El director
del OOMSAPAS es proveedor de agua embotellada. También están involucrados el
oficial mayor, Edilberto Graciano Chávez; el encargado de Procedimientos, Raúl
Ramos Cisneros; y el representante de Contraloría, Osvaldo Missael Castro
Rosas, entre otros
Los Cabos, Baja
California Sur.- Una denuncia pública presentada el 7 de junio de 2014 por el
presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Los Cabos, Julio Castillo
Gómez, en el marco de la celebración del Día de la Libertad y Expresión,
exhibió una presunta red de corrupción entre funcionarios municipales dentro
del gobierno del alcalde perredista José Antonio Agúndez Montaño.
Surgidos de la vieja
escuela del ex gobernador, Narciso Agúndez Montaño, los presuntos implicados,
encabezados por el director de Comercialización del Organismo Operador
Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OOMSAPAS)
de Los Cabos y propietario de la purificadora Water World, S.A. de C.V.,
Wilfredo García Gaxiola “El Willy”, fueron plenamente identificados con nombres
y apellidos durante una investigación de ZETA, resultando ser piezas clave de
esta estructura de favores, encubrimiento y recomendaciones que se coludieron
para asignar discrecionalmente contratos millonarios por concepto de compra de
agua embotellada.
Según documentos en
poder de este Semanario, los involucrados son:
* El oficial mayor, Edilberto Graciano Chávez.
* El encargado de Procedimientos, Raúl Ramos Cisneros.
* El representante de Contraloría, Osvaldo Missael Castro
Rosas.
* El director de Comercialización del OOMSAPAS,
Wilfredo García Gaxiola, y su hermano Roel, actual representante del Grupo
Water World, S.A. de C.V. Así como su sobrino, Jesús Erick Rivera Castro, y su
empleado, Julio César Leyva Iribe.
Las evidencias de
esta red de corrupción brotaron después de que el líder empresarial cuestionara
la autorización de la compra de 514 mil 800 botellas de agua en presentación de
500 mililitros, por aproximadamente 2 millones 509 mil 650 pesos, distribuidas
en 21 mil 450 cajas de 24 piezas, a un costo unitario de 117 pesos.
Lo anterior porque
en un análisis de la compra, y tras solicitar una cotización en la tienda
mayorista City Club, se descubrió que el valor de cada caja era 140 por ciento
inferior, ya que cada caja costaba 49 pesos cada una, por lo que -según
Castillo- “de haberse adquirido el agua embotellada en ese establecimiento
comercial, se hubieran ahorrado un millón 458 mil 600 pesos, lo que bien se
puede usar en obra pública, seguridad, alumbrado público, o cualquier otra obra
a favor de la comunidad”.
Durante una
entrevista con ZETA, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Los
Cabos, Julio Castillo Gómez, expuso que la revisión fue solamente en una de las
cuatro partidas que se concursaron el 8 de abril de 2014, bajo el número de
licitación pública estatal EA-803008998-N03-2014, donde entre otros insumos, se
determinó comprar lo siguiente:
* Partida 1: Agua embotellada.
* Partida 2: Papelería y artículos de oficina.
* Partida 3: Material de limpieza.
* Partida 4: Tintas y toners de impresoras.
A decir por el
propio empresario, a raíz del descubrimiento iniciaría una investigación para
determinar el valor unitario y total del resto de las compras de los insumos
licitados, y “meternos a las tripas” para observar y analizar cómo y por dónde
se está fugando el dinero de los impuestos que, se supone, debería estarse
administrando correctamente; sobre todo ahora que durante la lectura del Tercer
Informe de Gobierno, observaron que no había avances en ningún rubro, ya que
supuestamente “no había dinero”.
LA COMPRA
A raíz de esa
denuncia pública, ZETA abrió una investigación para conocer el nombre del
proveedor y, según el acta del fallo, el ganador de la licitación fue Jesús
Erick Rivera Castro, quien figura como representante de la purificadora Aqua,
que se localiza en la calle Dragonero del fraccionamiento Auroras, en Cabo San
Lucas, Baja California Sur.
De acuerdo al
documento, en el concurso se registraron únicamente dos proveedores para competir
por la adquisición del agua embotellada en el Ayuntamiento de Los Cabos, uno de
ellos, Jesús Erick Rivera Castro, y el otro, Julio César Leyva Iribe,
representante de la purificadora San José Viejo.
La licitación era
para vender un mínimo de 8 mil 580 cajas de botellas de agua en presentación de
500 mililitros, y un máximo de 21 mil 450. Cada caja incluiría 24 piezas.
