Pasional criminal,
es la línea de investigación más fortalecida en la primera parte de la
indagatoria del homicidio del encargado de despacho del IMDET, Arturo Hachadur
Kaloyán. Policías ministeriales investigan también incendios, homicidios y
atentados criminales ocurridos en torno al funcionario
El asesinato de
Arturo Hachadur Kaloyán Aguirre, encargado de despacho del Instituto Municipal
del Deporte de Tijuana (IMDET), es un reto de los delincuentes al XXI
Ayuntamiento de Tijuana y al doctor Jorge Astiazarán como cabeza municipal, un
desafío a la Procuraduría de Justicia del Estado de Perla Ibarra, y una
provocación al gobierno de Francisco Vega de Lamadrid.
En actitud retadora,
los autores intelectuales y materiales no tuvieron problema en planear y
ejecutar el homicidio de un funcionario, y con ello, poner a prueba a la recién
estrenada autoridad municipal (16 días) y al
gobierno estatal (47 días).
Entre los
criminales, las muertes también son mensajes.
“Hacho” fue
asesinado a las siete de la tarde del lunes 16 de diciembre de 2013, convirtiéndose en el muerto número 62 en el
gobierno de Kiko Vega, y el primer
funcionario público ejecutado en la presente administración.
Contrario a otras
regiones del país, este tipo de lances
delictivos no son comunes en Baja California. Desafortunadamente es frecuente
que los traficantes ataquen o asesinen policías o directivos de las
corporaciones de Seguridad Pública, pero es inusual que ataquen a funcionarios
de otras áreas.
Los antecedentes más
recientes fueron el sub-recaudador de Rentas de Tijuana, Rogelio Sánchez
Jiménez (octubre 2009), secuestrado, torturado, asesinado, mutilado y guindado
de un puente, ya que un funcionario menor -involucrado en la entrega de
licencias a criminales con nombres falsos- le confesó a unos delincuentes que
él había entregado su foto de licencia a las fuerzas de seguridad y éstos a la
prensa; y Arturo Castellanos Ruiz, regidor de Ensenada (febrero de 2011),
acribillado en las afueras de un bar. Del primero no hubo investigación ni
detenidos, del segundo, se apresó a los autores materiales. Los intelectuales
siguen libres.
En el caso de
Kaloyán, aunque los funcionarios municipales han declarado que no existe temor
y no habrá modificación en los protocolos de seguridad, la realidad es que los
policías que aún fungen como escoltas de empleados del ayuntamiento, recibieron
órdenes precisas: “No sabemos si fue con él, o es un mensaje o de qué se trate,
por lo pronto, ustedes con la guardia arriba, aunque sus principales se
molesten o quieran otra cosa”.
LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Aunque las
indagatorias apenas inician y la Procuraduría General de Justicia del Estado
(PGJE) investiga todas las líneas posibles en el asesinato de Arturo Kaloyán –
personal, laboral y familiar-, son dos
las que se han fortalecido:
1. La primera tiene
una implicación pasional. Incluye la existencia de un hombre celoso que ya
había amenazado a “Hacho”; acusaba al deportista -refieren los investigadores-
de haberse involucrado de manera encubierta con su pareja sentimental.
Esta versión fue
proporcionada a los investigadores por personas cercanas a Kaloyán, la PGJE
cuenta ya con el nombre del sospechoso, y realiza investigaciones al respecto.
2. Criminales organizados.
En ésta se abren dos vertientes:
a) La
primera, aún no oficial, implica que la mujer mencionada en el móvil pasional,
es presumiblemente menor de edad y pareja sentimental de un hombre que encabeza
uno de los grupos delictivos que aún quedan del Cártel Arellano Félix (CAF).
b) Se
sospecha, está relacionado con los 30 o 35 taxis libres que el funcionario
poseía -algunos clonados- y rentaba a
razón de 350 pesos diarios. Investigan el perfil de los renteros de “Hacho”,
considerando que no ha sido poco común que estos autos sean usados para cometer
delitos, incluido el narcomenudeo.
En relación a la
misma hipótesis laboral, los ministeriales
indagan la invasión que desconocidos hicieron de la oficina que el
funcionario tenía en la esquina de Nicolás Bravo y Alicia María,
Fraccionamiento Sandoval y/o Ángeles, para controlar la renta de los taxis, la
misma que Kaloyán visitó minutos antes de ser acribillado.
El cuartito que luce
desaseado y no cuenta más que una mesa y tres sillas parchadas como mobiliario.
