El
Ejército Popular Revolucionario (EPR) señaló que los 43 estudiantes normalistas
de Ayotzinapan desaparecidos en el municipio de Iguala, Guerrero, están en
poder del Estado y se encuentran siendo torturados en instalaciones militares.
“Los
43 normalistas que permanecen en desaparición forzada están siendo torturados
en los cuarteles de la policía federal, instalaciones del ejército y la
marina”, dice el grupo guerrillero en un comunicado.
El
grupo armado asegura que es “una cínica burla” las declaraciones del gobierno
de Ángel Aguirre al afirmar que se realizará todo el esfuerzo para localizar a
los normalistas desaparecidos, “porque es de todos sabido y existen evidencias
fehacientes de que fue la fuerza policíaco-paramilitar quien se los llevó”.
Además,
indicaron que la detención de los 22 elementos policiacos municipales “no
garantiza justicia para nuestro pueblo, por el contrario es una maniobra
recurrente para administrar y prolongar la impunidad, porque enseguida salen
libres”.
Así
mismo, retoman las inconformidades de los estudiantes del IPN y señalan que en
el fondo son la resistencia contra “la reforma educativa neoliberal”, cuyos
avances reducen el contenido científico de la educación, ”empujando a la
tecnificación y privatización de ésta para construir un sujeto dócil y presa
fácil para la explotación por las compañías nacionales”.
COMUNICADO
ÍNTEGRO
Oaxaca de Juárez, 5 de octubre.
AL PUEBLO DE MÉXICO A LOS PUEBLOS DEL
MUNDO A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES A LOS
ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS NACIONALES E
INTERNACIONALES A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS, POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
A LOS ESTUDIANTES NORMALISTAS Y UNIVERSITARIOS A TODAS LAS VÍCTIMAS DEL
TERRORISMO DE ESTADO ¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!
La
represión generalizada en nuestro país es parte del terrorismo de Estado. Una
muestra contundente de la barbarie de esta política es lo que sucede en el
estado de Guerrero contra nuestra juventud inerme y con esperanzas de un
cambio, nuestro pueblo en su conjunto, no importa al sector al que
pertenezcamos, todos debemos exigir justicia, el castigo a los criminales de
Estado y el cese de esta política de terror.
El
Estado mexicano se ha cebado actualmente con el pueblo de guerrero y sobre todo
con su juventud y los luchadores sociales, como se cebó con el pueblo de
Atenco. No se puede tratar de “hechos violentos”, ni de “enfrentamientos”, ni
de “fuego cruzado” o de “agresiones de los manifestantes a los policías”, como
lo han dado a entender voceros del Estado y algunos medios de comunicación,
sino de una política criminal de un estado policíaco militar.
Lo
sucedido el viernes 26 de septiembre contra los normalistas de Ayotzinapan
constituye una masacre, es decir, un crimen de Estado planificado por el mando
único policiaco-militar, el cual coordina la agresión permanente contra el
pueblo.
Los
normalistas de Ayotzinapa, cuando de manera pacífica realizaban volanteo y
colecta, son reprimidos con toda saña ordenada por los mandos superiores de la
cúpula gubernamental estatal y federal, por lo tanto, es una gran mentira que
se haya tratado de un enfrentamiento producto de la violencia de estos jóvenes
inermes contra la policía municipal.
Los
estudiantes de la escuela Normal Rural Isidro Burgos, han sido criminalizados
sin descanso desde las instituciones gubernamentales como parte de la política
del terrorismo de Estado, como consigna política la han retomado medios de
comunicación serviles, voceros oficiosos y plumas mercenarias, políticos de
oficio profascistas, individuos de toda laya que comulgan con las posiciones
reaccionarias.
Los
43 normalistas que permanecen en desaparición forzada están siendo torturados
en los cuarteles de la policía federal, instalaciones del ejército y la marina
como sucedió en la represión del 28 de abril y el 15 de octubre de 2012 en
Michoacán, cuando los mantuvieron desaparecidos temporalmente en las
instalaciones de la academia de policía donde fueron también brutalmente
torturados.
Constituye
una cínica burla la declaración del gobierno estatal al afirmar que se
“abocará” a su localización, porque es de todos sabido y existen evidencias
fehacientes de que fue la fuerza policíaco-paramilitar quien se los llevó,
operativo realizado coordinadamente entre policía municipal, estatal, federal,
ejército, marina y paramilitares. Los misteriosos “civiles armados y
encapuchados” que perpetraron parte de esta masacre en realidad son elementos
activos de las fuerzas policiaco-militares realizando acciones de
paramilitarismo.
