Terminada la guerra entre narcomenudistas en La Paz, el
más reciente mapa delictivo elaborado por autoridades federales y militares
ubica a cuatro grupos criminales en Baja California Sur: el de Luis Antonio
Montoya Beltrán “Don Carlos”, el de Guadalupe Acosta López “El Javier”, el de
Eduardo Villavicencio Arce “El Lalo” y el de Luis Alberto Echeverría Valdés “El
Luisillo”
(EDICIÓN
IMPRESA BCS) En el más reciente mapa delictivo elaborado por autoridades federales
y de las fuerzas armadas, tras el final de la guerra el 28 de septiembre entre
narcomenudistas en La Paz, fueron ubicados cuatro grupos criminales operando en
Baja California Sur:
1. Luis
Antonio Montoya Beltrán “Don Carlos”, “El Artista” o “El Montoya”, célula del
capo Ismael “El Mayo” Zambada, del Cártel de Sinaloa.
2. Guadalupe
Acosta López “El Javier”, “El Javy” o “El Cangre”, célula del capo Dámaso López
Serrano “El Mini Lic”, del Cártel de Sinaloa.
3. Eduardo
Villavicencio Arce “El Lalo” o “El Lalito”, todavía sin ser oficialmente ligado
a un grupo delictivo, pero célula del Cártel de Sinaloa.
4. Luis
Alberto Echeverría Valdés “El Luisillo” o “El Luisón”, aún sin ser oficialmente
ligado a un grupo, pero célula del Cártel de Sinaloa.
Según el mapa, los jefes criminales y presuntos
responsables de las operaciones ilícitas de los grupos de la delincuencia
organizada en el Estado, tienen bajo su dominio los siguientes territorios:
* Los
llamados “Mayitos” controlan el puerto de Cabo San Lucas, Ciudad Insurgentes,
Puerto Adolfo López Mateos y la ciudad de La Paz; se habrían adueñado de la
Zona Sur y la Zona Norte de la capital sudcaliforniana tras el término de la
guerra entre narcomenudistas, expulsando a todas las células delictivas de “Los
Dámaso”.
* Los
denominados “Dámaso” tienen su zona de influencia en San José del Cabo, Ciudad
Constitución, Puerto San Carlos y el puerto de Loreto, y se replegaron en San
José del Cabo; otros emigraron a Sinaloa y Sonora.
* “Los
Lalitos” y “Los Luisillos” tienen su bastión en el municipio del Mulegé, operan
en la Heroica Mulegé, Santa Rosalía, San Ignacio, Vizcaíno, Villa Alberto
Alvarado Arámburo, Díaz Ordaz, así como en Guerrero Negro.
En el caso de estos últimos dos grupos, el trabajo de
inteligencia no ha permitido confirmar para qué grupo delictivo trabajan las
células de “Los Lalitos” y “Los Luisillos”, sin embargo, se tienen informes de
que operan para el Cártel de Sinaloa, aun y cuando existen indicios de la
presencia del Cártel de Los Caballeros Templarios, y recientemente, del Cártel
Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Cártel de Los Beltrán Leyva.
Informes de inteligencia refieren que estos dos grupos
son antagónicos y responsables de la venta, distribución y trasiego de cristal,
marihuana y cocaína en Mulegé.
El mando criminal de Eduardo Villavicencio Arce “El
Lalo” surgió de la sucesión de sus hermanos y ex jefes de la plaza del narcomenudeo,
Adrián e Iván Villavicencio Arce.
EL
TERRITORIO DE “LOS MAYITOS”
Ciudades
La Paz
Cabo San Lucas
Ciudad Insurgentes
Puerto Adolfo López Mateos
Fuente: Grupo de Coordinación de Seguridad Pública
El de Luis Alberto Echeverría Valdés “El Luisillo” o
“El Luisón”, es el heredero del poder criminal de los ex jefes de la plaza,
Guadalupe Beltrán Beltrán “El Lupillo” y Juan Beltrán Beltrán “El Indio”.
