Al
igual que los habitantes urbanos de Morelos, los ganaderos de esa misma
entidad padecen asesinatos, secuestros y extorsiones; están hartos de
la delincuencia organizada y su colusión con los poderes estatales… Pero
la diferencia es que ahora decidieron armarse, como lo han hecho ya
otros grupos de ciudadanos en distintas regiones del país, para defender
su familia y su patrimonio. Antes se habían quejado ante el gobierno de
Graco Ramírez, y esperaron respuesta… todavía en vano.
CUERNAVACA,
MOR. (Proceso).- Los ganaderos se abastecieron de armas en el sur del
estado, en municipios como Amacuzac, Puente de Ix-tla, Amayuca,
Tepalcingo, Axochiapan, Tlaltenango y Coa-tlán del Río. Dicen que ya no
van a tolerar la violencia y la inseguridad. En Coatetelco ya agarraron a
algunos abigeos y los mataron.
Tres presidentes de organizaciones
del ramo: Mario Ocampo Piedra, de la Unión Ganadera Regional del Estado
de Morelos; Roberto Reza Quiroz, del Comité Sistema Producto Bovinos
Carne del Estado, y Élfego Albavera Pérez, del Sistema Producto Bovinos
Leche, en representación de más de 5 mil productores y los demás
presidentes de las asociaciones locales, aseguran que su gremio es el
que más ha sufrido secuestros, levantones, asesinatos y extorsiones de
bandas criminales como Guerreros Unidos y, sobre todo, Los Rojos,
comandados por Silvestre Mazarí, El Carrete.
“Hay presión de los
ganaderos del estado hacia el gobernador, le exigimos que nos dé
resultado, porque de lo contrario vamos a tomar acciones muy diferentes.
Estamos dispuestos a cerrar el estado, porque no podemos seguir
permitiendo que la inseguridad y la violencia golpee tanto a nuestro
gremio. Tenemos puntos señalados en la frontera del estado, como cerrar
la autopista del Sol (México-Cuernavaca-Acapulco), para que el
presidente Enrique Peña Nieto tome cartas en el asunto. Pedimos que
vengan el Ejército y la Marina, no podemos aguantar esta situación”,
inicia Reza Quiroz.
E indica que no debe repetirse lo que sucedió
el lunes 3 en el municipio de Yautepec, donde un grupo de abigeos mató a
José Luis, un niño que pastoreaba sus borregos en los campos ejidales
de la colonia El Salitre, para robarle sus animales. “Estamos hartos de
que no haya acciones a favor de la seguridad”, dice el líder ganadero.
Recuerda
que desde el 6 de junio del año pasado muchos de ellos protestaron por
el secuestro y desaparición de Óscar Moreno, reconocido ganadero del
municipio de Amacuzac y presidente del Sistema Producto Bovinos Leche de
Morelos.
“Hemos alzado la voz ante el gobernador Graco Ramírez
Garrido Abreu, pero no hay respuesta –agrega–. Ellos (los funcionarios)
dicen que tienen tecnología con la que están buscando cómo resolver este
clima de violencia. El gobernador nos pidió que confiáramos en el nuevo
secretario de Seguridad y que tendríamos respuesta pronto.”
Abigeato en el Congreso
Marisol, la hija de Óscar Moreno, relata las circunstancias de la desaparición forzada de su padre:
“Los
conflictos que tenía mi papá datan de cuando fungió como comisariado
ejidal de Amacuzac. Detectó que había propiedades del ejido que Cándido,
papá del Carrete, y su tío Jorge Miranda se adjudicaron ilegalmente.
Como presidente del comisariado promovió un juicio para recuperar esas
propiedades. Le hablo del balneario San Juan y de la casa que está al
lado, ambos en San Gabriel de las Palmas. Después de tres años de
litigio se recuperó la propiedad para el ejido. Esto hace 10 años. Fue
el inicio de las hostilidades de esa familia contra mi padre.”
–¿Qué conflictos se suscitaron cuando los Miranda perdieron las tierras?
–En esos tres años quemaron sus parcelas de caña. Sabíamos que eran ellos porque también había agresiones verbales y anónimas.
“Era
el 6 de junio de 2012. Mi papá salió de la casa como a las 7:30 de la
mañana, se fue al rancho, estuvo allí sólo 15 minutos. A su regreso, en
la entrada del rancho, en un punto ciego lo interceptaron. Testigos
hablan de dos camionetas, la que vimos fue una verde. Se lo llevan como a
las 8:30. A las 9:15 hablaron los secuestradores, pero ya nos habían
extorsionado en otras ocasiones y mi mamá les colgó, no hizo caso.
Empezamos a buscarlo hasta que encontramos abandonada la pipa en que
viajaba. Había sangre y muestras de forcejeo.”
