MÉXICO,
D.F., (proceso.com.mx).- Desde octubre del año pasado, la corriente perredista
Izquierda Democrática Nacional (IDN) entregó al gobierno federal y al PRD
testimonios que involucraban al presidente municipal de Iguala, José Luis
Abarca Hernández, y a su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, con el
narcotráfico.
Miembros
de IDN entregaron al gobierno federal el testimonio de un sobreviviente de las
torturas y ejecuciones ordenadas por el edil.
Nicolás
Mendoza, testigo de la ejecución del líder social Arturo Hernández Cardona,
aseguró que le propio edil mató al líder perredista de un escopetazo en la cara
y otro en el pecho y posteriormente fue abandonado en una fosa. Este
testimonio, certificado ante notario, fue entregado a las autoridades.
René
Bejarano, líder de IDN, compartió con el periódico Reforma sus notas sobre los
antecedentes criminales de Albarca Hernández y su esposa.
Narró
que denunció ante el titular de la Procuraduría General de la República, Jesús
Murillo Karam, y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, los
antecedentes delictivos del edil de Iguala, sin que ninguno tomara medidas al
respecto.
De
acuerdo con el testimonio de sobrevivientes, el centro comercial Plaza
Tamarindos de Iguala es propiedad de Albarca, donde tiene locales de venta de
oro, y se presume que en el lugar se realizan operaciones con recursos de
procedencia ilícita.
El
diario detalla la forma en que fue ejecutado Arturo Hernández Cardona, quien
también fuera militante del PRD.
Todo
inició con un mitin en protesta contra el edil, que por la tarde se dispersó.
Un sector de la dirección política de la Unidad Popular abordó una camioneta
modelo 2010 color blanca con placas de circulación del Distrito Federal,
propiedad de Arturo Hernández Cardona. Tenían la intención de dirigirse a sus
oficinas, ubicadas en el número 70 de Aldama.
Entre
los tripulantes se encontraban: Arturo Hernández Cardona, Héctor Arroyo
Delgado, Efraín Amates Luna, dirigente de la organización Lucio Cabañas, Ángel
Román Ramírez, de Patria es Primero, Gregorio Dante Cervantes, Nicolás Mendoza
Villa, de la Unión Campesina Emiliano Zapata y Jimmy Castrejón, del equipo
Tierra y Libertad:
“Llamó
su atención que muy cerca de la caseta de cobro de la autopista, estacionada,
se encontraba una camioneta sin placas de circulación marca Ford modelo Ranger,
doble cabina de color roja con salpicaderas de color crema a bordo de la cual
se alcanzaban a distinguir cuatro ocupantes de sexo masculino y una mujer
sentada en el asiento del volante, quien tan luego Arturo emprendió el trayecto
por la carretera hizo una llamada telefónica y puso en marcha su camioneta para
seguir a la Pilot Honda.
“Héctor
y Efraín, dos de los cinco sobrevivientes de la tragedia, dedujeron que eran
‘Los Halcones’ que avisarían a los secuestradores que las víctimas avanzaban
por la planta asfáltica, pues dando vuelta a la primer curva después de la
caseta, tan solo aproximadamente a 600 metros de iniciado su trayecto fueron
interceptados por cinco sujetos armados con pistolas quienes iban a bordo de
una camioneta gris marca Dodge.
“Obligados
a bajar de la camioneta, los líderes sorprendidos se mostraban atónitos. Arturo
Hernández Cardona forcejeó con uno de los hombres armados, lo que propició que
recibiera una herida de bala en su pierna derecha. Ese momento de confusión fue
aprovechado por Jimmy Castrejón quien huyó del lugar sin que pudieran detenerlo
los agresores. En su huida, Jimmy saltó por una cerca de alambre, se le
desprendió una prótesis de un brazo que se quedó ahí sin que su propietario
pudiera recuperarla.
“Los
agresores obligaron a subir apilados en los asientos traseros de la camioneta
de Arturo a los siete secuestrados. Héctor Arroyo fue sometido boca abajo en el
piso del vehículo. Erróneamente pensó, lo dice con ironía, que eran policías
judiciales los atacantes que los habían detenido y que los conducirían hacia
alguna dependencia gubernamental y que posteriormente recuperarían su libertad.
Nada de eso aconteció”.
Los
secuestrados fueron vendados de los ojos, les taparon los oídos, los ataron de
pies y manos, sufrieron golpes en el abdomen y en las piernas, mientras eran
interrogados sobre por qué protestaban contra el presidente municipal.
“La
medianoche del pasado sábado, Bejarano habló del tema en el Consejo Nacional
del PRD. Su discurso fue un balde de agua helada. Narró cómo José Luis Abarca,
el acalde perredista apoyado por la corriente Nueva Izquierda, asesinó
personalmente a compañeros de su partido incluido Arturo Hernández e informó
que los hechos habían sido denunciados ante Murillo y Osorio. ¿Por qué no actuó
el Gobierno federal?”, pregunta Bejarano ahora”, refiere la nota de Reforma.
(PROCESO
/ LA REDACCIÓN/ 7 DE OCTUBRE DE 2014)
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