De
acuerdo a la versión del secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana,
Alejandro Lares Valladares, los delincuentes que están generando este rebrote
de inseguridad son ex policías corruptos, y los líderes de células del Cártel
Arellano y la mafia sinaloense que han sido liberados recientemente
En
el lapso de 14 días, delincuentes dedicados a la venta de droga al menudeo en
diferentes zonas de Tijuana, han asesinado a un policía ministerial, un policía
municipal, herido a dos municipales y un ministerial, además de balear sin
éxito a otra pareja de uniformados.
La
evidente ausencia de coordinación –cuestionada públicamente por representantes
de la sociedad organizada–, y la impunidad, han provocado que estos
delincuentes, considerados como “menores” por las autoridades incorporadas el
Consejo Estatal de Seguridad, decidan que pueden volver a matar policías.
“Quiero
decir que hasta ahorita no tenemos indicios de que haya pactos (del crimen
organizado) con los jefes ni con los mandos medios”, expuso el secretario de
seguridad de Tijuana, Alejandro lares Valladares.
“…sí
comentar que obviamente ellos delincuentes, al final del día ya fueron
policías, o están siendo reclutados por ex policías que se encuentran fuera de
las filas y conocen estrategias, saben cómo trabajamos, saben cómo nos movemos,
y bueno, eso ha venido a favorecerlos.
“…también
quiero recordar las excarcelaciones que ha habido ahorita, también es un punto
crítico para nosotros”.
Entre
los presuntos líderes de células liberados se encuentran Juan Lorenzo Vargas
Gallardo “El Chan”, Manuel Garibay Espinoza “El Meño”, Manuel Ivanovich
Zambrano Flores “El Jimmy”, Manuel López Núñez “Don Balas” y Arceaga Aguirre “El Cande”.
También
los narcomenudistas Luis Manuel Toscano Rodríguez “El Mono”, Miguel Ángel
García Rodríguez “El Lito” y Javier Flores Hernández “El Lentes”.
Además
los miembros del grupo coordinación están verificando –fueron informados
extraoficialmente– de la posible libertad del fugado y recapturado Héctor
Eduardo Guajardo Hernández “El Güicho”, de Israel Vergara Galindo “El Marquitos” y/o “El Frank”, y José Manuel
García Simental “El Chiquilín”.
“¿Por
qué? ¿Cómo es posible que personas que tiene los antecedentes de que fueron
procesados por secuestros, por homicidios, estén saliendo?”, se pregunta el
responsable de la seguridad en Tijuana y agrega:
“Eso
viene a recrudecer todos los esfuerzos que nosotros estamos realizando,
redoblando, para que vuelvan a salir, y no creo que vayan a conseguir un
trabajo digno, ¿verdad?”.
De
acuerdo a las áreas de inteligencia del Consejo Estatal de seguridad, el
repunte de la violencia se debe también a que Alfonso Lira Sotelo “El Atlante”,
uno de los líderes de célula del cártel de Sinaloa decidió extender su dominio
territorial a todas las delegaciones en la ciudad de Tijuana: “Está metiendo gente
de su grupo a pelear las colonias que tienen Los Aquiles o los que quedan
del CAF”.
DE LA VIOLENCIA Y LOS OFICIALES
VICTIMADOS
Las
versiones del secretario Lares y el alcalde Jorge Astiazarán Orcí, en el caso
de los oficiales atacados, son que no se trata de agentes corruptos que
violaron algún acuerdo con criminales, ni siquiera de los elementos integrados
a grupos especiales que realizan labor de investigación e inteligencia y
ejecutan grandes decomisos o importantes detenciones.
Los
baleados, son los uniformados que laboran diariamente en las colonias, se topan
con los vendedores de droga que abiertamente cometen sus delitos y los detienen
con pequeñas dosis. Esos que las fiscalías retienen apenas unas horas, días y
en el mejor de los casos reciben condenas de meses.
Cabe
recordar que en el caso de la pareja de ministeriales baleados el 20 de agosto
de 2014 –José Aguilar pierde la vida, Saúl Ojeda herido– tampoco estaban
ejecutando una orden de aprehensión derivada de una investigación, extrañamente
sin ser una función de la policía ministerial, ni notificar a la base, vieron
pasar un “auto sospechosos” y decidieron marcarle el alto y perseguirlo, según
el oficial que salió con vida.