Fue invadido el mismo lunes 16 de diciembre, horas después del homicidio, pero
el empleado de “Hacho” que cuidaba el inmueble y los policías, se dieron cuenta
hasta el día siguiente. Lo único que pudieron encontrar fueron huellas de los
zapatos de las personas que usaron las sillas para mover los falsos plafones
del techo, en busca de algo que las autoridades desconocen.
Los investigadores
aún no determinan si la irrupción y búsqueda en la oficina está vinculada con
la ejecución, pero no lo descartan.
También, realizaron
las primeras indagatorias en los temas de dos viejas adicciones, apuestas y
estupefacientes. Según las primeras declaraciones de personas cercanas, ambas
superadas exitosamente.
La droga la había
dejado hace tiempo, según personas cercanas a la víctima que han sido
interrogadas. “Y en caso de consumir y deber, le cobraban con taxis y deuda
saldada, es difícilmente una razón para quitarle la vida”, refirió un
investigador.
En cuanto a su vieja
pertenencia a una especie de mafia creada por hombres adinerados de Tijuana que
organizan apuestas clandestinas en temas deportivos, donde les abren a
apostadores líneas de crédito de 10 mil hasta 50 mil dólares, no pagar puede
costar la vida, aseguraron. “Ya no jugaba… por lo menos ya no jugaba a ese
nivel, ni con ese grupo”.
COINCIDENCIAS SOSPECHOSAS QUE SE REVISAN
Otro hecho que aún
no se incorpora oficialmente al expediente, es que la madrugada del miércoles
18 de diciembre de 2013, poco más de 30 horas después que “Hacho” Kaloyán había
sido victimado, el tradicional restaurante La Leña fue consumido por un
incendio.
Sin reporte final de
Bomberos, se desconoce si el siniestro fue accidental o intencionado. Lo que sí
han determinado los investigadores, es que uno de los copropietarios de La
Leña, es consuegro de “Hacho” Kaloyán; la hija de éste último está casada con
el hijo del restaurantero.
La PGJE aún no
unifica los expedientes, porque en primera instancia, conforme a las
declaraciones del velador, el hombre no vio a nadie entrar y sí atestiguó cómo
se iniciaba una fumarola en la cocina, sin aparente intervención externa.
Entrevistados de
inicio, los propietarios tampoco manifestaron sospechas de que el siniestro hubiera
sido provocado.
Ante los dichos del
vigilante y los dueños, los investigadores asumen que no fue una quema
provocada desde afuera, “no existen indicios de ello”, sin embargo, existe la
posibilidad de que el incendio haya sido provocado desde dentro. Las
autoridades están recopilando videos para continuar la indagatoria, una vez que
la Dirección de Bomberos emita su dictamen técnico.
Otra hecho violento
que no se ha acumulado al expediente de la víctima, pero tampoco se ha descartado, incluye una indagatoria
por homicidio iniciada el 15 de julio de 2011, fecha en que Jesús Hernández
Díaz “El Kikín”, fue asesinado en la habitación 131 de Hotel Corona Plaza, en
el Bulevar Agua Caliente, Colonia Gabilondo, alrededor de las siete de la
mañana. Dos hombres entraron al hotel, derribaron la puerta del cuarto y le
dispararon. Fue impactado por ocho balas de AK-47 y dos calibre .40; en la
escena los peritos encontraron al hombre desnudo, acribillado y dos armas, una
pistola 9 milímetros y un rifle R-15 que el hombre no alcanzó a usar
En aquella
investigación, los ministeriales identificaron que Arturo Kaloyán tenía
contacto con el hombre asesinado, el último había sido dos meses antes del
homicidio, pero no hubo mayores interrogatorios al respecto.
SIN DETENIDOS
Trabajando en
operativos conjuntos desde el 7 de
diciembre de 2013 -en ocasiones incluyen a la Policía Federal-, el lunes 16 de
diciembre, alrededor de las siete de la tarde, las policías Estatal y Municipal
de Tijuana se coordinaban para la captura y consignación de unos secuestradores
que cuatro horas antes habían privado de la libertad a un hombre en la unidad
habitacional Infonavit Ejército Trigarante, en la delegación Sánchez Taboada.
Ambas corporaciones
ocupaban sus grupos especiales de policías en la liberación de la víctima -que
a la postre resultó ser también un delincuente-, y el rastreo de los seis plagiarios que finalmente
fueron detenidos y presentados ante las autoridades, por eso no pusieron mucha
atención cuando escucharon por radio el reporte de un hombre baleado en la zona
de la Ermita.
A esas horas y con
los esfuerzos extraordinarios concentrados en la privación de la libertad, la
alerta telefónica levantada por testigos del ataque a “Hacho” Kaloyán, no
sirvieron para que las fuerzas del orden hicieran un cerco y detuvieran a los
presuntos responsables como en otras ocasiones.
