MÉXICO,
D.F. (apro).- Uno de los pilares que sostenía a los grupos de
autodefensa ciudadana desde que nacieron el 24 de febrero de 2013 en la
Tierra Caliente, Michoacán, era su autonomía del gobierno estatal y del
federal. Esto daba legitimidad y credibilidad al movimiento, no obstante
que el uso de las armas podría ser calificado como ilegal.
Por
más de un año fueron considerados en muchas partes del país –con los
mismos problemas de violencia e inseguridad– como la respuesta más
legítima de una sociedad harta de los abusos del crimen organizado y sus
cómplices en el gobierno, las fuerzas armadas y los policías que
propiciaron un ambiente de desconfianza para cualquiera que se atrevía a
denunciar.
En los meses que estuvieron operando sin el peso de
los reflectores ni de las tentaciones del poder, el dinero y las
posiciones políticas, las autodefensas hicieron lo que los gobiernos de
Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto no pudieron: arrebatar Michoacán de
las manos de los Caballeros Templarios.
Con las armas en las
manos los calentanos primero, y los costeños y purépechas después,
avanzaron por regiones que estaban bajo el yugo de los Templarios. Les
quitaron de sus dominios 24 municipios y lograron poner en cada uno de
ellos grupos de autodefensas propios y hasta consejos ciudadanos que
hacían las veces de alcaldes o cabildos.
José Manuel Mireles, un
médico de Tepalcatepec con formación política alejada del PRI, concentró
la atención de los medios por su discurso coherente y contestatario que
chocaba con el oficial. Su figura alta, desgarbada y de tupido bigote,
con sombrero, se hizo emblemática de las autodefensas que en el primer
año mantuvieron su lejanía del gobierno federal.
Conforme pasó el
tiempo el gobierno cooptó a varios de los representantes de las
autodefensas que desde enero tomaron un papel protagónico en cada avance
que tenían en los poblados que estaban bajo el control de los
criminales Templarios.
El 4 de enero, Mireles sufrió un accidente
aéreo y ante su ausencia el comisionado del gobierno federal, Alfredo
Castillo, pidió que pusieran a otro representante de las autodefensas, y
desde entonces trepó al escenario Estanislao Beltrán, Papá Pitufo, un limonero de Buenavista Tomatlán.
Sin
la presencia de liderazgo ni el discurso político independiente del
gobierno, Estanislao Beltrán resultaba más cómodo que Mireles en los
planes del gobierno federal de desaparecer a las autodefensas, que para
entonces ya eran un icono para otros grupos inconformes con la
incapacidad e ineptitud del gobierno para combatir al crimen organizado.
El
24 de febrero, a su regreso a Tepalcatapec, y luego de su convalecencia
por el percance aéreo, Mireles recuperó las calles y entre sus pares
autodefensas no sólo el papel de vocero, sino que fue nombrado
coordinador general de las autodefensas ciudadanas. Con ese cargo el
médico cirujano se convirtió en “la piedra en el zapato” del gobierno
del priista Peña Nieto.
Durante semanas, Castillo se reunió con las autodefensas pero sin incluir a Mireles. Asistían Papá Pitufo, Alberto Gutiérrez, El Comandante Cinco;
Nicolás Sierra, jefe de la banda de Los Viagras, y otros más, con
quienes el comisionado tomó el acuerdo para el desarme y desmovilización
de las autodefensas a partir del sábado 10 de mayo.
A principios
de abril, Mireles protestó por su exclusión y después de una serie de
movilizaciones en varios municipios de Tierra Caliente y pueblos
purépechas fue invitado a las siguientes reuniones, donde era la única
voz disidente a las intenciones del gobierno federal de desaparecer a
las autodefensas. Además, denunció el enriquecimiento de algunos de sus
compañeros y su vinculación con grupos del crimen organizado.
Para
el gobierno peñista era cada vez más incómoda la presencia de Mireles
y, antes de que llegara el día del desarme, se desplegó una estrategia
para anularlo y desprestigiarlo, aprovechando las propias debilidades
del jefe de las autodefensas.
Papá Pitufo y el Comandante Cinco,
que varias veces sirvieron de mensajeros de Castillo, fueron los peones
en la estrategia gubernamental: acusaron a Mireles de deficiencia
mental, de aprovecharse del movimiento, de la muerte de cinco jóvenes en
un enfrentamiento en Caleta de Campos y solo faltó que señalaran que
también era Templario.
Lo traicionaron a pesar de haber sido
compañeros de causa. El comisionado cerró la estrategia al decir que se
investigaría a Mireles por la muerte de los jóvenes, así como de
confirmar que ya no era más el interlocutor con las autodefensas.
Hoy
el movimiento de autodefensas michoacanas dejo de existir en Tierra
Caliente. Siguen operando algunas en la región de la Costa y zona
purépecha, junto con las rondas y policías comunitarias. El gobierno
mediatizó e inutilizó al movimiento convirtiéndolo en una fuerza rural
bajo el mando de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado, la
misma que fue infiltrada por el crimen organizado.
Quizá el
gobierno federal apueste a que con la anulación del liderazgo de Mireles
podrá controlar el movimiento de autodefensas en Michoacán y lograr una
pacificación en la entidad.
Sin embargo, no toma en cuenta que ya
existen municipios, como Los Reyes, Peribán, Tocumbo, Tingüindín y
Cotija, que han rechazado la sumisión y por el contrario han expresado
su apoyo al doctor de Tepalcatepec.
También han resaltado que
persiste una intención de formar un movimiento nacional de autodefensas
que pretende canalizar la expresión de inconformidad social en todo el
país ante la incapacidad del gobierno federal de sofocar al crimen
organizado.
La anulación del liderazgo de Mireles y la
institucionalización de las autodefensas no acaba con el problema del
crimen organizado en Michoacán, tampoco la detención de los líderes de
los Templarios y el encarcelamiento de algunas autoridades, como el
exgobernador interino Jesús Reyna.
Peor aún, los grupos que antes
estaban en el estado, como el Cártel del Golfo, Los Zetas y el Cártel de
Jalisco Nueva Generación, han regresado y la estructura social que
soportó por tantos años a los Templarios sigue intacta. Tal vez haya una
pausa en la violencia, pero el problema a todas luces no ha sido
resuelto.
Twitter: @GilOlmos
/ 14 de mayo de 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario