Si
el 9 de marzo de 2012 Jalisco vivió una jornada de violencia inusitada con el
sello del Cártel de Jalisco Nueva Generación, liderado por Nemesio Oseguera
Cervantes, El Mencho, las decenas de bloqueos del pasado viernes 1 en
municipios jaliscienses y otros tres estados del país muestran la furia de una
organización criminal que no se intimida ante el gobierno de Enrique Peña
Nieto. Ese abierto desafío hizo trastabillar a las instancias federal y
estatal, que ni siquiera se atrevieron a mencionar el nombre del “grupo
delincuencial” que puso en jaque sobre todo a Jalisco, a sus autoridades y a
sus ciudadanos.
GUADALAJARA,
Jal. (Proceso).- La mañana del viernes 1 la entidad vivió una de las peores
jornadas de violencia de los últimos años, más grave aún que la del 9 de marzo de 2012, cuando sicarios del Cártel
Jalisco Nueva Generación (CJNG) bloquearon 16 vialidades tapatías e incendiaron
vehículos en varios municipios.
Hace
tres años fueron detenidos varios capos de la organización y los bloqueos
permitieron a Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, romper el cerco y escapar.
Pero el viernes 1 la violencia se desbordó.
Esas
acciones se realizaron de manera simultánea antes de mediodía en 19 municipios
y empezaron justo después de que se pusiera en marcha la Operación Jalisco,
cuyo propósito es garantizar la seguridad de la población de esta entidad y de
Colima, según informó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Las
autoridades federales y estatales tardaron en reaccionar, y lo hicieron de
manera confusa, lo que alimentó versiones en la prensa sobre la supuesta
captura de El Mencho y su hijo Rubén Oseguera González, El Menchito o El
Junior, de 23 años; algunos medios se refirieron incluso a la probable muerte
de ambos capos. Hasta el cierre de esta edición no se había corroborado ninguna
de las dos versiones.
Las
llamas de los vehículos incendiados aún no se extinguían cuando el gobernador
Aristóteles Sandoval hizo el recuento de daños en una conferencia de prensa:
“Estamos en reunión con el Gabinete de Seguridad para activar la Operación
Jalisco para detener a los criminales”, aunque no mencionó al CJNG.
De
inmediato se aplicó al “código rojo” en la entidad para proteger a la
población. La Zona Metropolitana de Guadalajara estaba desquiciada por la furia
de la organización del Mencho, la de mayor intensidad registrada en los últimos
años.
Horas
más tarde, a las ocho de la noche del viernes 1, el comisionado Nacional de
Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido García, explicó que al inicio de la
Operación Jalisco y las reacciones del “grupo criminal” –tampoco mencionó su
nombre– se tomaron las medidas necesarias con las autoridades locales para
reforzar la seguridad en entidades colindantes con Jalisco.
Esa
operación, en la que participan el Ejército, la Marina y la Procuraduría
General de la República, así el Centro de Investigación y Seguridad Nacional,
además de costosa se inició semanas después de que El Mencho y su gente
comenzaron a imponer su ley.
(Fragmento
del reportaje que se publica en la revista Proceso 2009, ya en circulación)
(PROCESO
/F. COBIÁN, J. COVARRUBIAS, A. OSORIO Y G. REZA/ 2 DE MAYO DE 2015)
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