Es
grotesco sostener la tesis de la infiltración del crimen organizado para
endosar este crimen de lesa humanidad a la “delincuencia organizada”, dicha
afirmación constituye una burda maniobra política para diluir la
responsabilidad del Estado y garantizar impunidad a los criminales materiales e
intelectuales. Especulaciones dolosas promovidas por el Estado mexicano y
difundidas perversamente por “sesudos analistas” y funcionarios públicos.
La
tesis del estado fallido independientemente de su modalidad con la que se pretende
“justificar” la supuesta violencia generalizada, por la “delincuencia
organizada” y el narcotráfico se encuentra circunscrita dentro de la doctrina
de la guerra contrainsurgente dictada desde el imperialismo norteamericano.
La
masacre de Iguala es la expresión fiel del grado de terrorismo de Estado con el
cual se trata de imponer de forma incuestionable la criminalización de la
protesta popular, bajo la mascarada e instrumento jurídico de “regular”
marchas, plantones y la protesta popular, para evitar que “actos violentos”
como los ocurridos en Ayotzinapan vuelvan a suceder.
La
detención de 22 policías municipales no garantiza justicia para nuestro pueblo,
por el contrario es una maniobra recurrente para administrar y prolongar la
impunidad, porque enseguida salen libres, como es el caso de los policías
federales que asesinaron, el 12 de diciembre de 2011, a dos normalistas también
de Ayotzinapan, esos criminales hoy gozan de libertad y completa impunidad. En
los últimos decenios la juventud ha sido víctima del intento de la más aguda
mediatización sin que se haya logrado, tenemos el ejemplo de todos esos jóvenes
que siguen en prisión desde el primero de diciembre de 2012 que fueron
torturados, vejados y violados sus derechos humanos, que a pesar del esfuerzo
de quienes pidieron su libertad, también fueron reprimidos y aún continúan en
las mazmorras de este gobierno.
Con
indignación y razón se levantan los estudiantes del Instituto Politécnico
Nacional (IPN), porque se les respeten sus derechos, en el fondo constituye la
resistencia contra la reforma educativa neoliberal, que en los avances de su
imposición está reduciendo el contenido científico de la educación, empujando a
la tecnificación y privatización de ésta para construir un sujeto dócil y presa
fácil para la explotación por las compañías nacionales y extranjeras a las
cuales el Estado mexicano les ha facilitado el saqueo de las riquezas
nacionales.
Compañeros,
de 1968 a 1971 el Estado se ensañó con la juventud asesinándola. Son 46 años
que nuestra juventud ha sido masacrada, y casi después de medio siglo el
gobierno priísta lo sigue haciendo, recordemos que el 68 fue la continuidad de
la represión de 1956-58 ejercida contra ferrocarrileros, médicos y maestros.
En
1963 el Estado cometió el asesinato de Rubén Jaramillo y su familia; en 1965,
el 23 de septiembre asesinó a los jóvenes que asaltaron militarmente el cuartel
Madera en Chihuahua, precedentes históricos para que un conjunto de jóvenes,
antes y después de 1968, con su ingenuidad unos y otros conscientes pero ambos
congruentes, crearan grupos de guerrilleros revolucionarios, convencidos de que
se podía perder la vida por un cambio en el país a favor del pueblo.
Muchos
jóvenes derramaron su sangre en pos de la libertad, siempre los recordaremos
porque son parte de esta lucha histórica, que hoy en las condiciones en que
actúa el Estado, no dudamos que ante una acción del mismo exista una reacción
popular combativa. Los intentos del Estado como siempre son perversos, no
confíen en este gobierno represivo.
Conmemorar
el dos de octubre no sólo es recordar, es retomar la experiencia que genera un
Estado totalitario utilizando el terrorismo. Hemos sido parte de todas estas
luchas y seguiremos siendo parte de todos aquellos que hoy, aunque piensen de
distinta manera y desde distintas trincheras, coadyuvamos intentando cambiar
este país para lograr un gobierno libertario.
En
consecuencia, el PDPR-EPR recordamos el dos de octubre, no separados de las
masas, de las luchas populares, sino con nuestros modestos esfuerzos ¡Estamos
presentes! ¡Dos de octubre no se olvida, se recuerda y en el combate estamos!