Recuerda que al
siguiente día los secuestradores se comunicaron. Esta vez los familiares
contestaron de inmediato. Los delincuentes les advirtieron que no le
avisaran al gobierno ni al Carrete:
“Quisieron hacernos creer que
no era El Carrete quien ordenó el levantón, porque se jactaba de que él
cuidaba la plaza. Dijeron que querían 5 millones de pesos. Apoyados por
negociadores de la Policía Federal, recibíamos pruebas de vida. Nunca me
lo quisieron pasar, pero le hacía preguntas que solo él podía contestar
y sus captores me daban la respuesta.
“A los 15 días me pidieron
que enviara por un paquete al crucero de Cuauchichinola, era una bolsa
con dos dedos de mi papá. Al día siguiente volvieron a llamar para que
fuera a Zacatepec por otro paquete. Esta vez, solo había una camioneta
con personas que amedrentaron al enviado.”
–¿Por qué esperaron cinco días para denunciar el secuestro?
–No
es el único caso. Miguel Aldama Domínguez, hijo de Enrique Aldama
Martínez, candidato al comisariado ejidal, fue secuestrado en el
municipio de Temixco. Su secuestro duró ocho días y la cantidad que
ofrecían era el tope que pensamos que nos exigirían a nosotros, de 600
mil pesos. Pensamos que iba a ser igual. Además, contactamos a Sergio
Licona Gómez, comisario de la Policía Federal en Morelos, y nos ofreció a
los negociadores.
Aldama Martínez era candidato a comisariado
ejidal y como oponente tenía al candidato del diputado y su familia. Se
llevaron a su hijo Miguel y enseguida El Carrete le ofreció ayuda para
liberarlo. Comprometido, el padre se retiró de la contienda y en
automático “ganó las elecciones Silvestre Avenicio Olivares, el
candidato de ellos”. Así tienen el control del ejido y del balneario
ejidal.
“Herlinda y Víctor Caballero, y Claudia Sifuentes, los
negociadores, reportaron que era un secuestro extraño: no tenía un
patrón. Se retiraron al mes, cuando ya no había contacto. Mi sospecha no
es directamente contra El Carrete, sino contra su tío, el diputado
Alfonso Miranda Gallegos, porque los últimos conflictos de mi papá
fueron con él, debido a que se opuso a que registrara una asociación
ganadera. Un día antes de su desaparición, en una asamblea ejidal,
tuvieron un altercado muy fuerte.”
Personas que estuvieron
presentes en la asamblea de la que habla Marisol Moreno, quienes piden
omitir su nombre, revelan que ese día Alfonso Miranda llegó con miembros
del consejo directivo de una asociación que formó. Añaden que Mario
Ocampo y Roberto Reza salieron a platicar con los representantes de la
comisión, quienes querían formar parte de la Unión Ganadera Regional.
Le
informaron a Miranda que debían llevar una solicitud a una asamblea de
la unión para ser aceptados. Lo hicieron el 5 de junio de 2013. Óscar
Moreno les contó que ese grupo hizo la asociación porque quería operar
un tianguis ganadero en Amacuzac, ya que era su forma de tener acceso a
documentos. Pero el manejo del tianguis implicaba la compraventa de
animales e iba a ser un foco de infección para los ganaderos de la
región.
“Se llama Asociación Ganadera Local General Integral de
Amacuzac y la forman como 30 socios. Se menciona que se dedican al
abigeato y necesitaban una asociación ganadera que pudiera documentar
ganado, porque a partir de ese momento se hace legal. Cuando Miranda era
alcalde, violando la ley, el municipio documentaba el ganado”, señala
Marisol Moreno.
Miranda es secretario de la Comisión de Ganadería
del Congreso del estado y días antes subió un punto de acuerdo para
llamar a comparecer al Congreso a Mario Ocampo, presidente de la Unión
Ganadera Regional, y a Margarita Galeana Torres, directora general de
Ganadería del gobierno estatal, para que explicaran por qué le negaban
el ingreso a su nueva asociación.
La solicitud fue improcedente
porque la unión es un ente privado que no tiene por qué rendirle cuentas
a la legislatura. El diputado Fernando Guadarrama se lo dijo claramente
a Miranda.
Desde entonces la familia Moreno acudió a hospitales y
servicios médicos forenses a dejar muestras de ADN. Cada vez que se
descubren fosas clandestinas acuden al lugar con la esperanza de
encontrar el cuerpo de don Óscar. Así han ido a Jojutla, Morelos, y a
Taxco, Guerrero.
–En la Subsecretaría Especializada en
Investigación de Delincuencia Organizada, de la PGR, nos tomaron las
muestras. Llevamos los dedos de mi papá para el perfil de ADN y tomaron
pruebas de sangre a mi hermano para el ADN; a mi mamá también. Acudimos
cada vez que se descubren fosas, como la reciente de Guajintlán, Taxco.
