MÉXICO,
D.F. (apro).- Con su trabajo en el mercado de tenis de Tepito, Kevin González
Sánchez veía cada vez más cerca su sueño de terminar la preparatoria, ir a la
Universidad y ganar el dinero suficiente para comprar una casa, fuera de ese
barrio. Pero el pasado viernes 10 sus anhelos se fueron con él a la tumba.
Una
semana antes de su muerte, Kevin se reunió con un grupo de amigos en La
Chelería de la calle Toltecas, casi esquina con Fray Bartolomé de las Casas, en
la delegación Cuauhtémoc.
De
acuerdo con testigos, cerca de la medianoche llegaron al lugar cinco camionetas
con aproximadamente 50 policías de la Secretaría de Seguridad Pública del
Distrito Federal (SSPDF) que participaban en el Operativo Rastrillo. En ese
momento Kevin y Luis se encontraban afuera del bar.
Los
uniformados detuvieron a los dos jóvenes, los tiraron al piso, empezaron a
golpearlos con las culatas de sus pistolas y luego los subieron a una patrulla
Pick Up, conocidas como “perreras”.
Cuando
la unidad policiaca había avanzado alrededor de 20 metros, los policías
arrojaron a los jóvenes a la calle. Kevin no alcanzó a amortiguar el golpe y se
golpeó la cabeza contra el pavimento.
Las
personas que presenciaban los hechos llamaron de inmediato a una ambulancia que
tardó más de una hora en llegar. La madrugada del sábado 4 el adolescente fue
internado en el hospital de Balbuena. El reporte de ingreso lo registró como
atropellado.
Seis
días después murió a causa de contusiones cerebrales bifrontales y edema
cerebral severo.
Los
familiares interpusieron una denuncia y se inició la averiguación previa por
homicidio. No obstante, aseguran que la indagatoria está plagada de
irregularidades, y creen que los videos que les mostraron fueron editados para
no evidenciar la actuación de los preventivos, por lo que acudieron a la
Fiscalía de Servidores Públicos de la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal a presentar su querella.
Además,
aseguran que las autoridades se han negado a interrogar a la totalidad de los
agentes que participaron en el operativo del viernes 3.
La
familia afirma que Kevin no tenía vicios ni antecedentes penales. A la fecha no
entienden por qué los policías actuaron de esa manera.
El
caso ya lo tiene en sus manos la Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal (CDHDF).
(PROCESO/
REPORTAJE ESPECIAL/LA REDACCIÓN/ 17 DE JULIO DE 2015)
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