
como por el hallazgo de más de 5 millones de dólares en una de sus propiedades
en Sinaloa en 2008. Estados Unidos pretende decomisarle 280 millones de dólares
que presuntamente amasó en su carrera delictiva
Órdenes de aprehensión por
delincuencia organizada, lavado de dinero, delitos contra la salud, cohecho y
evasión de presos, además de la detención provisional con fines de extradición
internacional, marcan el destino inmediato del presunto narcotraficante Dámaso
López Núñez “El Licenciado”, quien desde la noche del 3 de mayo de 2017 se
convirtió en huésped del penal de máxima seguridad de Ciudad Juárez.
Con una ascendente carrera en
el servicio público en la década de los noventa, el hombre de origen sinaloense
se convirtió en uno de los delincuentes más buscados en México y reclamado en
los Estados Unidos por su vinculación con el Cártel de Sinaloa, a cuyo líder
Joaquín “El Chapo” Guzmán, auxilió durante su encarcelamiento y cimentó su fuga
el 19 de enero de 2001.
Muchas crónicas se
escribieron de su vida a partir de tal suceso, en las que apareció
mediáticamente su hijo, Dámaso López Serrano “El Mini Lic”, al que un
narcocorrido puso en boca de las personas que gustan de la música de banda y de
las autoridades a principios de 2010. Después se sabría que “Los Dámaso” ya
tenían su célula independiente en la organización criminal, y, de Eldorado,
Sinaloa, expandieron sus actividades a Baja California Sur.
Los nombres de padre e hijo
fueron muy mentados durante los últimos dos años como parte del
resquebrajamiento interno del Cártel de Sinaloa, donde se enfrentaron con otras
células por el control del territorio en La Paz y en Culiacán, e iniciaron
hostilidades contra los hijos de “El Chapo” Guzmán, a quienes pretendían
incriminar de los más violentos hechos ocurridos en Sinaloa durante los meses
más recientes.
Las correrías de “El
Licenciado” terminaron cuando elementos de la Agencia de Investigación Criminal
(AIC) y del Ejército Mexicano informaron el martes 2 de mayo de su captura.
Dámaso López Núñez se ocultaba en un edificio de departamentos de la colonia
Anzures, Delegación Miguel Hidalgo en la Ciudad de México, donde hacía vida con
su pareja.
El jefe de la AIC, Omar
García Harfuch, presumió que la detención del que pretendía ser líder del
cártel sinaloense fue producto de trabajos coordinados de inteligencia. “Esta
detención disminuye la posibilidad de una alianza que el asegurado buscaba
generar con otros grupos de la delincuencia organizada y que opera en diversos
estados del país”, dijo el funcionario en referencia a los cárteles Beltrán
Leyva y Jalisco Nueva Generación.
Las acciones del gabinete de
seguridad federal también llevaron a la detención del operador financiero de
“El Licenciado”, Víctor Geovanny González Sepúlveda “El Chómpiras”, localizado
en la delegación Azcapotzalco. Un tercer individuo, sobrino de Dámaso
identificado como David López “El Pollo”, fue detenido por elementos de la
Secretaría de Marina en la sindicatura de Eldorado, pero murió en misteriosas
circunstancias cuando era trasladado para ser puesto a disposición del
Ministerio Público. Presuntamente sufrió un infarto.
DEL BIEN AL MAL
Dámaso López Núñez inició sus
pasos en el servicio público en 1991 en la Procuraduría General de Justicia del
Estado de Sinaloa, en tiempos del gobernador Francisco Labastida Ochoa. “El
Licenciado” ingresó como titular de la Agencia Número 1 del Ministerio Público,
encargada de realizar operativos de seguridad conjuntos con otras dependencias
policiales. En ese cargo fue rotado a otras agencias.
