Con
posturas a favor y en contra, las escuelas con horario extendido aumentan en
Baja California, la idea es que al terminar la administración estatal lleguen a
mil 96. La mayor exigencia en los planteles, es la falta de material pedagógico
para trabajar con el alumnado en las tardes, y la ausencia de capacitaciones
continuas. Sin estos factores, la escuela de horario extendido se convierte en
simple guardería
El
programa Escuelas de Tiempo completo (ETC) es un esquema impulsado por las autoridades educativas,
cuya responsabilidad invariablemente cae en directivos y padres de familia de
cada plantel.
La
funcionalidad de una escuela bajo este esquema, depende directamente de sus
propias gestiones, capacidad para conseguir o generar material pedagógico y, en
la mayoría de los casos, aportaciones económicas externas.
Directores
y docentes consultados aseveran que una escuela sin voluntad y con una
comunidad sin participación, son los principales riesgos para que el sistema
federal implementado por las autoridades educativas del Estado se convierta en
una auténtica guardería.
“Así
es, esa es la parte que nos asusta, y mira que es preocupante. Una cosa es lo
que escuchamos en las noticias, o nos dejan saber, y otra es la realidad que
estamos viviendo. Los padres y maestros lo tienen claro: es compromiso”, sostiene María
Cristina Figueroa García, directora de la Escuela Primaria “Gran Tenochtitlán”,
ubicada en la colonia con el mismo nombre en Tijuana.
Lo
expresado anteriormente se debe a que difícilmente se puede colocar un proyecto
en la agenda de las autoridades educativas, y el material pedagógico para el
horario extendido, a la fecha no existe.
En
Baja California el programa ha sido
implementado en 81 preescolares y 39 escuelas secundarias, aun sin una
normatividad de operación pedagógica, cuya planeación está en proceso, a decir
de las autoridades.
Sumadas
a las 276 primarias integradas -139 de ellas en proceso- , dan un total de 400
planteles en la entidad. La proyección es que al final de la administración se
encuentren integradas alrededor de mil 96 instituciones educativas,
contemplando entre 139 y 140 anuales.
El
presupuesto para este año, ronda los 335 millones de pesos para el
sostenimiento de las escuelas existentes y de nuevo ingreso. A cada una se les
dota de por lo menos cuatro apoyos: 70 mil pesos para el proyecto escolar, 20
mil para el fortalecimiento de la convivencia, alrededor de 100 pesos por
alumno para material y 750 pesos por el Programa Beca Progreso.
Pero
el problema no es directamente el recurso. La falta de participación de las
autoridades educativas en la planeación y sobre todo en lo pedagógico, es en
realidad, el principal comentario que surge entre responsables de las
escuelas.
Con
un mayor involucramiento, dicen, se cumpliría con mayor eficiencia el objetivo
principal: optimizar el uso del tiempo escolar para fortalecer competencias
lectoras, matemáticas, de arte y cultura, acompañado del uso de las tecnologías
y el aprendizaje del idioma inglés después del horario escolar regular.
En
respuesta a las exigencias, la coordinación estatal asevera a través de su
titular, Glenda Escandón Siqueiros, que en los próximos meses se implementarán
programas y material de apoyo para desarrollar el conocimiento del alumnado.
EL SACRIFICIO POR LA TRANSFORMACIÓN
Por
iniciativa propia o decisión del Sistema Educativo Estatal (SEE), escuelas
primarias son integradas al programa, confiando en las bondades para el
alumnado.
Pero
en su consolidación, diversos planteles bajo este esquema han observado
inconsistencias de las autoridades educativas que no permiten un trabajo al 100
por ciento.
Mariana
Cristina Figueroa, directora del plantel ubicado en la colonia Gran
Tenochtitlan, comenta que después de convencer a padres de familia, la
matrícula llegó a 483 alumnos, en una escuela con solo 13 aulas.
Por
ello el espacio equipado con computadoras, construido con los resultados de
actividades organizadas por padres de familia, tuvo que ser sacrificado, y la
antigua dirección, habilitada como salón de clases.
“Todo
está en cajas, toda la inversión de un año la tuvimos que guardar, no tenemos
aula de medios, porque no tenemos el espacio para poder construirla. Hicimos la
gestión ante el Departamento de Planeación del Sistema Educativo para que nos
permitan construir el aula, y que ellos también nos ayuden a gestionarla como
el programa lo dice”.
En
la escuela “Cuauhtémoc” de la colonia Los Álamos pasó algo similar, cuando
posterior a su integración en el ciclo escolar 2011-12, tuvieron que dividir,
con recursos propios, su salón de sus múltiples para aumentar el número de
aulas a 14, con una matrícula de 280 alumnos.
“Llegaron
y dijeron sí, esta escuela está lista para hacerla de tiempo completo, pero sí
hubo cosas que tuvimos que adecuar con recursos de Becas Progreso, porque
Escuela de Tiempo Completo aún no daba recurso”, expresó Martha Alicia
Villaseñor Juárez.
NI CAPACITACIÓN, NI MATERIAL
“Yo
creo que a quienes les falta hacer su chamba es al Sistema Educativo, en el
sentido de lo pedagógico”, afirma Alberto Rivera Huerta, director del plantel
“Juan de la Barrera” en la colonia Buena Vista.
A
la fecha, y con siete ciclos escolares de antigüedad, el SEE no ha dotado a los
planteles de herramientas pedagógicas para cumplir con las líneas de trabajo en
el horario extendido, es decir, de una a cuatro de la tarde, después del
horario escolar.
“Y
ahorita los ‘profes’ preguntan, ‘¿cómo planear una clase, por ejemplo, de vida
saludable?’, y tienen toda la razón. Investigamos y tenemos libritos de hace
diez años, nada más”.