Desde nuestra trinchera de la crítica de las armas, rendimos un homenaje a
todos aquellos que sobrevivieron a esta represión, que congruentemente
siguieron una vida y continuaron peleando por la liberación de nuestro pueblo.
Es
el caso del luchador social Raúl Álvarez Garín, con quien en un momento
histórico perteneciendo a la revista Punto Crítico tuvimos profundas
divergencias, porque algunos individuos que pertenecían a ella nos
vilipendiaron, nos acusaron de terroristas e intentaron obstaculizar nuestra
relación con las masas, sin embargo, es un honor recordar a este luchador
social quién después, producto de una reflexión personal se solidarizó con
todas las luchas del pueblo sin importar cuáles fueran las siglas, con los más
necesitados, con las nuevas generaciones que luchan por el respeto de los
derechos humanos, por la presentación de los detenidos-desaparecidos, por la
libertad de los presos políticos y contra la represión de un Estado
totalitario.
Los
jóvenes de hoy, no olvidemos a Raúl Álvarez Garín, porque hay ejemplos
contemporáneos de heroicidad de muchos luchadores sociales. No perdamos la
memoria histórica porque eso nos desmoviliza, no seamos presas del terrorismo
de Estado. Nuevamente una masacre más por los militares, que no pudieron
ocultar el asesinato de otros jóvenes en Tlatlaya, Estado de México, fuesen lo
que fuesen, también fueron ejecutados de manera extrajudicial como pretenden
hacerlo con los 43 normalistas detenidos-desaparecidos.
Probado
está que el ejército mexicano es dirigido por psicópatas que han dado la orden
para el cometido de crímenes de lesa humanidad, porque en anteriores
comunicados decíamos, la policía y el ejército no van a aprehender sino a
asesinar, estos asesinatos son una prueba irrefutable. Los jóvenes por el solo
hecho de serlo están siendo asesinados y/o obligados por el ejército o sus
paramilitares a enrolarse en sus filas, están haciendo una leva de jóvenes para
que participen en este tipo de asesinatos como parte de las autodefensas
paramilitares degradándolos como seres humanos.
Y
si no es así, los asesinados o encarcelados son quienes rechazan ser parte de
estas fuerzas. Hoy como es costumbre y tradición de un PRI-gobierno asesino,
dicen condenar a tres militares, pero no revelan que grado tienen los que se
configuran como chivos expiatorios, y sin importar el grado también son
víctimas -aunque no son justificables sus hechos- de la cadena de mando que
llega al generalato de la zona militar hasta el presidente como jefe supremo de
las fuerzas armadas.
Ante
la violencia generalizada contra el pueblo, ante el terrorismo de Estado y ante
la acción criminal de las fuerzas policiaco-militar-paramilitar:
Todas
las familias de las víctimas de la política terrorista de Estado debemos
unirnos a los demás familiares de todas las víctimas, que por una u otra razón,
han sido asesinadas o aquellos que han sido detenido-desaparecidos.
¡NI UNA LUCHA AISLADA MÁS!
Todos
debemos unirnos, cada cual en su trinchera y forma de lucha, en la exigencia de
la presentación con vida de los normalistas detenidos-desaparecidos, juicio y
castigo de los responsables materiales e intelectuales, así como el alto a los
crímenes contra el pueblo.
Al
terrorismo de Estado se le enfrenta con la unidad popular, constituye una
necesidad la generalización en el plano nacional de las acciones políticas de
masas, la acción popular combativa, la acción múltiple de solidaridad en todo
el país y la estructuración de la autodefensa del pueblo para que se ejerza la
justicia popular. ¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS! No es tiempo de miedo, éste y
la impotencia deben transformarse en resistencia popular combativa.
¡A SEGUIR EXIGIENDO LA PRESENTACION CON
VIDA DE TODOS LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS DE AYER Y HOY!
¡A EXIGIR LA LIBERTAD DE TODOS LOS
PRESOS POLITICOS! ¡A CERRAR FILAS CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO!
¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA! ¡VENCER O
MORIR! ¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER! ¡CON LA GUERRA
POPULAR! ¡EL EPR TRIUNFARA!
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMOCRATICO
POPULAR REVOLUCIONARIO PDPR
COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR
REVOLUCIONARIO CG-EPR
(RIODOCE/
REDACCION/ Octubre 6, 2014)
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