Aunque sabemos que son cuerpos con dos años enterrados, tenemos
esperanza de encontrarlo.
“Es insostenible esta situación, sobre
todo para nosotros, que vivimos allí. Es increíble la impunidad, la
manera en que se manejan, el hecho de que sepas dónde están, a qué se
dedican, y que el gobierno mismo conozca a los delincuentes y no haya
hecho nada.”
–¿Hay cobro de piso?
–Se ha ido dando en el
mercado de Puente de Ixtla, hasta tienen a una persona que recoge el
dinero. Hace dos meses pasaron a pedir cuota y comisionaron al
representante de los comerciantes para recogerla. Manejaron 5 mil pesos
por año. También pidieron cuota a las señoras que venden gorditas en la
calle, sobre la banqueta, que pagan 3 mil pesos al año. Aquí opera El
Carrete, igual que en Yautepec, y está entrando a Cuautla.
Miedo en Yautepec
Élfego
Albavera, representante del Sistema Producto Bovinos Leche, de
Yautepec, señala que Morelos ocupa el primer lugar nacional en
secuestros y que ganaderos como Bernardino Sánchez han aparecido muertos
en sus propios campos. Al mismo Albavera lo secuestraron días después
de la desaparición forzada de Óscar Moreno.
Recuerda que el año
pasado la Policía de Mando Único detenía a los ganaderos. Por ejemplo,
dice, el 29 de diciembre retuvieron al hijo de Delfino Toledano, y
aunque acreditó la propiedad de los animales lo liberaron hasta el día
siguiente; le entregaron la camioneta 10 días después. El 30 de
diciembre se le descompuso un coche cuando trillaba, y “los del Mando
Único entraron a sacarlo dentro de mi parcela a pesar de que está
cercada”.
Por eso está convencido de que las autoridades “en las
estadísticas hablan del número de detenidos por abigeato, pero todos son
dueños. Que me señalen uno solo que sí haya sido abigeo, porque en
Yautepec no detuvieron a ninguno. Todos se conocen, saben quiénes no
trabajan y se dedican a delinquir. Es un pueblo chico y a las dos o tres
de la mañana, cuando las patrullas no están, salen los abigeos cargados
con ganado de nuestros agremiados”.
Hace una semana, prosigue, a
la esposa de un excomisariado del municipio de San Carlos le quisieron
quitar a un bebé que traía en brazos; ella no lo permitió y la
apuñalaron.
–¿Ha cambiado la forma de vida del pueblo?
–Hay
muchísimo miedo. Tendrá un mes para acá que se incrementaron
drásticamente el secuestro y las muertes, tanto en cantinas como en la
calle y el campo. A un ganadero lo matan en su parcela… A otro, que se
llama Pedro Castañeda, en el bulevar, hace como 20 días… Después,
Gregorio, de Amacuzac, quien no ha aparecido.
“En San Carlos se
están realizando marchas de inconformidad. Hay un grupo de jóvenes que
se han estado manifestando en las redes sociales. Después del ataque a
la señora se hizo una asamblea del pueblo y asistió el nuevo titular de
la Secretaría de Seguridad Pública del estado, Alberto Capella Ibarra,
que habló con los habitantes sobre una estrategia para combatir la
inseguridad.”
A su vez, Rodolfo Ayala Jaime, ayudante municipal de
San Gabriel de las Palmas y expresidente de la Asociación Ganadera de
San Gabriel, narra cómo fue atacado:
“El viernes 31 de enero yo
iba llegando a mi rancho, estaba abriendo cuando llegaron 10 tipos
encapuchados y me empezaron a golpear con bates. Mientras me lastimaban
uno de ellos me dijo que era por andar de revoltoso. Fue porque no le
quise firmar un documento a Jorge Miranda Gallegos para destituir al
alcalde Noé Reynoso, a principios de enero.”
Tanto Rodolfo Ayala
como Marisol Moreno hacen responsable al diputado Alfonso Miranda, a su
hermano Jorge Miranda y a su hijo, así como a Ángel Rodríguez Ortiz
–quienes encabezan el movimiento contra el ayuntamiento de Amacuzac– de
lo que les suceda a ellos y a sus familias.
Su temor no es
infundado: hasta hace seis meses, en el rancho de Jorge Miranda entraban
y salían camionetas. Después del levantón de Óscar Moreno, el 7 de
junio, uno de los empleados de Miranda tiró un papel a la calle. Alguien
lo recogió. Decía textualmente:
“El 7 de junio de 2013 le
entregaron al Cachetes cuatro radios, que son el 9, 11,12 y 13; cuatro
pilas, una caja de carga, una caja carga y un radio del número 14”.
Luego: “8 de junio: Cuatro R, dos Smith Wesson con dos cargadores; un
mata polis, una berreta, un Braunic y 47 tiros de mata policías”.
/6 de marzo de 2014)
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