Al desconocer a dirigentes y federaciones deportivas,
el director de la Conade, Alfredo Castillo, puso en riesgo la participación de
México en los Juegos Olímpicos.
El secretario de Educación, Aurelio Nuño, tuvo que
implicarse en el caos ocasionado por su subalterno, y mediante una carta
desautorizó buena parte de las acciones del ex procurador mexiquense.
Así, ante las máximas instancias del olimpismo, el
gobierno mexicano tuvo que admitir que las federaciones son autónomas y
comprometerse a no intervenir en sus asuntos internos.
Con esto queda anulada la principal línea de acción de
Castillo.
La carta que el titular de la
Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño, envió al Comité Olímpico
Internacional (COI) descalifica las acciones y los dichos del director de la
Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo,
respecto de su poder para remover y designar por dedazo a los presidentes de
federaciones deportivas nacionales que han abusado de sus funciones.
Nuño tuvo que apagar el
incendio que desató Castillo para evitar que el COI sancionara a México
expulsándolo de los Juegos Olímpicos del próximo año, luego de que el
mexiquense pidiera a senadores y diputados que aprobaran una nueva ley del
deporte que le permita al gobierno federal controlar el movimiento olímpico
“para cambiar el deporte mexicano”.
El documento de Nuño, enviado
el pasado martes 1, abrió la puerta para que el COI determinara que, por el
momento, el conflicto que priva entre las federaciones deportivas y el Comité
Olímpico Mexicano (COM) no pone en riesgo la participación de México en los
Olímpicos de Río 2016, pues no hay evidencias de que exista interferencia
gubernamental en la autonomía de las federaciones –como éstas denunciaron.
Un día después, el miércoles
2, Castillo y el presidente del COM, Carlos Padilla Becerra, firmaron un
acuerdo de voluntades –del cual posee copia Proceso– en el cual el director de
la Conade se comprometió a respetar el movimiento olímpico, a las federaciones
deportivas y a sus asociaciones afiliadas.
“Por tal motivo, las
federaciones podrán determinar su propia estructura y gobierno de sus
organizaciones, ejercer el derecho de realizar elecciones, libres de cualquier
influencia externa, en términos de lo dispuesto por la Ley General de Cultura
Física y Deporte (LGCD) y su reglamento”, indica la Declaración de Principios
contenida en cinco puntos.
(Fragmento del reportaje que se publica
en la edición 2041, ya en circulación)
(PROCESO/ BEATRIZ PEREYRA/ 12 DE
DICIEMBRE DE 2015)
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