Creado en 2009 con el objetivo de salvaguardar los
derechos fundamentales de los trabajadores, el Instituto de Pensiones del Estado
de Sinaloa (IPES) padece un quebranto financiero que pone en riesgo su
operación.
De acuerdo con el informe de
resultados de la revisión y fiscalización realizado por la Auditoría Superior
del Estado (ASE), al anteúltimo semestre del sexenio de Mario López Valdez, el
adeudo del gobierno estatal al IPES ya sumaba 998 millones de pesos.
Los adeudos no pararon ahí.
Han crecido como una bola de nieve. Al describir la situación financiera del
gobierno estatal heredada a Quirino Ordaz Coppel, el secretario de
Administración y Finanzas, Carlos Ortega Carricarte, precisó que tienen
registros de adeudos mil 725 millones de pesos al instituto de pensiones, lo
que ha generado descapitalización de los fondos y el incumplimiento de algunos
compromisos.
Tras la revisión de la
documentación recibida, el tesorero estatal afirmó que las pensiones
representan el mayor crecimiento en el gasto del Gobierno del Estado, las
cuales se cubren con recursos propios.
“Históricamente el Estado no ha hecho las previsiones necesarias,
teniendo que distraer recursos de programas prioritarios, además de las cuotas
y aportaciones que tiene que dar a los trabajadores”.
La Secretaría de
Administración y Finanzas tiene registros que del período de 2011 al 2016, los
jubilados aumentaron en 77 por ciento, al pasar de 7 mil 323 a 13 mil tres. Lo
anterior provocó que el subsidio pasara de 709 millones en 2010, a 2 mil 900
millones en 2017, lo que representa un crecimiento del 309 por ciento.
En el origen del IPES, junto
con modificaciones a la Ley de Pensiones, el entonces gobernador Jesús Aguilar
Padilla argumentó ante el Poder Legislativo, que todo régimen de pensiones para
que sea exitoso y útil a los trabajadores debe cimentarse en una estructura
sólida y un plan financiero debidamente soportado, a fin de prever sortear
cualquier riesgo o contingencia económica que en el futuro pudiera presentarse.
Cálculos del gobierno estatal
estimaban entonces que la carga de pensiones resultaría insostenible en menos
de una década, por lo que promovió en 2009 el beneficio de una jubilación o
pensión para los trabajadores al servicio del Gobierno, bajo un nuevo sistema
en el cual los trabajadores realizarían una aportación para que el peso
económico no recayera en su totalidad a cargo del gobierno-patrón.
Sin embargo, el quebranto
financiero del IPES, empezó desde su fundación en 2009, cuando se registraron
los primeros adeudos por parte del Gobierno del Estado de Sinaloa, como el
mismo secretario del STASE, Armando Heráldez, lo asegura.
El incumplimiento de las
aportaciones al IPES han transitado por dos sexenios, primero por el de Aguilar
Padilla y luego por el de Mario López Valdez. Ahora corresponderá el turno de
Quirino Ordaz Coppel para pagar las retenciones, además de pagar o al menos
abonar las aportaciones que no fueron pagadas por sus antecesores.
Pese a que el IPES arrastra
un adeudo del gobierno estatal por retenciones no enteradas, y que en el último
semestre auditado no se registró centavo alguno pagado por el gobierno estatal,
el Congreso del Estado aprobó el pasado primero de febrero que ahora el
gobierno estatal a cargo de Quirino Ordaz Coppel retendría no el 7.6 por
ciento, sino el 10.6 por ciento de los salarios de los trabajadores de nuevo
ingreso.
La propuesta para incrementar
en un tres por ciento las aportaciones de los trabajadores al IPES fue
presentada por el entonces gobernador Mario López Valdez al Congreso del
Estado, dos meses antes de concluir su sexenio, pero fue aprobado en febrero,
bajo el mandato de Ordaz Coppel, quien
ahora le tocará retener el 10.6 por
ciento de los salarios de los
trabajadores de nuevo ingreso.
En la misma iniciativa se
subrayó que era indispensable fortalecer la capacidad financiera del IPES para
permitir a los trabajadores al servicio del gobierno estatal retirarse con una
pensión digna, dentro de un sistema financieramente autosustentable.
Hermético, el director del
IPES, Francisco Javier Pinedo de Anda,
prefiere no dar entrevistas para
explicar la situación financiera, para que sea la Secretaría de Administración
y Finanzas quien la explique.
DESVIACIONES PERDONADAS
Pese a que ha existido por
ocho años una evidente desviación de recursos que fueron retenidos a los
trabajadores al servicio del estado y fueron utilizados para fines hasta el
momento desconocidos, no se conoce que existan sanciones a funcionarios.
El secretario general del
STASE, Armando Heráldez, a pesar que conoce la situación y que desde el inicio
del IPES se iniciaron los adeudos del gobierno estatal, no ha entrado en la
defensa de la situación y en cambio traslada la responsabilidad a los
diputados.
En opinión del dirigente
sindical, es la Comisión de Hacienda junto la ASE, las encargadas de cobrarle
al Gobierno del Estado: “Son ellos son los que se deben encargar prácticamente
de llegar a acuerdos entre todas las fracciones de los diputados para ver cómo
solucionar ese conflicto de lo que nos descuentan a nosotros y lo que tiene que
pagar Gobierno, lo tiene que liquidar al IPES”.
“La Ley de Pensiones no la
puso el STASE, fue Gobierno del Estado, y a ellos les corresponde como autoridades
solucionar este conflicto”.
Al revisarse la cuenta
pública del segundo semestre de 2016 de Malova, José Menchaca, presidente de la
Comisión de Fiscalización, cuestionó que las retenciones y contribuciones no
enteradas fueron consideradas como un tema no relevante por la ASE, es decir,
que sólo ameritan una sanción administrativa, “un problema de papeles”. Ello
indica que son observaciones que no llevarán a resarcir el daño causado a la
hacienda pública ni llegarán a denuncias
penales que castiguen a los responsables.
“Algo que no estamos
dispuestos a permitir”, externó el diputado al calor de la suspensión de la
cuenta pública de Malova.
En cada una de la auditorías
realizadas por la ASE a las cuentas públicas del gobierno estatal, se ha hecho
la observación sobre la falta de pagos de aportaciones patronales y las
retenciones de trabajadores no entregadas, pero no se ha considerado un asunto
grave. La ASE se ha limitado a la promoción de una responsabilidad
administrativa sancionatoria contra los funcionarios que generaron el
incumplimiento ante la Unidad de
Transparencia y Rendición de Cuentas de Gobierno del Estado de Sinaloa, con
base en la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos
del Estado de Sinaloa.
El presidente de la Comisión
de Fiscalización consideró como grave la omisión de pagos del gobierno estatal
al IPES, al no enterar las retenciones de los trabajadores ni tampoco la parte
patronal que corresponde.
De acuerdo con el informe de
resultados de la revisión y fiscalización de la cuenta pública del gobierno
estatal al primer semestre de 2016, la ASE no encontró registros contables de
que las retenciones que se hacen a los trabajadores se hayan entregado al IPES,
ni tampoco pagos de retenciones pendientes de ejercicios anteriores.
Las dudas sobre la situación
del IPES motivaron que la Comisión de Fiscalización agregara en el programa de
auditorías del segundo semestre de 2016 a este organismo descentralizado.
(RIODOCE/ Anabel Ibáñez/Aarón Ibarra /
27 febrero, 2017)
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