En base al dictamen,
la propuesta ganadora presentó un precio económicamente más razonable de 117
pesos por cada caja, lo que en dinero representa mínimo un millón 3 mil 860
pesos, y un máximo de 2 millones 509 mil 650 pesos.
Aunque hasta aquí
todo pareciera normal, durante la revisión del fallo de la licitación, ZETA
detectó que el acta del veredicto de la licitación pública estatal no fue
firmada por el supuesto dueño de la purificadora Aqua, Jesús Erick Rivera
Castro, sino por su presunto representante legal, Roel García Gaxiola, hermano
del director de comercialización del OOMSAPAS Los Cabos.
Durante un
recorrido, y en la revisión física del presunto domicilio de la purificadora,
no se encontró ningún establecimiento, únicamente domicilios particulares,
cuyos vecinos expusieron que en ese lugar “no existe” ni nunca ha existido una
purificadora de agua.
Por tal razón, este
Semanario obtuvo una copia de la licitación pública estatal de un año anterior,
a fin de verificar el nombre de los participantes y del ganador del concurso de
2013, determinando que en aquel entonces fue Leyva Iribe, quien registró como
domicilio fiscal las calles de Nayarit y Tamaulipas en San José Viejo.
Según el acta del
fallo de 2013, en esa ocasión participaron tres concursantes por un contrato de
un millón 281 mil 840 pesos:
* Julio César Leyva Iribe, de la purificadora San José
Viejo.
* Anamey Leyva Iribe, de purificadora Ana.
* Roel García Gaxiola, de Water World, S.A. de C.V.
En la revisión y
verificación física del domicilio, ZETA detectó que el local del supuesto
negocio de Julio César Leyva Iribe era ocupado nada menos que por la
purificadora Water World, S.A. de C.V., cuyos trabajadores del OOMSAPAS hacían
en ese momento reparaciones justamente afuera del negocio comercial, como se
puede apreciar en las fotos que en esta edición se publican.
LOS VÍNCULOS
Durante la
investigación, ZETA revisó los antecedentes de los ganadores de la licitación
pública estatal de 2013 y 2014, es decir, de Julio César Leyva Iribe y Jesús
Erick Rivera Castro, descubriendo que ambos tienen vínculos laborales y
familiares con el director de Comercialización del OOMSAPAS, Wilfredo García
Gaxiola “El Willy”.
El primero de ellos,
según la copia de un boletín de prensa enviado el 21 de septiembre de 2010 por
la coordinación de prensa del entonces candidato a presidente municipal de Los
Cabos, José Antonio Agúndez Montaño, resultó ser empleado de Water World, S.A.
de C.V.
De igual manera, el
escrito precisa que los propietarios de la compañía de agua organizaron y
realizaron un encuentro entre sus trabajadores y el entonces candidato, de
extracción perredista.
Según el comunicado,
el aspirante a la alcaldía agradeció a los dueños de Water World, S.A. de C.V.,
Wilfredo García Gaxiola y su esposa, Emma Gómez, las facilidades para el
encuentro: “Estamos seguros que ganaremos, porque estamos interesados en el
bienestar de la gente, dando prioridad a la entrega de los servicios
indispensables, certeza a la tenencia de la tierra, una vivienda digna,
empleos, facilitadores a la inversión y lo más importante: atención con calidad
y calidez humana a todas las personas”.
A nombre de los
trabajadores de la que llamaron “La Familia Water World”, el empleado Julio
César Leyva Iribe refrendó el respaldo de todos los trabajadores de la compañía
a favor del entonces candidato, José Antonio Agúndez Montaño, agradeciendo a su
patrón Wilfredo García Gaxiola, por mantener las fuentes de empleo de sus
compañeros, pese a la crisis económica.
En el caso del
segundo, y según datos recabados por este Semanario, resultó ser sobrino del
director de Comercialización del OOMSAPAS de Los Cabos, quien -de acuerdo al
organigrama familiar- es hijo del profesor Jesús Rivera y Beatriz Castro
Gaxiola, prima del funcionario del organismo de agua potable.
El proveedor Jesús
Erick Rivera Castro -cédula profesional 7152694- es un joven que estudió la carrera
Técnico en Hospitalidad Turística en el Colegio Nacional de Educación Nacional
Técnico, y egresó en 2011.
El 22 de febrero de
ese año, los padres del supuesto dueño de la purificadora Aqua, registraron una
compañía dedicada a la venta de abarrotes, ultramarinos y misceláneas, que
acorde con su ficha técnica, es proveedora del Ayuntamiento de Los Cabos.