Desde el año 2010 los dos grupos antagónicos
protagonizan una lucha por el control de la plaza del narcomenudeo. La disputa
ha dejado los siguientes muertos:
* Del bando
de “Los Villavicencios” fue asesinado Adrián Villavicencio Arce “El Adrián” en
2010 e Iván Villavicencio Arce “El Taquero” en 2013, quedando desde entonces
como sucesor, Eduardo Villavicencio Arce “El Lalo” o “El Lalito”.
* Por el
lado de “Los Beltrán” fueron ejecutados Guadalupe Beltrán Beltrán “El Lupillo”
en 2013 y Juan Beltrán Beltrán “El Indio” en 2014, quedando como sucesor
natural Luis Alberto Echeverría Valdés “El Luisillo” o “El Luisón”.
El 3 de noviembre de 2015, la Administración para el
Control de Drogas de Estados Unidos, conocida como DEA, dio a conocer el último
mapa delictivo elaborado por el gobierno norteamericano y las zonas de
influencia de los cárteles en México.
Entre otros, expuso el control del Cártel de Sinaloa
en Sonora, Durango, Yucatán, Baja California, Baja California Sur y por
supuesto, Sinaloa.
En el caso de BCS, se reveló la presunta alianza entre
los cárteles de Sinaloa y CJNG que, acorde con el mapa delictivo, operaban y
tenían el control de La Paz y Los Cabos.
La información fue incluso confirmada por el Gabinete
de Seguridad Nacional, refiriendo que los protagonistas de la alianza eran
Ismael “El Mayo” Zambada del Cártel de Sinaloa y Nemesio Oceguera “El Mencho”
del CJNG, cuyo pacto consistió en la no agresión para controlar puntos
estratégicos del tráfico de drogas, y evitar la entrada de otros grupos
delictivos en ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez, San Luis Rio Colorado, Los
Cabos y La Paz.
Para el Gabinete de Seguridad Nacional, los puntos
estratégicos son los principales accesos y puntos clave del trasiego de drogas
hacia Estados Unidos de Norteamérica.
Los municipios de Los Cabos y La Paz “son puntos
clave, porque gran parte de los cargamentos de droga que van hacia Estados
Unidos, son enviados desde Sinaloa hasta estos puntos, vía marítima y aérea, y
posteriormente, enviados hacia Tijuana”.
LOS
REACOMODOS
Después de terminada la guerra entre narcomenudistas
en La Paz, a excepción de los asentados en Mulegé, los grupos criminales -según
un integrante del llamado Grupo de Coordinación de Seguridad Pública-
atraviesan por un proceso de reacomodo entre sus filas.
LOS JEFES DE
LA PLAZA DEL NARCOMENUDEO SON:
* Luis
Antonio Montoya Beltrán “Don Carlos” o “El Artista”, por parte del grupo de
Ismael “El Mayo Zambada”, quien tiene como brazo armado al ex agente de la
Policía Estatal Preventiva, Fernando de Jesús Estrada Martínez “El Mono”.
* Guadalupe
Acosta López “El Javier” o “El Cangre”, por el lado de Dámaso López Serrano “El
Mini Lic”, teniendo como brazo armado a Raúl Castillo de la Rosa “El Cochi”.
El integrante del Grupo de Coordinación de Seguridad
Pública, expuso que “los reportes de inteligencia federal y militar hablan de
algunos cambios en el modus operandi de los grupos delictivos, de la llegada y
salida de criminales del Estado y el éxodo de narcomenudistas de La Paz hacia
San José del Cabo, los cuales -antes de perder la guerra-operaban para los
grupos de ‘Los Pepillos’ y de ‘Los 28’”.
Es decir, el jefe de la plaza de San José del Cabo,
Guadalupe Acosta “El Javier” o “El Cangre”, “prácticamente acogió y reclutó a
los vendedores de droga de ‘Los Dámaso’, los cuales no se quisieron alinear con
‘Los Mayitos’ y se fueron a vivir a San José del Cabo”. Otros más “emigraron
hacia Sinaloa y Sonora, donde actualmente están operando para ‘El Mini Lic’”.
