Sin
sorpresas en las salidas pero con sorpresas en las llegadas, el jefe de
Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, anunció el primer bloque
de ajustes a su Gabinete. Mancera redefinió sus estrategias con la izquierda,
perfiló a sus sucesores, y estableció las nuevas alianzas con las que buscará
la candidatura presidencial en 2018. Despidió a las viejas tribus del PRD, como
las de René Bejarano e Izquierda Democrática, y acotó a la corriente que
controla el partido, “Los Chuchos” de Nueva Izquierda.
No
menos importante, colocó el primer dique para enfrentar a Morena en la Ciudad
de México, contenerla y derrotarla. Por primera vez en lo que va de su
administración, Mancera se colocó al volante.
Varias
sorpresas acompañaron los nombramientos. El más relevante en términos
estratégicos es el de Amalia García en la cartera de Trabajo. La diputada,
fundadora del PRD, transitó ideológicamente hacia la social democracia y creó
una de las corrientes más importantes del partido, Foro Nuevo Sol, a la que
pertenecen el gobernador electo de Michoacán, Silvano Aureoles, y el diputado
electo en la Asamblea Legislativa y exdelegado de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo
Romo.
García
figuró en la primera terna de Mancera para la Secretaría de Gobierno, en donde
estuvo el exgobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, que mantuvo su
decisión de no regresar a México, y el senador Armando Ríos Piter, que al
exigir a cambio que le garantizaran la candidatura a la jefatura de Gobierno,
fue eliminado. Mancera no aceptó imposiciones. En la Secretaría del Trabajo,
García puede ser más funcional, al tomar la batuta del programa clave del jefe
de Gobierno, el aumento nacional al salario mínimo, y quitar banderas a Morena
y su jefe Andrés Manuel López Obrador.
Foro
Nuevo Sol, del que es la jefa política, fue parte del Frente Político de
Izquierda formado tras la elección presidencial de 2006 como contrapeso a Nueva
Izquierda. Ese frente se ha desmembrado. Cinco de sus corrientes están ahora en
Morena; una más, Alianza Democrática Nacional, juega con “Los Chuchos”; y otra,
reducida y desacreditada, es la de Bejarano. El primer campo de batalla contra
López Obrador será en la Delegación Cuauhtémoc, con su nuevo jefe Ricardo
Monreal, con quien tiene una vieja disputa. Monreal llegó a la gubernatura de
Zacatecas inmediatamente después de García, y buscó meterla a la cárcel. La
pelea soterrada entre ellos será de antalogía; se conocen perfectamente.
Patricia
Mercado, a quien sustituyó García, fue designada secretaria general de
Gobierno. En Trabajo resultó muy bien evaluada pese a su bajo perfil, y la
opción por ella revela el interés de Mancera por alguien capaz de hablar con
todos los sectores políticos y con la sociedad, a los que Mancera se refirió
específicamente al anunciar esa parte del Gabinete. Mercado llegó a su Gobierno
en 2012 por recomendación de varios grupos ciudadanos, en particular por la
corriente intelectual que representa la activista Marta Lamas.
Mercado
relevó a Héctor Serrano, quien pasó a ocupar la Secretaría de Movilidad, que
tiene bajo su responsabilidad al gremio de taxistas, que desde hace más de 15
años son una fuente de ingreso irregular –particularmente los piratas–, para
las acciones políticas y electorales de López Obrador. Serrano será otro muro
de contención para Morena. No habrá pleito con López Obrador, pero tampoco se
quedará Mancera sin operadores para enfrentarlos.
Con
“Los Chuchos” quedó claro el alejamiento, pero también sin rompimiento. La
designación de la senadora Alejandra Barrales como secretaria de Educación, es
un guiño con la parte más rescatable de esa desacreditada corriente. Ella
contendió contra Mancera por la candidatura a la jefatura de Gobierno y la
forma como se resolvió al final la dejó lastimada. La negociación que
sostuvieron en las dos últimas semanas saldó las viejas heridas y la colocó,
junto con Mercado y García, como el trío de mujeres con mayor posibilidad para
sustituirlo en 2018.
En
la línea de sucesión colocó también a su viejo colaborador, José Ramón Amieva,
a quien movió de la Consejería Jurídica a la Secretaría de Desarrollo Social,
donde salió Rosa Icela Rodríguez, que usó recursos públicos de programas
sociales para beneficiar a candidatos de Morena. Lo puso en la dependencia más
generosa de todas –da recursos a los más necesitados–, pero tiene en contra, de
cara a 2018, su falta de carisma. Si hace su trabajo con eficiencia, Amieva
ayudará a que su jefe y viejo amigo pueda consolidarse.
Mancera
lanzó dos redes hacia filas extra perredistas. La más importante es la incorporación
de Jorge Gaviño como director del Metro. Gaviño encabeza la comisión en la
Asamblea Legislativa que investiga la obra de la Línea 12 y es diputado de
Nueva Alianza, el partido que tiene un fuerte sustento electoral con el
magisterio. Igualmente invitó a Laura Ballesteros, que llegó a la Asamblea
Legislativa por el PAN y contendió por la Delegación Miguel Hidalgo por el PRI
y el Partido Verde, a crear una nueva área que tiene que ver con la movilidad.
Los
nombramientos reflejan el fin al sometimiento a las tribus perredistas, y
retomó la iniciativa. Mancera es el tercer mejor calificado entre los
aspirantes a la Presidencia en 2018, después de López Obrador y el gobernador
del estado de México, Eruviel Ávila. No podía desaprovechar la oportunidad, para
sentarse solo en la cabina del piloto. Empezó a jugar su resto.
(ZOCALO/
COLUMNA”ESTRICTAMENTE PERSONAL” DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 17 DE JULIO 2015)
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