Finalmente
el auto de los homicidas fue localizado en una casa rentada por criminales
dedicados a la venta de droga al menudeo, identificados como los principales
sospechosos. “…no quienes rentaban la casa, pero otros narcomenudistas de la
zona que los visitaban”, detallaron en la policía municipal desde donde
apoyaron a la fiscalía en las primeras indagatorias.
En
ese esquema, los ataques a policías terminan por agravar el clima de violencia
que vive Tijuana, el cual resultó en 45 homicidios dolosos en agosto, 5 en los
primeros tres días de septiembre y 338 en lo que va de 2014.
En
todo el estado las muertes violentas suman 527 hasta el jueves 4 de septiembre
de 2014.
El
alcalde Astiazarán lo admite como un repunte de la inseguridad y desde la
procuraduría el subprocurador contra la Delincuencia Organizada insiste en que
se trata de “pleitos por las esquinas, por las colonias, en la venta de droga”.
Y los policías quedan en medio.
Como
para la ciudadanía resulta difícil pensar que los policías municipales puedan
protegerlos si no pueden cuidarse ellos, se le pregunta al secretario Lares
Valladares si los oficiales asesinados, heridos o baleados recientemente no son
una muestra del relajamiento de la disciplina, de la falta de capacitación, de
actualización, una muestra fatal del descuido.
El
secretario se refiere al agente fallecido el 27 de agosto de 2014 Gustavo
Cervantes Rangel:
“En
las periciales es evidente que la patrulla llega se estaciona para abordar al
sujeto que está maniobrando su bolsa, obviamente en ese momento desciende el
copiloto le dice párate vamos hacerte una revisión, se empieza a asustar,
empieza a mover su bolsa, el que venía conduciendo se baja de la unidad, es
cuando saca el agresor su pistola, el compañero de frente se le da ir y
comienza a hacer detonaciones, vemos que está en una cuchilla, el agresor corre
se esconde detrás de un vehículo quedando en el cofre aproximadamente y el otro
compañero se queda escondiéndose en la parte de la cajuela, es directo al
ataque, hay un civil ahí que sale lesionado”.
—
Entonces ¿estaba protegiendo al civil que salió herido?
“¿Por
qué no? Y a su compañero, es obvio”.
Se
le refiere a Lares que el análisis pericial y de trayectoria, de la
procuraduría del estado, determinó que la bala que hirió al civil era
precisamente de la pistola del policía que siguió disparando mientras caía. No
hubo consecuencias jurídicas porque el civil decidió no presentar cargo por
considerar que fue un accidente.
“No,
¿qué paso?, en todo caso estaríamos esperando las periciales para determinar
eso, creo que valerosamente el compañero combatió de frente a un delincuente,
una vez lesionado le disparó, recordemos que el agresor obviamente hace cambio
de cargador del arma, cosa notoria que te habla del perfil que tiene esta
persona”.
De
acuerdo a los datos recabados por la policía municipal, con las autoridades de
Estados Unidos, el homicida tenía
antecedentes penales por tráfico de droga en el vecino país y había sido
deportado.
Desde
las áreas de inteligencia agregaron que en Tijuana estaba incorporado a una
célula criminal encabezada por un traficante de droga al menudeo al que solo
identifican como “El Tribi”.
Se
le preguntó al secretario de la pérdida de autoridad de los cuerpos policiacos.
—
¿Que los atacantes sean narcomenudistas y los baleen por hacer su trabajo no es
una muestra de impunidad y falta de respeto?
“La
psicología del delincuente una vez siendo acorralados, se tiran a matar,
obviamente él sabe quién era, sabía lo que debía, el agresor siempre piensa que
los demás siempre saben lo que están haciendo, en este caos vio a los oficiales
y su última oportunidad en hacer las detonaciones”.
En
ese clima de impunidad, el 30 de agosto de 2014, Jorge Alberto Hernández “El
Duende”; Rodrigo Navarrete Díaz; Joaquín Contreras Hernández; Édgar Carvez
García y Jesús Arturo Virgen Cruz “El Kiko” estaban en el interior de una casa
en la delegación de Playas de Tijuana, desde donde un pareja de oficiales fue
recibida a balazos.
