WASHINGTON
(proceso.com.mx).- La Administracion Federal Antidrogas (DEA) declaró que
utilizaran a cárteles enemigos al de Sinaloa, para intentar recapturar a
Joaquín El Chapo Guzmán, y negó que el gobierno mexicano esté rechazando la
ayuda que le ofrece el de Estados Unidos para lograr este objetivo.
“Estamos
buscando en todos lados, estamos observando a gente que ayuda a su
organización, a sus familiares que podrían estar involucrados; a sus
exasociados, a cárteles rivales que posiblemente puedan hablar con algunos de
sus subalternos”, declaro Jack Riley, el jefe de Operaciones de la DEA y actual
administrador interino de la dependencia federal antinarcóticos.
En
entrevista con la cadena de televisión CNN, Riley también desmintió las versiones
periodistas que han circulado después de la fuga de el Chapo, respecto a que el
gobierno del presidente Enrique Pena Nieto, ha rechazado la ayuda que le ofrece
Estados Unidos para recapturar a Guzmán Loera.
“No
se de donde salió esa información, realmente trabajamos las 24 horas del día
con ellos (los mexicanos)… vamos a hacer todo lo posible por ayudarlos a
recapturarlo, tal y como lo hicimos la primera vez cuando lo rastreamos y lo
agarramos”, acotó Riley.
El
jefe de la DEA insistió en que en los dos países hay una determinación total
para devolver a El Chapo a la cárcel.
Según
el jefe de Operaciones de la DEA, desde que se conoció la fuga de El Chapo del
penal de alta seguridad de El Altiplano, los dos gobierno han estado en
contacto intercambiando información.
Consideró
que una de las cosas a las que seguramente le teme El Chapo, es que los dos
gobiernos intercambien información de inteligencia.
El
Chapo “es en estos momentos el criminal más peligroso en el mundo que anda
huyendo, es un billonario que tiene la capacidad de corromper y matar. Las
carnadas humanas lo atraparon; quería estar entre una sociedad vibrante en
lugar de quedarse en las montañas y por eso cayó. Cuando lo vuelva a hacer, le
caeremos nosotros”, enfatizó Riley.
Sobre
su fuga de El Altiplano por un túnel construido con un gran sofisticación de
ingeniería, Riley admitió que existía preocupación de que el líder del Cártel
de Sinaloa escapara, tomando en cuenta que ya lo había hecho en 2001, cuando se
fugó de el penal de alta seguridad de Puente Grande, en Jalisco.
“Todo
mundo tenía la preocupación de que escapara. Ya lo había hecho antes. Tiene
conexiones inmensas en el mundo y claramente era una preocupación en ambos
lados de la frontera”, concluyó Riley.
(PROCESO/
J. JESÚS ESQUIVEL/ 16 DE JULIO DE 2015)
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