Los reportes al
Centro de Mando iniciaron a las 19:01:31 horas. Primero informaron de disparos
con arma de fuego, segundos después, las llamadas denunciaron un “vehículo con
impactos de bala”, y posteriormente, los
telefonemas lo mencionaron como un automóvil sedán con las luces prendidas.
A las 19:02:10
horas, policías municipales se reportaron al Centro de Control, Comando
Comunicación y Cómputo, y reclasificaron el reporte a lesionado con arma de
fuego.
“Hay una persona a
bordo del carro”, informaron. Los uniformados ya habían hablado con algunos
testigos, y todos habían comentado que no vieron a quienes dispararon.
A las siete de la
tarde con 14 minutos, el supervisor policiaco que llegó a la escena informó que
la persona falleció en el lugar, donde los uniformados tomaron descripción de
los autos de los agresores que los testigos vieron huir. Dos rumbo a la calle Ermita, una
Explorer y un carro compacto blanco, y otros dos compactos por la calle Melchor
Ocampo, en sentido opuesto a la Ermita.
En los siguientes
minutos, policías vieron detuvieron varios autos que coincidían con las
descripciones, pero ninguno resultó con implicaciones.
Extraoficialmente,
desde la primera hora se dieron cuenta que la víctima era el encargado de
despacho del IMDET, pero durante los primeros 90 minutos, no hubo mención
oficial a través de los radios.
Fue hasta las
22:47:48 horas, tres horas y media después del homicidio, que la persona
fallecida por arma de fuego fue
identificada oficialmente como Arturo Hachadur Kaloyán Aguirre, de 55 años de
edad, y se reportó que en la escena del crimen se encontraron siete cartuchos.
La identificación se
dio cuando los jefes policiacos corrieron los datos del auto Volkswagen Bora 2006, placas
nacionales AKT1448, donde fue ultimada la víctima. Estaba a nombre de una
mujer, y en la base de datos aparecía
como su esposo, Arturo Hachadur Kaloyán Aguirre.
Los hechos
En el lugar, algunos testigos dijeron que de
lejos, escucharon huir con arrancón a
por lo menos a dos autos. Hablaron de una Explorer y de un compacto que
podría ser un Jetta o un Focus blanco.
Sin embargo, en las
imágenes obtenidas por la PGJE -en la que no se ven ni caras ni placas-, se
aprecia la participación de criminales en por lo menos tres vehículos, y la
presunta colaboración de personas en un cuarto carro.
Los tiempos indican
que Kaloyán no estuvo más de 30 minutos en la oficina donde arrendaba y daba
mantenimiento a sus más de treinta taxis. Antes de las seis de la tarde del 16
de diciembre, había recibido la llamada de su empleado, indicándole que tenía 5
mil pesos de las rentas para que fuera a recogerlos y así lo acordaron. Llegó
aproximadamente a las 6:40 pm, recibió el dinero y verificó qué arreglos
necesitaban las unidades. Poco después de las siete de la noche, salió en
reversa de la oficina y tomó la calle Alicia María rumbo al sur, hacia el
Bulevar Agua Caliente.
Sus atacantes habían
llegado a la zona con varios minutos de antelación, uno, la Explorer, con los
homicidas materiales, se puso a circular en la zona, mayormente daba vueltas
por la calle Melchor Ocampo.
Los otros tres autos se estacionaron en la calle Alicia
María, dos rumbo al norte, viendo hacia la oficina de “Hacho”, en la cuadra que
va de la calle Guillermo Prieto y Melchor Ocampo, uno en cada esquina. Los
separaba entre manzana y manzana y media del negocio del finado funcionario.
El cuarto auto se
estacionó en la esquina de Guillermo Prieto y Alicia María, pero rumbo al sur,
la oficina de la víctima quedaba a poco más de una cuadra a sus espaldas.
Kaloyán salió,
estaba a media cuadra, en la manzana entre Nicolás Bravo y Guillermo Prieto,
cuando el tripulante del primer carro que lo vio de frente, hizo cambio de
luces y, conforme a las autoridades, esa fue la señal para que el auto estacionado
en el mismo sentido que transitaba la víctima, encendiera y se pusiera al
frente para obstruirle el paso. Fue bajando la velocidad hasta que
prácticamente provocó choque, para entonces ya estaban cerca de la calle
Melchor Ocampo, y la Explorer donde iban los homicidas, ya había pasado por un lado de “Hacho” y habían dado la
vuelta.
