La
madrugada del pasado 18 de diciembre, elementos de un equipo especial
de la Marina cercaron por aire y tierra un conglomerado de condominios
con vista al mar conocido con el nombre de Las Palomas, en Puerto
Peñasco, Sonora.
El objetivo
estaba plenamente identificado: Capturar vivo o muerto a Gonzalo Izunza
Izunza, el “Macho Prieto”, uno de los principales operadores del Cártel
de Sinaloa en la zona, junto con Luis Fernando Castro Villa y/o Cenobio
Flores Pacho el Checo, el “Seis” y/o el “Oaxaco”.
La información sobre el sitio donde se
guarecía el narcotraficante no fue producto de un trabajo de
inteligencia, sino de una traición de altos mandos de la organización
para la que trabajaba, según revela el semanario Zeta de Tijuana, Baja
California.
Según el texto, el “Macho Prieto” ya era
un estorbo para el grupo porque estaba matando a otros miembros de la
misma mafia para expandir su hegemonía de la región.
“Era muy desobediente”, dijeron fuentes consultadas.
Fue así como las autoridades federales
“cazaron” al narcotraficante en la lujosa zona de Puerto Peñasco la
madrugada del miércoles 18 de diciembre, con un saldo de cinco muertos,
uno de los cuales correspondía al operador de Ismael el “Mayo” Zambada,
cuyo cadáver fue recogido por sus propios compañeros, de acuerdo con la
versión de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).
Ni la Procuraduría General de la
República (PGR) ni la CNS revelaron la identidad del resto de los
cadáveres que, a decir de Zeta, hasta la semana pasada se encontraban
todavía en una agencia funeraria.
Según el semanario Zeta, los problemas
para el exjefe de escoltas de el “Mayo” Zambada comenzaron hace tres
años, cuando vivió en Tijuana, huyendo de los sicarios del mismo cártel
para el que operaba.
La causa: El 12 de diciembre de 2010 en
la carretera Sonoyta-Puerto Peñasco, el “Macho” Prieto había asesinado o
mandado matar al Paulo Osorio Payón, el “Pablo”. Esta persona era
cercana a José Manuel Torres Félix, el “Ondeado”, un líder criminal de
la mafia sinaloense y consuegro del “Mayo”, y había dado la orden de
asesinar a Izunza.
Enterado del plan, el “Macho Prieto” se
dio a la tarea de comprar armas en Estados Unidos para enfrentarse a
Torres Félix, pero éste fue asesinado en octubre de 2012 en un
enfrentamiento con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Con el terreno despejado, el “Macho
Prieto” regresó a su base de operaciones criminales en Puerto Peñasco,
donde continuó invadiendo territorios de otras células delictivas y
matando a sus socios criminales para controlarlas.
Considerado por sus propios socios como
un tipo violento –se le achacan más de 80 crímenes—y fichado por el
Gobierno estadunidense, quien lo ubicó en la lista de los capos más
peligrosos, el “Macho Prieto” comenzó entonces a convertirse en un
problema y fue así que sus propios jefes lo traicionaron al pasar
información a las autoridades federales sobre su ubicación.
La madrugada del miércoles 18 de
diciembre, un grupo especial de la Marina llegó hasta Las Palomas y
acordonó el área, con la ayuda de dos helicópteros.
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