México.-
Aunque no hay investigaciones oficiales al respecto, organizaciones civiles y
de derechos humanos señalan que gran cantidad de casos de desaparición podrían
estar relacionados con reclutamiento forzoso efectuado por grupos del crimen
organizado, quienes recurrirían a dicha práctica para hacer trabajar a las
víctimas en diversas actividades, desde la cosecha de estupefacientes hasta
vigilancia, sicariato y labores técnicas especializadas.
Académicos
y activistas especializados en el tema indicaron que si bien familiares de
algunas víctimas han dado testimonio de haberlos visto o escuchado tras su
desaparición, no han querido denunciarlo públicamente por temor a que ellos o
sus seres queridos sufran alguna represalia.
Jorge
Verástegui, miembro de la organización Fuerzas Unidas por Nuestros
Desaparecidos en México, señaló en entrevista con La Jornada que las
desapariciones que tienen como trasfondo un acto de reclutamiento forzoso han
sido hipótesis que hemos estado manejando y se han corroborado de una u otra
forma con personas que han sido liberadas.
PERFILES PARTICULARES
De
acuerdo con el también integrante del Centro Diocesano para los Derechos
Humanos Fray Juan de Larios, hay diversos testimonios de que el crimen
organizado ha desaparecido personas con el fin de integrarlas de manera
obligatoria a sus filas, para que realicen tareas de todo tipo.
Ese
trabajo puede ir desde el sicariato hasta cuestiones administrativas o
técnicas, para las que se necesitan conocimientos especializados. Esta
hipótesis se ha hablado con familiares en el norte del país de personas,
principalmente hombres jóvenes, que eran privados de su libertad por grupos de
delincuentes para hacerlos trabajar como sicarios, indicó.
“En
Coahuila era del conocimiento popular que la llamada ‘diestra’ (el
adiestramiento a estos civiles por parte de la delincuencia organizada) duraba
unos seis meses. Se tuvo información de personas que aparecieron después de ese
tiempo, pero muchas otras no, porque se quedaban cautivas”, añadió Verástegui.
Hay
elementos para pensar que algunas personas fueron desaparecidas porque
encajaban en perfiles muy particulares, como técnicos que ponían antenas de
comunicación. En 2013 la Marina localizó en Veracruz diversos centros de
comunicación clandestina del crimen organizado. Ves eso y te preguntas: ¿cómo
lograron instalarlo, quién lo hizo?
Otros
elementos que hacen pensar en reclutamiento forzoso son las llamadas que
reciben algunos familiares de las víctimas, en las que no se escucha ninguna
voz del otro lado del aparato, y así pueden estar por varios minutos. Nadie
habla, pero la intuición de la familia dice que puede ser su ser querido,
porque esas llamadas son generalmente en fechas muy significativas, como
cumpleaños.
Además
de lo anterior, “ha habido avistamientos de parientes o amigos de los
desaparecidos, que dicen ‘lo vi en el centro comercial o en la calle, pero iba
con personas armadas y no volteó a verme’. También hay testimonios de gente que
estuvo detenida y logró escapar y sobrevivir, pero su familia nunca denuncia
porque tiene miedo”.
Juan
Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la
Infancia en México, coincidió en que las desapariciones motivadas por
reclutamiento forzoso son un fenómeno altamente probable, y recordó que varios
medios informativos han documentado casos de hombres jóvenes y fuertes que
supuestamente habrían sido llevados a la fuerza para recibir entrenamiento como
soldados del narcotráfico.
Es
un hecho, una realidad que sucede y es importante conocerlo. En medios se ha
abordado la supuesta existencia de mil adolescentes privados de su libertad por
haber sido señalados como sicarios. No tenemos fuentes para confirmar si así
fue, pero es preocupante este hecho y ratificaría la existencia de este
reclutamiento forzoso, recalcó.
Pérez
García recordó que familiares de algunas de las 22 personas asesinadas en
Tlatlaya –quienes eran supuestos integrantes de grupos criminales que ya se
habían rendido y estaban desarmados– denunciaron que sus seres queridos habían
sido reclutados de manera forzosa, pero la versión nunca fue investigada.
Santiago
Corcuera, miembro del Comité contra la Desaparición Forzada de la Organización
de Naciones Unidas, manifestó que el reclutamiento forzoso es un hecho
absolutamente posible. Estoy seguro de que muchas mujeres pueden estar siendo
explotadas sexualmente y que a muchos chavos jóvenes y fuertes se los están
llevando para trabajar en campos de cultivo de estupefacientes.
Además
de labores de cosecha y sicariato, consideró el académico, también hay muchas
personas con habilidades especificas, como electricistas e ingenieros, que son
desaparecidos para obligarlos a trabajar en la construcción de caminos o
centros de comunicación, por ejemplo.
Pueden
concurrir, aunque no siempre lo hacen, los elementos constitutivos de
desaparición forzada y de trata de personas en cuanto a la detención, captura o
traslado de personas con fines de explotación. Es decir, aunque no todas las
desapariciones forzadas se cometen con fines de explotación, puede suceder, y
en realidad sucede, que algunas desapariciones forzadas se cometen con tales
fines, explicó Corcuera.
En
muchas ocasiones, la víctima de trata de personas no se encuentra desaparecida
forzadamente, pues puede encontrarse sometida a explotación por medio del
engaño y las amenazas de sus captores, mientras es explotada, y poder seguir en
contacto con sus familiares de manera habitual, dijo.
(ZOCALO/
La Jornada/ 03/05/2015 - 01:12 PM)
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