Como los cómplices
hicieron alto total, Kaloyán metió reversa, abriendo un espacio entre ambas
unidades, para entonces ya tenía a la
Explorer detrás, el conductor del auto con el homicida maniobró y
repentinamente quedó en el espacio hecho entre el auto que bloqueó y el de
“Hacho”. En ese momento se escucharon siete disparos, que significa que
descargaron completa el arma calibre 45
que usaron para matarlo.
Todos huyeron en
rumbos diferentes, pero el auto compacto que lo bloqueó, recogió a un hombre al
doblar la esquina de Melchor Ocampo.
El arma
Los primeros indicios periciales indicaron que
el arma había sido utilizada en un asalto a la tienda Ley de Otay el 19 de
febrero de 2009, hecho en el que tres
empleados resultaron heridos, pero no con arma de fuego. En aquel evento los
delincuentes dispararon al aire y golpearon a las víctimas.
De las siete armas
percutidas en la escena, solo cuatro dieron en el carro, y dos penetraron el
cuerpo de Kaloyán. La ausencia de precisión indica a los investigadores que los
perpetradores estaban en movimiento mientras disparaban, y pueden no ser
profesionales.
En cuanto a las
cuatro balas que hicieron impacto en el auto, la trayectoria fue “… de
izquierda a derecha, con desviación descendente y de adelante hacia atrás,
desde el punto del tirador hasta el punto del impacto…”, según los peritos de
la Procuraduría.
Una bala dejó un
rozón externo en la puerta izquierda trasera; de los tres que entraron al auto,
uno ingresó sin hacer daño a la víctima e impactó en el respaldo del copiloto.
Salió por la puerta, del lado derecho.
En cuanto a los
tiros que le quitaron la vida a “Hacho”, el Servicio Médico Forense determinó
la siguiente trayectoria: “De atrás hacia adelante, de izquierda a derecha, y
de abajo hacia arriba”.
Uno pasó rozando su
brazo derecho, penetró por la axila y se incrustó en un músculo cerca del
cuello; el segundo entró por un costado, cerca de la cadera, y el proyectil fue
localizado en su brazo derecho, perforándole los pulmones.
Arturo Kaloyán murió
porque una de las balas provocó que el corazón no pudiera bombear sangre a los órganos, y éstos dejaron
de funcionar.
Otros expedientes
Consultados los
antecedentes judiciales de Kaloyán Aguirre, en los registros de incidentes se
pudo encontrar que en 2007 apareció como indiciado en una averiguación previa,
acusado de abuso de autoridad y delitos en materia electoral.
Adicionalmente, como
ofendido forma parte de una averiguación iniciada en 2012 por homicidio en
grado de tentativa, robo con violencia,
robo de vehículo y lesiones calificadas. Como presuntos agresores aparecen
Pedro Rosales Martínez y Pablo Macalier
Gómez.
Entre 2009 y 2013,
“Hacho” aparece como ofendido en siete expedientes por robos con violencia y
robo de vehículo, y como indiciado en otros expedientes relacionados con daños
en propiedad ajena y manejar en estado de ebriedad.
Ante los
representantes de los medios de comunicación,
José María González Martínez, subprocurador contra la Delincuencia
Organizada, así como la procuradora Perla Ibarra, informaron que todas las
líneas de investigación continúan abiertas y están trabajando de manera
coordinada con la Policía Municipal -para encontrar más imágenes de los
criminales en otras cámaras de la ciudad-
y con agencias de Estados Unidos -para clarificar videos-, con la
finalidad de identificar a los asesinos y sus cómplices.
Conforme a los reportes de la Municipal, hasta el jueves 19
de diciembre de 2013, los criminales involucrados en el asesinato de “Hacho”
Kaloyán no habían abandonado los autos, en tanto los oficiales continuaban la
búsqueda.
ASÍ FUE
Dibujo 304
1.- Sale
Hacho de la oficina, va por la calle Alicia María hacía el bulevar Díaz Ordaz…
2.- Un carro
estacionado poco adelante, recibe una señal de otro vehículo y bloquea el paso
a Hacho…
3.- Un
vehículo “Explorer” sale una cuadra adelante y circula por la calle Alicia
María en sentido contrario a Hacho y luego da vuelta…
4.- El carro
que hace la señal al vehículo 2…
5.- Hacho se
ve forzado a detenerse y recula…
6.- La
“Explorer” que venía ya en la misma dirección, lo alcanza y le cierra el paso…
7.- El
vehículo 2 recoge a un individuo a la vuelta de la Melchor Ocampo…
(SEMANARIO
ZETA/ Investigaciones ZETA / Diciembre 23, 2013 12:01 PM
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