La empresa tiene su
domicilio en la calle Baja California, local 1, Colonia El Zacatal de San José
del Cabo, en cuya dirección -según el padrón de proveedores de bienes y
servicios- casualmente está registrada fiscalmente una sucursal de la
purificadora de agua.
Datos recabados por
ZETA, tanto en la Secretaría de Economía como en la de Hacienda y Crédito
Público, refieren que el principal accionista de Water World, S.A. de C.V. es
Wilfredo García Gaxiola, y aparece en la lista de beneficiarios del Fondo de
Apoyo para la Micro, Pequeña y Mediana Empresas, con un crédito de 600 mil
pesos entregado en 2004.
Actualmente la
compañía cuenta con una matriz localizada en la calle Alta Tensión, Colonia El
Zacatal en San José del Cabo, y dispone de otras siete sucursales en San José
del Cabo y Cabo San Lucas, en tres de las cuales Roel García Gaxiola aparece
como representante legal, y su prima Beatriz Castro Gaxiola en otra.
LAS VIOLACIONES
En la opinión de un
abogado consultado por ZETA, el director de Comercialización del OOMSAPAS no
solo cometió un delito flagrante, sino todos aquellos que de alguna manera lo
favorecieron y lo encubrieron en la asignación de contratos millonarios, a
sabiendas de que el proveedor era servidor público, donde tan solo en los
contratos de 2013 y 2014, obtuvo ventas por 3 millones 791 mil 490 pesos, por
lo que cualquier persona que interponga una denuncia penal al funcionario y a
los presuntos implicados, bastaría para actuar en su contra.
El Artículo 46 de la
Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos en el Estado, establece
claramente que todo servidor público tiene la obligación de salvaguardar la
legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficacia que deben ser observadas
en el desempeño de su empleo cargo u comisión, exponiendo en la Fracción XI que
debe “… excusarse de intervenir
en cualquier forma en la atención,
tramitación o resolución de asuntos entre los que tenga
interés personal, familiar o de
negocios, incluyendo aquellos de los que
pueden resultar algún beneficio para él, su cónyuge o pariente
consanguíneos hasta el cuarto grado;
para con quienes tenga parentesco por afinidad o civil, o para terceros, con
los que tenga relaciones profesionales, laborales, de negocios o sociedades de
las que el servidor público o las antes referidas personas formen o hayan
formado parte, en el ámbito de la administración pública municipal (…) La limitación de
parentesco a que alude la presente disposición se aplicará hasta el segundo
grado por consanguinidad, afinidad o
civil en aquellos municipios con población de hasta cincuenta mil habitantes, y
hasta el tercer grado de parentesco por consanguinidad, afinidad o civil en
aquellos municipios con población mayor a los cincuenta mil y hasta cien mil
habitantes; en los municipios y
población mayor de cien mil habitantes, el
presente ordenamiento abarcará hasta el cuarto grado de parentesco por
consanguinidad, afinidad o civil…”.
Peor aún, según el
Codigo Penal vigente en el Estado, los funcionarios responsables de asignar el
contrato, en este caso el Comité de Compras de la Oficialía Mayor, cometieron
el delito de incumplimiento de un deber legal, ya que el Artículo 148 expone
textualmente que “comete el delito de incumplimiento de un deber legal,
cualquier servidor público que incurra dolosamente, con motivo de sus
funciones, en omisiones que produzcan daño a una persona o una ventaja indebida
a los interesados en un negocio cualquiera”.
Mientras que el
Artículo 157 del citado código establece castigo penal a quienes cometan el
delito de trafico de influencias, cuando “el servidor público que en el
desempeño de su empleo, cargo o comisión, indebidamente otorgue, por sí o por
interpósita persona, contratos, concesiones, permisos, licencias,
autorizaciones, franquicias, exenciones, efectúe compras o ventas, o realice
cualquier acto jurídico; que produzca algún beneficio económico al propio
servidor público, a su cónyuge, concubino o concubina, o para cualquiera de sus
parientes en los grados previstos por el Código Civil para el Estado, o para
cualquier tercero con el que tenga vínculos afectivos, económicos o de
dependencia administrativa directa, socios o sociedades de las que el servidor
público o las personas antes referidas formen parte”.
Los particulares -en
este caso Julio César Leyva Iribe y Jesús Erick Rivera Castro- también
incurrieron en un delito, al promover, coadyuvar o beneficiarse del cometido
por los funcionarios públicos del alcalde José Antonio Agúndez Montaño, quienes
de presentarse una denuncia penal, tendrán que pagar una multa y con prisión,
según el Artículo 165 del Código Penal del Estado.