De hecho “la
organización de ‘El Javier’, con base a reportes de inteligencia recibidos,
vive desde el término de la narcoguerra una especie de reestructuración por el
ingreso de nuevos integrantes de ‘Los Dámaso’”, algunos de ellos, hasta con
orden de ubicación y aprehensión, como es el caso de Raúl Castillo de la Rosa
“El Cochi”, brazo armado de la organización delictiva de “El Javier” y cabeza
del grupo de la célula de los llamados “Mata Niños”, integrada por Oswaldo
Pastrana Zacarías “El Oso”, Álvaro Burgos Sauceda “El Cheque”, Manuel Burgos Sauceda “El Chombi” y Luis
Medina “El Torito”.
EL
TERRITORIO DE “LOS DÁMASO”
Ciudades
San José del Cabo
Ciudad Constitución
Puerto San Carlos
Loreto
Fuente: Grupo de Coordinación de Seguridad Pública
Lo anterior fue
confirmado por la ex brazo armado de “Los Dámaso”, Melissa Margarita Calderón
Ojeda “La China”, cuando el 19 de septiembre de 2015 fue detenida tras
pretender huir vía aérea por el aeródromo de Cabo San Lucas, Baja California
Sur.
La ex jefe criminal
reveló durante el interrogatorio de “los cambios que estaban dando dentro de la
organización de ‘El Javier’” después de perder la guerra en La Paz y recibir
órdenes de abandonar el Estado y concentrarse en Mazatlán, Sinaloa.
Incluso, la ex jefe
de pistoleros confirmó la versión recolectada en trabajo de inteligencia
federal y militar, de que “los hermanos de ‘El Javier’ prácticamente se
quedaron al frente del negocio criminal, cuando inició la guerra en La Paz, y
salió de esa ciudad hacia Badiraguato, Sinaloa, porque supo que los andaban
buscando para asesinarlo”, ya que estaba brindando apoyo logístico a “Los
Dámaso”.
Según los reportes
de inteligencia federal y militar, los hermanos del jefe de la plaza de San
José del Cabo tienen las siguientes responsabilidades dentro de la estructura
criminal:
* Martín Acosta López, responsable de logística en
casas de seguridad, transporte y almacenes.
* Julián Acosta López, encargado del reclutamiento de
vendedores y distribuidores de droga.
* Jesús Octavio Acosta López, comisionado a pagar
protección a policías y mandos corruptos.
Este último -según
el testimonio de “La China”- es el enlace entre “Los Javieres”, la Policía
Municipal de Los Cabos y Policía Estatal Preventiva, y según su dicho, “es el
contacto con un sujeto de nombre Luis Manuel Colomo Arellano, quien es chofer o
secretario del subcomisario de la Policía Estatal Preventiva, Francisco Javier
Moreno Montaño… ese es el de la maleta”, según dijo a sus captores y reveló los
nombres de una serie de policías municipales, ministeriales y estatales
coludidos con el grupo de Los Dámaso. Señaló a un tal Osorio y un “Chava”.
Lo que obviamente
está bajo investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado
(PGJE), cuyo expediente pasó a manos de
la Subprocuraduría Especializada en Investigación de la Delincuencia organizada
(SEIDO), sobre todo porque en las últimas semanas, la mayoría de las capturas
de la Policía Estatal Preventiva sospechosamente se centran en vendedores de
droga de “El Montoya”, y excluyen a los narcomenudistas de “El Javier”.
“Eso puede volver a
desatar una guerra”, advirtió un integrante del Grupo de Coordinación de
Seguridad Pública, “cuando la policía toma partido por un bando, no solo genera
fricciones entre los grupos, sino pone en riesgo a los mismos agentes y genera
un conflicto que puede terminar en una nueva guerra por la preferencia hacia un
grupo”.