Dámaso tuvo otros encargos,
como supervisor operativo de la Policía Judicial del Estado en Villa Juárez,
Sinaloa; subjefe del Departamento de Actas de misma dependencia; y jefe del
Departamento de Vehículos Zona Centro. A la postre, como comandante estuvo
comisionado en las zonas Norte y Sur como jefe del Departamento Operativo y
Logística, de la Dirección de la Policía Judicial del Estado.
Cuando el ex gobernador
Labastida Ochoa resultó ungido secretario de Gobernación en 1998, a finales del
sexenio del ex Presidente Ernesto Zedillo, un importante grupo de ex funcionarios
estatales de Sinaloa fueron llamados para incorporarse a la secretaría federal.
López Núñez y otros ex comandantes fueron enviados a los penales de máxima
seguridad.
Inicialmente “El Licenciado”
tuvo su capacitación en el Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial de
Ayala, Morelos, donde fungió como subdirector de Seguridad Interna, y a partir
del 1 de marzo de 1999, estuvo en el
Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 2 “Occidente” en Puente
Grande, Jalisco, con el mismo nombramiento.
Damaso Lopez en la fuga de
“El Chapo” en 2001
Dámaso sustituyó en el cargo
al comandante Juan Castillo Alonso, odiado por los internos por su extrema
disciplina, e impulsor junto a Juan Pablo de Tavira, primer director del penal
del Altiplano, del modelo de la máxima seguridad en el país importado de Francia.
Castillo había mantenido el orden al interior de Puente Grande. Ese mismo año,
un domingo por la noche, Castillo abrió la puerta su casa-en Zapopan- ante el
llamado de un solitario individuo que le disparó con un arma de fuego para
matarlo.
La llegada de López Núñez y
otros oficiales de origen sinaloense a los principales puestos de seguridad del
penal acabaron con la rigidez. El grupo bautizado como “Los Sinaloas” y “La
Hermandad” entregaron el poder a los reclusos Joaquín “El Chapo” Guzmán, Héctor
“El Güero” Palma y Arturo Martínez Herrera “El Texas”.
Los capos empezaron a pagar
una “nómina” clandestina a los trabajadores del CEFERESO Número 21 y los
comandantes eran los encargados de convencer a sus compañeros de trabajar para
el “señor”, refiriéndose a Guzmán. Se permitió el trasiego de drogas,
prostitución, abusos sexuales y largas fiestas.
Dámaso presentó su renuncia
el 30 de septiembre de 2000, a consecuencia del aseguramiento de 15 mil dólares
en efectivo, drogas y bebidas alcohólicas en el estacionamiento del penal en
manos de otro comandante de apellido Cambrón. Esa acción registrada el 16 de
septiembre anterior no estaba presupuestada por la red de corrupción que
imperaba en el presidio.
A pesar de su salida del
sistema penitenciario, “El Licenciado” siguió con sus visitas a los
narcotraficantes y las autoridades le atribuyen parte de la autoría intelectual
y material en la fuga de Joaquín Guzmán en enero de 2001.
NUEVO RICO
Tras la escapatoria de “El
Chapo” en un supuesto carro de lavandería, a Dámaso López Núñez le fue dictada
orden de aprehensión en el Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos Penales
Federales en la Ciudad de México, dentro de la causa penal 16/2001, por su
presunta responsabilidad en la comisión de los delitos de delincuencia
organizada, cohecho y evasión de presos.
Dámaso fue cobijado por el
entonces fugitivo Guzmán Loera y, en agradecimiento por los “favores”
recibidos, primero le incorporó a su círculo cercano de seguridad y
posteriormente le permitió inmiscuirse en las cuestiones operativas del Cártel
de Sinaloa, al grado de otorgarle el mando de una célula bajo su entera
dirección en la sindicatura de Eldorado, su tierra.
Autoridades federales
conocieron del ascenso del ex servidor público y, en un operativo realizado por
personal del 94° Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, con residencia
en Culiacán, fueron cateados varios inmuebles en el territorio de López Núñez
el 5 de junio de 2008. En una finca los militares localizaron 5 millones 293
mil 750 dólares en efectivo, dos armas
de fuego tipo escuadra, una de ellas marca Colt, calibre 38 Súper Auto, cromada
en color dorado, con cachas metálicas del mismo color, decorada con piedras
incrustadas, un búho y una placa con la leyenda “LIC”.