Las reacciones
El caso de
corrupción de inmediato generó reacciones por parte del sector empresarial,
sobre todo de los integrantes del Cabildo de Los Cabos, quienes públicamente
solicitaron abrir una investigación.
El propio presidente
del Consejo Coordinador Empresarial, Julio Castillo Gómez, requirió de manera
formal una investigación y, al cierre de esta edición, había entregado la
documentación correspondiente a la Sindicatura del gobierno municipal cabeño,
donde se prueba la red de corrupción de los servidores públicos de Agúndez
Montaño.
El propio síndico
Oswaldo Murillo Martínez, responsable de la Hacienda pública municipal,
solicitó por escrito al contralor municipal de Los Cabos, Héctor Alejandro
Aréchiga de la Peña, abrir una investigación, cuyo personal a su cargo -dicho
sea de paso- firmó y validó las licitaciones públicas estatales
correspondientes a 2013 y 2014.
Hoy se sabe, el
director de comercialización del OOMSAPAS, Wilfredo García Gaxiola “El Willy”,
utilizó maliciosamente el nombre de su empleado y de su sobrino para que
figuraran públicamente como proveedores del agua embotellada, y así confundir y
distraer la atención de que el verdadero proveedor era la compañía del servidor
público. Es decir, trianguló las operaciones de compraventa para pasar
desapercibido y evitar correr riesgos.
Lo anterior porque
el propio funcionario del alcalde José Antonio Agúndez Montaño -y según un
trabajador de Oficialía Mayor- “sabía que de figurar Water World, S.A. de C.V.
como proveedor directo del ayuntamiento, violentaría la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado, y el Código Penal
Estatal”.
El propio presidente
de la Asociación de Promotores y Desarrollos Inmobiliarios de Los Cabos,
Francisco Parra Cañedo, expuso que “no es la primera vez que el Ayuntamiento de
Los Cabos compra agua embotellada a Water World, S.A. de C.V., ya que desde
siempre han sido proveedores del gobierno municipal, por la participación
activa del funcionario con el llamado Grupo de Los Cabos, particularmente con
los Agúndez”.
Sobre este escándalo
de corrupción, el alcalde fue el primero en salir a defender los excesos de sus
funcionarios, y justificó: “El proveedor salió de una licitación pública y todo
estuvo apegado a la Ley, porque -en su dicho- cumplió con los requisitos
técnicos y propuestas económicas establecidas por la Ley de Adquisiciones,
Arrendamientos y Servicios del estado”, a pesar de que la purificadora Aqua no
tiene local comercial, y tampoco existe físicamente en el domicilio registrado
por Jesús Erick Rivera Castro.
Completamente
nervioso y titubeante, el alcalde emanado del Partido de la Revolución
Democrática (PRD) salió a decir a la prensa que la asignación del contrato fue
“por una convocatoria abierta y sin entregar el contrato a una empresa en
particular, porque en este caso el ganador fue el que presentó la mejor
propuesta económica”, aunque dijo desconocer cuántas empresas se registraron en
la convocatoria.
Cuestionado sobre la
compra de más de medio millón de botellas de agua, externó que tal cantidad
“fue determinada en base al número de empleados y funcionarios, y sobre todo a
los eventos que se tienen programados durante el ejercicio fiscal de 2014”, lo
que equivale a un uso diario de mil 430 botellas de agua, sin tomar en cuenta
fines de semana y días festivos.
ZETA solicitó una
entrevista con el director comercial del Organismo Operador Municipal del
Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento en Los Cabos, Wilfrido
García Gaxiola, para que diera su versión de estos hechos; sin embargo, al
cierre de esta edición no hubo respuesta.
El agua embotellada
Concepto
|
Botellas por caja
|
Número de cajas
|
Número de botellas
|
Cantidad de botellas para consumir por día
|
Precio por compra de botellas
|
Agua embotellada en presentación de 500 mililitros
|
24
|
21,450
|
514,800
|
1,430
|
$2,509,650
|
Los vínculos laborales y familiares de “Willy”
Nombre
|
Relación
|
Roel García Gaxiola
|
Hermano
|
Beatriz Castro Gaxiola
|
Prima
|
Jesús Rivera
|
Primo político
|
Jesús Erick Rivera Castro
|
Sobrino
|
Julio César Leyva Iribe
|
Empleado
|
-
(SEMANARIO
ZETA/ Gerardo Zúñiga Pacheco/ 17 de Junio del 2014 a las 12:00:00)
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