Agregó que “hace unos días fue tema incluso de los
propios policías el rescate de un narcomenudista de ‘El Javier’, cuando el
sicario Oswaldo Pastrana Zacarías ‘El Oso’, acompañado por siete hombres
armados con rifles de asalto, entre ellos un tal ‘Beto’ y sobrino de ‘El
Javier’, se lo quitaron a los policías de las manos, después de ser detenido en
el estacionamiento de la plaza Comercial Mexicana en San José del Cabo, porque
estaba golpeando a su ex esposa. Entonces, sometieron a los policías con sus armas,
y se lo llevaron como si nada”.
— ¿Eso habla de la
impunidad?, cuestionó ZETA.
“Yo creo que no solo
de impunidad, eso es un hecho muy grave, porque los grupos criminales se
sienten tan poderosos que pueden pasar por encima de la misma autoridad, y se sienten
con ese derecho porque desgraciadamente están pagando una cuota de protección a
un puñado de policías corruptos”.
POLICÍA INEFICAZ
Aunque en cada
reunión semanal del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública, el secretario
general de Gobierno de Baja California Sur, Álvaro de la Peña Angulo, se jacta
del regreso de la tranquilidad al Estado y de que en materia de seguridad se
trabaja arduamente para evitar que se cometan más delitos en la entidad, la ola
de levantones en los últimos días, evidencia mentiras en sus dichos y deja muy
mal parada a la Policía, que no sabe qué hacer ni cómo actuar en estos casos,
salvo que haya complicidad criminal con los presuntos responsables.
Un registro obtenido
por ZETA indica que los últimos levantones fueron los siguientes:
* El 26 de noviembre fue privado de su libertad el
narcomenudista Víctor Javier Ojeda por un comando armado, cuando alrededor de
las 2:10 am estaba dormido en su casa en el fraccionamiento Costa Azul en San
José del Cabo. Los presuntos responsables del levantón iban vestidos de negro,
encapuchados y con rifles de asalto, según comentaron testigos.
* Esa misma fecha, pero a las 11:00 pm, en la ciudad
de La Paz era privado de su libertad el lugarteniente del ex jefe de logística
del grupo de “Los Pepillos”, Martín Octavio Burgueño Reyes “El Viejo Pelón”,
conocido e identificado como “El Mocho”. Los responsables del levantón llegaron
a bordo de una camioneta Ford Explorer color blanco, se bajaron e hicieron
algunos disparos, y enseguida sacaron a la víctima de su vivienda en las calles
Bahía de Santa Lucía y Península de Portugal, Fraccionamiento Península Sur en
La Paz.
Los propios policías
–según el resultado de la Encuesta Institucional 2014- reconocen su ineficacia
en el combate al narcomenudeo, delincuencia organizada, trabajo de inteligencia
y tácticas de SWAT, así como la deficiencia en los cursos de capacitación.
El estudio fue
elaborado por la compañía Numera, S.C. en octubre de 2014, donde se realizaron
400 entrevistas cara a cara en las instalaciones de las corporaciones,
distribuidas de la siguiente manera:
* 102 de agentes de la Policía Estatal Preventiva.
* 158 de custodios de penitenciarías.
* 140 de agentes de la Policía Ministerial del Estado.
El margen de error
es del 4%, con una certeza o
confiabilidad del 95%.
El estudio de 97
páginas, cuya copia obra en poder de ZETA, arrojó que la mayoría de los cursos
de capacitación se centraron en el tema de derechos humanos con el 43%, juicios
orales con 40% y actualización con 39%; mientras solo el 16% fueron sobre el
tema de control de sujetos peligrosos y reconstrucción de hechos, 17% sobre
técnicas de intervención, 20% sobre control de motines y 21% y 22% sobre manejo
de tolete y tácticas policiales, respectivamente.
Con base en el estudio,
los policías expusieron que los cursos de capacitación que menos se realizaron
ese año fueron sobre el trabajo de inteligencia con únicamente el 4%, seguido
de tácticas de SWAT con 4%, narcóticos con
5%, antiterrorismo con 5% y homicidios con 7%, a pesar de que de julio
de 2014 a septiembre de 2015, hubo una guerra de narcomenudistas en La Paz.
