Con
el lema “veneno contra veneno”, en 2012 la organización de El Chapo
Guzmán y sus aliados del Cártel del Golfo lanzaron una campaña para
limpiar de zetas las entidades del noreste del país. Les causaron muchas
bajas, sobre todo en Tamaulipas, donde algunas poblaciones incluso
consideraron héroe al capo sinaloense porque los liberó de las
extorsiones y hostigamiento a los que estaban sometidos. Sin embargo,
con su captura los gobiernos de Coahuila, Zacatecas, Nuevo León y
Tamaulipas se mantienen en alerta ante un probable reposicionamiento de
Los Zetas en la región.
REYNOSA, TAMPS. (Proceso).- Tras la
detención de El Chapo Guzmán en Sinaloa, el estado de Tamaulipas, así
como Coahuila, Nuevo León y Zacatecas se encuentran en alerta ante una
eventual contraofensiva de Los Zetas para posicionarse en la región,
aprovechando el vacío que deja el capo y la presunta debilidad de sus
aliados del Cártel del Golfo (CDG).
Las múltiples fracturas en el
CDG –entre ellas la separación de Los Zetas de esa organización– lo
hicieron acercarse a las huestes del Chapo. Hoy, el cártel mantiene una
guerra contra los pistoleros de su antiguo brazo armado.
Meses
antes de que Felipe Calderón abandonara Los Pinos, aparecieron varias
narcomantas en avenidas de la zona metropolitana de Monterrey y otras
ciudades del noreste con la leyenda: “El veneno se combate con veneno”.
Los
autores del mensaje eran el CDG y el Cártel de Sinaloa que, decían, se
proponían limpiar de zetas Monterrey, así como ciudades de Tamaulipas,
San Luis Potosí, Zacatecas, Veracruz y Coahuila; también pedían al
Ejército les diera permiso de actuar en ese sentido. Luego, agregaban,
podían combatirlos a ellos.
Semanas después comenzaron las
ejecuciones múltiples en Monterrey, Nuevo Laredo, Ciudad Mante y otras
regiones de Tamaulipas. Aparecieron decenas de cuerpos en vehículos
abandonados con narcomensajes firmados por gente del Chapo Guzmán. En
ellos los sinaloenses advertían a Los Zetas que les iba a enseñar a
trabajar “sin extorsiones y secuestros, sin meterse con la población”.
La
narcoguerra se agudizó. Al terminar 2012 las estadísticas dieron
cuentas de 5 mil muertos en tres estados del noreste. En Nuevo León hubo
2 mil asesinatos, la mayoría de ellos en la zona metropolitana de
Monterrey, según detalló la procuraduría estatal.
Las pugnas
continúan, de ahí la decisión de las autoridades locales de instrumentar
medidas precautorias, dijo en conferencia de prensa el titular de la
dependencia, Adrián de la Garza, horas después de la captura de Guzmán
Loera.
“No hay temor, hay nada más la alerta normal, en virtud que
es una organización que tiene presencia en la República Mexicana y
otros países; en razón de esto, la autoridad del estado se encuentra
preparada para hacer frente a cualquier manifestación que pudiera surgir
con relación a esta detención”, declaró el procurador en conferencia de
prensa.
El 26 de febrero incluso se reunieron los responsables de
la seguridad de Nuevo León y Tamaulipas para coordinar acciones. Un
protocolo similar se implementó en Coahuila y Zacatecas; la vigilancia
se reforzó en las carreteras y zonas rurales donde se han concentrado
las recientes batallas de la narcoguerra…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1948 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
/5 de marzo de 2014)
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