Además,
la primera capacitación sobre el manejo de la escuela de este ciclo, será hasta
hoy, viernes 5 de septiembre.
“Nos
falta capacitación pedagógica, que los asesores del sistema, los encargados de
tiempo completo nos reúnan, nos capaciten. Te graban un CD con actividades, lo
presentan en la pantalla. Es muy rápida y solo al director, necesitamos que
también se involucren los docentes”, abona Rivera Huerta.
Existen
planteles que aún no implementan el idioma inglés o que no tienen espacio, ni
computadoras para desarrollar habilidades en el uso de tecnologías de la
información, dos de los objetivos del programa ETC.
Es
el caso de la primaria “Gran Tenochtitlán”, donde nunca han impartido inglés, pues desde que
tienen horario extendido el SEE les advirtió que no habría dicho servicio.
En
la escuela “Juan de la Barrera”, por ejemplo, les autorizaron tres horas de
inglés a la semana en un plantel donde hay cinco grupos. “Son de las
incongruencias del sistema, cuando tú los ves que hacen sus declaraciones, con
pompo y platillo anuncian programas, pues muchas veces no se aterrizan como debe
ser”, dice el director del plantel.
YA VIENE LO PEDAGÓGICO
Glenda
Escandón, responsable del programa ETC en Baja California, asegura que ya está
listo el material pedagógico que llegará como apoyo para que docentes
aprovechen las tres horas de horario extendido.
“Se
tiene un material y está por distribuirse en estos días, sobre inglés, el
material lo emite el Programa Nacional de Lectura, y en estos días se va a
distribuir a los municipios. En cuestión de convivencia escolar tenemos el
proyecto Transformando BC, incluye material para docente y alumno, y se estaría
trabajando nivel estatal. Viene también en el mes de octubre un proyecto que se
llama Pase, es para fortalecer la convivencia escolar y se estará implementando
en tercer grado, dirigido por la SEP”, explica.
LOS QUE OPONEN RESISTENCIA AL CAMBIO
Tres
planteles en el estado oponen resistencia a integrarse al programa ETC. Uno
está en el municipio de Ensenada, otro en su delegación San Quintín, y uno más
en Tijuana. Este último, en la colonia Libertad, hasta la fecha opera en el
turno vespertino bajo el nombre de Escuela Primaria “Benito Juárez”.
La
situación de marginación en la que viven los alumnos del plantel se refleja,
entre otras cosas, en la imposibilidad de mantener una tiendita escolar, pues a
ninguno de los concesionarios que por ahí han pasado, les es posible sacar 30
pesos diarios que cobra la escuela por el servicio.
Es
por ello que 43 padres de familia, de 60 alumnos que cursan sus estudios en la
escuela, y tres docentes -cada uno se hace cargo de dos grados- se han
resistido al cambio desde hace años, argumentando que por cuestiones laborales
y económicas, no les sería posible pagar uniformes, y aportar diariamente para
recibir alimento o para las necesidades que una ETC tiene.
Pero
las autoridades no desisten, y aunque la escuela trabaja como de un solo turno,
ya está registrada como de tiempo completo, con el argumento de la poca
matrícula con la que cuentan.
En
los próximos días, Glenda Escandón visitará el plantel para iniciar una labor
de convencimiento con padres de familia, “y darles a conocer los beneficios del
programa”, puntualiza.
LAS
CARENCIAS DE LA EDUCACIÓN BÁSICA EN TIJUANA
Desde
su fundación, hace cuatro años, la Escuela Secundaria Número 28, que se
localiza en el fraccionamiento Hacienda Los Venados, no cuenta con directivos,
personal de intendencia, baños fijos, ni servicios básicos de luz y agua.
Por
si fuera poco, también presenta
problemas de infraestructura, al contar con solo seis aulas para ocho grupos,
por lo que los 260 alumnos que atienden esa escuela, deben alternar el uso de
las instalaciones. Además, los nueve maestros con que cuenta el plantel solo
cubren la mitad del horario de los estudiantes, por lo que es común que éstos
no tengan clases.
Margarita
Blas, presidenta de la mesa directiva de la Sociedad de Padres de Familia de la
Secundaria 28, refiere a ZETA que son los padres de familia quienes se dedican
a mantener un orden en el plantel, encargándose de algunas labores
administrativas y de la limpieza. Argumenta
que a los maestros se les medio paga, o de plano, no reciben
remuneración por su trabajo.
Desde
el 3 de septiembre, la sociedad de padres de familia tomó la decisión de
impedir el paso a los nueve maestros que conforman la totalidad del personal,
hasta que el Sistema Educativo Estatal atienda las necesidades de esta escuela.
Por lo pronto, el jueves 4 de septiembre recibieron la visita del ingeniero
José Luis Estrada, del Instituto Metropolitano de Planeación de Tijuana, quien
prometió la inmediata construcción de dos aulas provisionales y, dentro de dos
meses, la edificación de las definitivas, una vez se regularice el terreno que
ocupa la secundaria.
La
problemática de la falta de docentes, directivos e infraestructura en los
planteles de educación pública básica en Tijuana, no se limita a este plantel,
siendo 103 los grupos que no cuentan con un maestro, y 12 mil los alumnos
afectados.
El
funcionario declaró a ZETA que la demanda educativa respecto a docentes en
Tijuana está cubierta al 100 por ciento, pero que cuestiones como
incapacidades, permisos y la movilidad que los mismos docentes solicitan de un
plantel a otro, han impedido que tantos alumnos no tengan clase. De los 15 mil
maestros en Tijuana, se estima que un 10 por ciento se encuentran en esa
situación.
(SEMANARIO
ZETA/ Alejandro Ramírez/ 08 de Septiembre del 2014 a las 12:00:00)
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