Rosario Robles tiene
confundida la ética con la estética, o simplemente, nada extraviada, le da
exactamente lo mismo que mezcle la estética con la ética. Todo esto viene
porque el lunes pasado, la secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano, cuyo acrónimo es Sedatu, decidió tomarse la mañana para sus temas
personales y de promoción, dejando para otro momento sus funciones como titular
de una dependencia que, entre otras cosas, recoge los remanentes del reparto
agrario –que comenzó hace un siglo con la Revolución Mexicana-, y tiene bajo su
responsabilidad la estratégica planeación urbana en el país. Esa mañana, la
secretaria se fue de compras.
A media mañana la secretaria
Robles fue fotografiada por una persona en la tienda Hermès en un centro comercial.
La Casa Hermès fue fundada en 1987 en la zona del Barrio 4, el de los grandes
boulevares que arquean sobre el centro de París, en 1837, con el propósito de
vestir a los nobles europeos. Su cuartel general se encuentra actualmente en el
número 24 de Faubourg Saint-Honoré, que es la calle que comparten las
principales casas de modas del mundo, con el Palacio del Eliseo, la sede de la
Presidencia francesa. Es decir, la secretaria Robles sabía perfectamente a
dónde se metía. Iba a buscar corbatas de hombres, de punta de seda, cuyos
precios normales oscilan entre los dos mil 500 y los tres mil pesos.
La señora Robles tiene un
salario de 147 mil 318 pesos, de acuerdo con el Portal de Obligaciones de
Transparencia, por lo cual está perfectamente dentro de sus posibilidades,
adquirir una corbata fina. Ese no es el problema, ni qué hace en su vida
privada. El tema es relevante porque esta visita a la tienda se dio un lunes a
media mañana, con lo cual violó el Código de Ética de los Servidores Públicos del
gobierno federal. Tras revisar el documento, la versión impresa del portal
digital Eje Central publicó una pequeña historia del hecho, firmada por la
reportera Bet-biraí Nieto, donde registró:
“La funcionaria fue
fotografiada a las 11:30 de la mañana en Perisur, al interior de la exclusiva
tienda Hermès. Según la agenda de la titular de Sedatu, a la una de la tarde
acudió al auditorio de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social en San
Jerónimo Lídice, para la presentación del índice de las Ciudades Prósperas de
ONU-Hábitat, acto que terminó luego de las tres de la tarde”.
La oficina de la secretaria
se encuentra muy cerca de la Secretaría de la Marina, en el sur profundo de la
Ciudad de México, relativamente cerca del Estadio Azteca y a unos 20 minutos, a
media mañana, de Perisur. El auditorio en San Jerónimo Lídice se encuentra un
poco más al poniente, en la misma zona, a escasos 15 minutos de Perisur. Es
decir, no había mucha necesidad de la secretaria para no atender asuntos de
trabajo, en su oficina o en otro lado, aunque definitivamente nada que ver en
la tienda Hermès. Se podría argumentar que se tomó la mañana, y buena parte de
la tarde, porque antes que terminara el foro, crucial para el trabajo que le
encomendó el presidente Enrique Peña Nieto, dijo que tenía otras cosas qué
hacer –deben haber entendido que eran más importantes-, y se retiró buen tiempo
antes de que concluyera. ¿A dónde fue? La reportera Nieto agregó:
“Robles se disculpó y lo
abandonó, pues tenía una entrevista en Radio Fórmula con Joaquín López Dóriga.
Al terminar pasaban de las tres de la tarde, hora de comer”. Según el manejo de
horarios de trabajo, establecido en el inciso G, regla 11, del Código de Ética
de los Servidores Públicos, titulado “Desempeño permanente con integridad de
los funcionarios”, reportó ejecentral, no se deben “realizar actividades
particulares en horarios de trabajo que contravengan las medidas aplicables
para el uso eficiente, transparente y eficaz de los recursos públicos”.
¿Aprovechó la secretaria esa plataforma para un anuncio trascendental que
justificara su negligencia laboral?
Tampoco. “La titular de la
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rosario Robles
Berlanga”, registró en su portal Radio Fórmula, “dijo que existe un crecimiento
desordenado de la mancha urbana propiciado en gran medida por la corrupción y,
en ocasiones por la incapacidad porque es el municipio el que tiene las
facultades en materia de uso de suelo y desarrollo urbano”.
La fotografía fue publicada
originalmente en la cuenta de Twitter del periodista Carlos Loret pocas horas
después de ser tomada, y generó mucho ruido en la red, pero no pasó de los
gritos en el vacío. Fue tomado como una anécdota en donde, quienes debían haber
tomado nota y actuar, no lo hicieron. En el Código de marras se establece que
quien viole la norma, será sujeto o sujeta a una sanción administrativa, la
cual no se establece, y se deja al juicio de la Secretaría de la Función
Pública. La secretaria Robles violó en forma flagrante el Código, fue atrapada
en flagrancia por ciudadanos, se hizo público, y nadie arqueó la ceja o inició
un procedimiento administrativo.
La visita de la secretaria a
Hermès es un gran ejemplo de la laxitud de los mexicanos con respecto a sus
leyes y normas. Más allá de que esta sea una falta administrativa, incluso
quizás menor, no deja de ser un acto de impunidad. La falta de una acción
correctiva en el gobierno nos muestra que la vieja debilidad jurídica y
ausencia de un auténtico estado de Derecho, lo traemos en nuestro código
genético, torcido y cínico, aparente y lamentablemente, irreversible.
RRIVAPALACIO@EJECENTRAL.COM.MX
TWITTER: @RIVAPA
(EJECENTRAL/
ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO | VIERNES 17 DE MARZO,
2017)
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