A
este grupo que dijo delinquir para Raúl Alejo “El Alejo”, les incautaron “….una
escopeta, dos pistolas escuadra, 20 proyectiles de diversos calibres, 70
pastillas psicotrópicas, 39 envoltorios de una substancia blanca, parecida al
cristal, además de 2 onzas del mismo sintético y dos kilos de una hierba
parecida a la marihuana.
Los
agentes recibidos a balazos acudieron al domicilio en atención a una denuncia
anónima, “…que informó acerca de tres individuos armados, en las calles
Cuauhtémoc y cañón Miramar”.
Antes,
el 13 de enero de 2014, el agente de la
policía municipal de Tijuana Carlos Enrique Gavarain Rebollar fue asesinado
junto a otra persona en el fraccionamiento Yamile, el oficial estaba suspendido
y bajo investigación desde octubre de 2013 cuando una joven lo acusó de
violación
Y
el 2 de abril de 2014 el oficial Martín Herrera Osuna, de 39 años de edad, fue
atacado y asesinado con un cuchillo después de detener para revisión a un
adicto, otro sujeto llegó por la espalda y lo atacó, los persiguió a ambos al
interior de una casa identificada como picadero en el fraccionamiento El
Florido, fue herido dentro y fuera del inmueble, cuatro presuntos delincuentes
salieron corriendo de la casa, mientras su compañero –también agredido– pedía
apoyo.
DE VIDAL GRACIA
A
las 19:30 horas del miércoles 3 de septiembre de 2014, el C4 recibió el aviso
telefónico de que en la rampa Agua Azul de la colonia Loma Bonita estaba una
persona lesionada por arma de fuego. Se trataba del policía de San Antonio de
los Buenos que recién había desmontado servicio, Marco Antonio Vidal Gracia.
Iba
en el auto de la familia, un Impala 2003 que manejaba su esposa, el aún
uniformado iba con sus hijos en la parte trasera del auto.
De
acuerdo al reporte rendido por la policía municipal los primeros en llegar al
lugar, su compañero que había sido traslado al hospital les explicó, que unos
hombres que viajaban en un sedán blanco cuatro puertas, se les cerraron, uno de
ellos bajó y le disparó en varias ocasiones, una de las balas quedó en el marco
de la puerta y las otras entraron por el vidrio estrellándolo, sin embargo la
única bala que le dio atravesó su pie (fémur) izquierdo.
Sin
embargo a pesar de que no se trató de una herida que pusiera en peligro su
vida, hasta el jueves 4 de septiembre, el agente había decidido no declarar
aún, argumentando que no se sentía en condiciones de rendir su versión.
Sin
mayores elementos, en conferencia de prensa el alcalde Astiazarán y el
secretario Lares plantearon su hipótesis.
“Sabemos
que es un oficial que siempre ha ponderado por mejorar la calidad de la
seguridad en Tijuana, lo policías ya conocen los cuadrantes, las colonias, y
ellos actúan y te puedo decir que él es de los que siempre ha actuado en contra
de los que viven de envenenar a los ciudadanos. Y recordemos que eso son
afectaciones a los intereses al vendedor”, enfatizó Lares.
—
¿Esto es parte del descontrol, de la falta de vigilancia, se volvieron a los
tiempos en que los criminales circulan de una delegación a otra como si nada,
de que suben los homicidios en una delegación y no cambian a los jefes?
“No,
hagamos un análisis claro de las situaciones, si los observamos los horarios en
los que ellos se mueven son en los cambios de turno o ya muy tarde por la noche
cuando nos abocamos a patrullar las colonias”.
—
¿Entonces ya les tienen tomada la medida?
“No
es que nos tomaran la medida. Los jefes
de distrito, hasta ahora me han respondido bien, la incidencia la han
mantenido. Recordemos que una detención que realizamos y decomiso de armas, los
delincuentes mencionaron que llevaban 21 vehículos apoyando en hacer un delito,
desde taxis, calafias, y entre ellos no se conocen, todo es vía celular.
Entonces ellos están cambiando estrategias y nosotros también”.
(SEMANARIO
ZETA/ INVESTIGACIONES ZETA/ 08 DE SEPTIEMBRE DEL 2014 A LAS 12:43:00)
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