Iguala,
Gro.- México espera para saber si los cuerpos de los 43 estudiantes
desaparecidos en Guerrero son los que están en alguna de las tres fosas
encontradas el sábado por la tarde (madrugada en España) en un paraje cercano a
la ciudad de Iguala. Pero mientras medio país contiene la respiración el otro
medio se pregunta como fue posible llegar a tal grado de putrefacción. El
procurador de Guerrero, Iñaki Blanco, ha confirmado que han sacado 28 cuerpos
quemados de las fosas y que los estudiantes fueron atacados por 'Los Guerreros
Unidos' . Fuente: Mundo.es
Aunque
las autoridades ni confirman ni desmienten si los restos encontrados son de los
estudiantes de Magisterio de la escuela 'Normal' que fueron secuestrados una
semana antes en el lugar hay al menos 34 cuerpos, según la prensa local.
La
mayor masacre de la época Peña Nieto tiene topónimo; Iguala, una ciudad de
130.000 habitantes, a tres horas del Distrito Federal. Tiene nombres, los de
los 43 estudiantes desaparecidos, y tiene forma; la de tres inmensos agujeros
negros cavados en el barro empezaron a escupir huesos el sábado por la mañana y
no paró hasta que entró la noche.
Hasta
estas fosas llegaron los forenses después de la confesión de un policía que
estaba detenido y que participó en el secuestro de los estudiantes. El lugar
fue acordonado por unos 300 soldados quienes impidieron el acceso a las decenas
de medios de comunicación que se agolpaban junto a la fosa después de caminar
tres kilómetros monte arriba por una sierra tan verde como siniestra.
HUESOS CALCINADOS
Ante
el hermetismo oficial, algunos de los policías que custodiaban el lugar
empezaron a filtrar los pocos detalles que se han ido conociendo: "Los
quemaron vivos. Pusieron todos los cuerpos en la fosa, les echaron diesel y les
prendieron fuego" explicó un uniformado con la mascarilla puesta, cansado
de ver huesos calcinados. Por esa razón los forenses sólo han podido llevarse
un montón de huesos a la morgue de Chilpancingo, capital del estado, para
proceder a la identificación que se tendrá que hacer por el ADN.
El
hallazgo de las fosas mantiene en vilo al país. A pesar de que el gobernador de
Guerrero, Ángel Aguirre pidió tranquilidad a la población, poco después de
pronunciar estas palabras su casa fue apedreada.
Todo
empezó hace una semana cuando la policía de Iguala atacó a tiro limpio a un
grupo de 80 estudiantes de magisterio que habían acudido al municipio a tomar
varios autobuses que iban a utilizar después en una protesta. La acción,
provocadora pero no violenta, forma parte de las técnicas de movilización
social que utiliza la Normal de Ayotzinapa, una escuela de magisterio de gran
activismo de izquierdas, donde se han formado algunos de los más conocidos
guerrilleros del país y donde estudian alumnos de comunidades indígenas y
empobrecidas.
La
policía local disparó a matar cuando habían tomado tres autobuses, y detuvo a
20 de ellos a los que subió por la fuerza a los coches patrulla. Desde entonces
no se ha vuelto a saber nada de ellos.
Pero
la cosa no quedó ahí. La policía pidió ayuda a un comando armado y volvió a por
los estudiantes que habían logrado escapar a la primera refriega. A lo largo de
esa noche hubo al menos tres tiroteos distintos, uno contra el equipo de
tercera división de la ciudad que llegaba de jugar un partido de fútbol y que
recibió los disparos que acabaron con el entrenador del equipo y otras cinco
personas, además de 17 heridos.
El
resto de estudiantes huyó como pudo y durante 8 días el ejército los buscó casa
por casa hasta que el sábado un policía confesó la existencia de una fosa a la
salida del pueblo donde estaban enterrados varios cuerpos. "La extrema
gravedad de los hechos, ligada a la desaparición de tantas personas, coloca lo
acontecido entre los sucesos más terribles de los tiempos recientes"
denunció la ONU.
CÁRTELES DE DROGA
Los
datos que maneja el Gobierno ubican a 'Los Rojos' y 'Guerreros Unidos' como dos
organizaciones separadas del cartel de los hermanos Beltrán Leyva. Los Rojos
contorlan la zona de Iguala y la sierra y los Guerreros Unidos operan en Chilpancingo.
Ambos grupos se han dividido el trasiego de drogas y el cultivo de marihuana y
amapola que se produce en la región.
Paralelamente
la matanza dejó en evidencia la putrefacción de las instituciones. La policía
trabajaba al servicio de 'Guerreros Unidos'' uno de los cárteles locales que
controlan la zona y su jefe, el alcalde de la ciudad, se esfumó y está en busca
y captura desde entonces.
Narco,
caciques, miseria, ideología todo ello ha hecho de Guerrero el estado más pobre
el país y un cóctel que se le va de las manos al Gobierno central. A pesar de
que Enrique Peña Nieto se esfuerza por vender un México rumbo a la modernidad
gracias a que han salido adelante algunas de las reformas económicas y
políticas más importantes de los últimos años, el México bronco lo deja en
evidencia una semana sí y otra también.
Las
matanzas, a pesar de que han desaparecido de los grandes medios mexicanos,
siguen ejecutándose con sordina. Durante la guerra al narcotráfico declarada
por el gobierno de Felipe Calderón, los crímenes llegaron a más de 70.000 y la
aparición de fosas masivas clandestinas empezó a ser noticia habitual. Ya bajo
la presidencia de Enrique Peña Nieto, se encontraron en México 246 fosas como
la de Iguala. Dentro tenían los cadáveres de 534 personas.
(ZOCALO
/ Agencias/ 07/10/2014 - 10:05 AM)
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