Los temas más
importantes para el Gobierno del Estado fueron el de criminalística, con el
15%, seguido de identificación de vehículos con 12% y técnicas de investigación
con 12%.
El 95% de los
encuestados indicaron que los cursos de capacitación sí les han servido, solo
el 5%, respondió que no.
EL
TERRITORIO DE “LOS LALITOS” Y “LOS LUISILLOS”
Ciudades
Heroica Mulegé
Santa Rosalía
San Ignacio
Vizcaíno
Villa Alberto Alvarado Arámburo
Díaz Ordaz
Guerrero Negro
Fuente: Grupo de Coordinación de Seguridad Pública
Asimismo, El 5% de
los agentes encuestados aceptó haber recibido cursos de capacitación en el
extranjero, mientras el 95% dijo que no. Del 5% que sí recibió capacitación, el
81% afirmó que no han impartido cursos o transmitido sus conocimientos a sus
compañeros, y solo el 19% expuso que sí.
El 67% de los
encuestados declararon que la última vez que hicieron Exámenes de Control y
Confianza fue en 2014, mientras el 25% dijo que en 2013 y solo el 7%, en 2012.
La mayoría no
supieron responder sobre el objetivo del Examen de Control y de Confianza,
porque mientras el 75% indicó que era para evaluar la confianza del personal de
seguridad, el 19% respondió que era para depurar las instituciones y el 3% para
promoción, estímulos y recompensas.
El 74% de los
encuestados dijeron sentirse muy orgullosos de ser policías, mientras el 21%
respondió orgulloso a secas, el 4% poco orgullosos y el 1% nada orgullosos.
Entre otros datos,
el 33% de los agentes aseguró no tener entrenamiento físico en sus actividades
semanales, 32% que nunca se reunían con
el mando, 43% no tenían ninguna inspección de uniforme y calzado, y 36% dijo
que no había revisión de armamento, entre lo más importante.
Por otro lado, el
86% de los policías consideraron que hacen falta mejores sueldos, el 86% equipo
de trabajo, el 86%, personal y el 85% cursos de capacitación.
Finalmente, y a la
pregunta de qué rubro es donde el gobierno debe destinar mayores recursos y
acciones, el 96% coincidió en combate al narcomenudeo, fortalecer la Academia y
el Instituto de Capacitación, contar con un sistema que permita evaluar y
acreditar al personal de Seguridad Pública, fortalecer las bases de datos y
combatir el delito de secuestro.
El 83% de los
encuestados fueron hombres, y el 17% mujeres; el 33% tiene la escolaridad de
preparatoria, 21% de secundaria y solo el 14% de universidad. El 32% gana un
sueldo mensual promedio de 8 mil a 11 mil pesos, el 26% de 4 a 8 mil pesos; el
22%, de 11 mil a 16 mil pesos; el 16%, de mil 600 a 4 mil 800 pesos; solo el 3%
percibe menos de mil 600 pesos.
Las conclusiones de
la compañía responsable del estudio arrojan que “los policías le conceden mucha
importancia al combate al narcomenudeo, fortalecimiento de la Academia o
Instituto de Capacitación y lo relacionado al sistema de acreditación y
certificación policial”, posiblemente ligado al desarrollo de la incidencia
delictiva que los elementos han observado a su diario acontecer, y a la
necesidad de contar con mayor capacitación para atender el crimen en la
entidad.
Las respuestas “proyectan
la importancia y la recomendación de implementar una estrategia sobre acciones
realizadas en el combate al narcomenudeo y los delitos que rodean esta
modalidad del crimen”, de manera que los elementos cuenten con certeza de las
líneas de acción tomadas.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ BCS/INVESTIGACIONES ZETA/ 08 DE DICIEMBRE DEL 2015 A LAS
15:07:26)
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