Además, se hallaron once
cartuchos calibre 9 milímetros Luger y nueve proyectiles calibre 38 Súper
Auto-P, una credencial a nombre de Dámaso López Núñez con su fotografía y una
libreta que contenía nombres y apodos de diversos miembros de la agrupación
criminal, así como el lugar o plaza donde recibían y vendían droga, y las
funciones que desempeñaba cada integrante.
También fue asegurado un
equipo para rastrear e intervenir líneas telefónicas, así como aparatos de
telefonía celular móvil, computadoras, impresoras y scanner, entre otras cosas.
Una camioneta Chevrolet Avalanche blindada 2007 color blanco, con placas de
Sinaloa, y una camioneta Ford Lobo Harley 2006, color negro. Ambas con valor
conjunto de un millón 750 mil pesos, según peritaje de valuación de la Procuraduría
General de la República.
Dos de trece inmuebles
cateados en Sinaloa tenían valor de 2 millones 252 mil 890 pesos y un millón
779 mil 630 pesos, a nombre de Dámaso López Núñez. En investigaciones
posteriores, autoridades hacendarias detectaron movimientos bancarios de “El
Licenciado” en dos cuentas con depósitos de un millón 237 mil 500 pesos durante
el periodo comprendido del 21 de junio de 2002 al 30 de junio de 2009.
Por estos hechos, el Juez
Primero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de
México dictó orden de aprehensión en contra de Dámaso López Núñez el 11 de
febrero de 2011, dentro de la causa penal 88/2009. Se le imputan los delitos de
delincuencia organizada bajo la hipótesis de operaciones con recursos de
procedencia ilícita, y operaciones con recursos de procedencia ilícita en la
hipótesis de “al que por sí y conjuntamente adquiera e invierta recursos y
bienes en territorio nacional, con conocimiento de que proceden de una
actividad ilícita, con el propósito de ocultar el origen de dichos recursos”.
Tanto en esta causa penal,
como en la de la fuga de “El Chapo” de Puente Grande en 2001, “El Licenciado”
intentó combatirlas mediante juicios de amparo promovidos en su nombre. En
ambos asuntos obtuvo la protección de la justicia federal, pero solo para
efectos de reposición de procedimiento que finalmente desembocaron en nuevos
mandamientos judiciales de captura que están vigentes.
EXTRADICIÓN
Dámaso López Núñez está en la
mira del gobierno de los Estados Unidos desde enero de 2013, cuando la Oficina
Federal de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro, lo incluyó en la
lista de cabecillas del narcotráfico y
prohibió a los ciudadanos norteamericanos realizar acciones financieras con el
“designado”.
Esta acción derivó de una
orden de aprehensión dictada por una Corte para el Distrito Este de Virginia
por la probable responsabilidad de “El Licenciado” en los cargos de lavado de dinero
y distribución de cocaína, a petición de la Oficina del Fiscal de esa misma
demarcación. Asimismo, se le atribuye participación desde 2007 en una red de
narcotráfico que operaba en Perú, Panamá, México y Norteamérica.
En México, el Juzgado Noveno
de Distrito de Procesos Penales Federales en la capital del país, dictó orden
de detención provisional con fines de extradición internacional en contra de
Dámaso. El procurador general de la República, Raúl Cervantes, aseguró que una
vez que autoridades estadounidenses presenten la solicitud formal, México
evaluará si procede la entrega del lugarteniente del Cártel de Sinaloa.
Por su parte, el gobierno
norteamericano pretende decomisar a López Núñez, 280 millones de dólares que
presuntamente amasó durante su carrera criminal.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA /
INVESTIGACIONES ZETA/ LUNES, 8 MAYO, 2017 12:00 PM)
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