Jesús Daniel Mendoza
Hernández, apodado “El Tomate”, de 21 años y uno de los dos detenidos por el
multihomicidio ocurrido en la colonia Morelos Zaragoza, dijo que en el
asesinato participaron dos personas: él, quien se quedó afuera vigilando la
casa y Édgar Uriel Luján Guevara, de 31, quien entró a la vivienda.
El detenido fue
expuesto ante los medios de comunicación que tuvieron oportunidad de participar
en dos sesiones de preguntas y respuestas. Édgar Uriel no respondió ninguna
pregunta y temblaba de pies a cabeza mientras era interrogado.
Por las respuestas
de Jesús Daniel, se presume que el asesinato de ocho personas, entre ellas tres
niños, fue cometido por un adeudo de mil 500 pesos “por la monta de un perro”.
Mendoza Hernández
dijo que fue arrestado afuera de su casa, que no ha sido torturado, ni
aleccionado para responder a las preguntas de los reporteros, y que tampoco
declaró bajo amenazas.
– ¿Qué fue lo que
sucedió, por qué te detuvieron?
– Por homicidio
– ¿Qué fue lo que
sucedió ese día?
– Nada, nada más me
hablaron para que cuidara la puerta.
– ¿Quién te habló?
– Édgar.
– ¿Y quién ingresó y
quién asesinó a la familia?
– Es que yo me quedé en la puerta.
– ¿Quién entró?
– Nomás ingreso él (Édgar).
– El fiscal acaba de
decir que usted participó en el hecho y que usted estuvo dentro de la casa.
– Estuve en la
puerta nomás.
– ¿Nomás en la
puerta? ¿Tu mataste a alguien?
– No.
– ¿Te ofrecieron
dinero?
– No.
– ¿Te torturaron?
– No.
– ¿Te golpearon?
– No.
– ¿Dónde te
detuvieron?
– Afuera de mi casa.
– ¿Cuándo te
agarraron?
– El lunes, al
mediodía.
– ¿Traías puesta la
misma ropa con la que se presentó el asesinato?
– No.
– ¿Por qué, si no
estuviste adentro de la casa, la Fiscalía dice que encontraron rastros de
sangre en tu ropa?
– Porque fue cuando
entré a recoger el dinero. Sí, sí entré.
– ¿Cuánto dinero
recogiste?
– Dos mil quinientos
pesos
– Dos mil 500 pesos
¿Te quedaste tú con ellos?
– No.
– ¿A quién se los
diste?
– Los entregué al
que estaba conmigo.
– ¿Quién estaba contigo?
– El que está a mi
lado (Édgar).
– ¿De dónde
recogiste ese dinero?
– De unas carteras.
– ¿Ya estaban todos
asesinados?
– No.
– ¿A quién habían
matado cuando tú ingresaste al domicilio?
– Nomás a Max y a
otra señora.
– ¿Nomás a ellos
dos?
– Sí.
– ¿Y quién fue el
que asesinó a los niños, a las mujeres?
– Eso no lo vi.
– ¿No lo viste? ¿Y
quiénes se quedaron adentro?
– Él nada más.
– ¿Él y quién más?
– Solo.
– No sé, yo estuve
afuera 15 minutos, nomás en el portón.
– ¿En 15 minutos hicieron
todo?
– Sí.
– ¿Estabas sólo?
– Sí.
– Y los perros,
¿viste perros tú?
– Sí.
– ¿Cuántos perros
había?
– Tres.
– ¿Qué pasó con esos
perros?
– Se quedaron en la casa.
– ¿No los quisieron
morder cuando quisieron entrar a la casa?
– No.
– ¿Ustedes qué
fueron a hacer específicamente ese día a la casa? ¿Cuál era el objetivo de
entrar a la casa?
– A cobrar un
dinero.
– ¿De qué era ese
dinero?
– De una monta de un
perro.
– ¿Y cuánto dinero
era lo que se debía?
– Mil quinientos
pesos.
– Pero ¿sabías que
iban a matarlos? ¿Por qué te quedaste en la puerta?
– No sabía que iban
a eso.
– A ti, ¿cuánto te
pagaron?
– Nada, no me tocó
nada.
– ¿Quiénes eran las
otras personas que participaron ahí en ese domicilio?
– Nadie más.
– ¿Nomás ustedes
dos?
– Sí.
– ¿A quién le diste
el dinero?
– A él.
– La Fiscalía dice
que fueron cuatro personas las que participaron... ¿A quién le debían ese
dinero?
– A ellos…a él.
– Cuando dices a
ellos ¿a quién te refieres?
Luego se interroga a
Édgar Uriel Luján Guevara, quien no responde y tiembla de pies a cabeza.
– ¿Cómo te llamas?
¿Usted es Edgar? ¿Qué sucedió, por qué asesinar a los niños y a las mujeres
¿Todo lo que dice la Fiscalía es cierto? Edgar, ¿de qué te acuerdas? ¿Te
llevaron al hospital? ¿Te golpearon?.
Más preguntas: ¿Tienes problemas, Edgar? ¿No puedes hablar?
¿No quieres hablar? ¿No tienes nada que decir?
– Daniel, ¿qué pasó
ese día, qué ocurrió?
– Fuimos a cobrar un
dinero.
– ¿Nada más? ¿Eso
fue todo lo que pasó? ¿Y la gente que quedó ahí, porque quedó muerta, entonces?
– No sé, yo me quedé
en la puerta.
– ¿Asesinaste a
alguien?
– No.
– ¿De dónde conocías
a Max?
– De un grupo que
tenemos de perros.
– ¿Peleas de perros?
– Un club.
– ¿La deuda por qué
fue?
– Una monta.
– ¿Quién te contrató
para ir ahí?
– Nadie.
– ¿Por qué fuiste?
– Porque nomás los
miré que estaban ahí platicando y me acerqué.
– ¿Ingresaste al
lugar?
– Sí.
– ¿Cuántas personas
llegaron a la casa?
– Dos.
– ¿Y los otros dos
(qué buscan las autoridades)?
– No, nada más
éramos dos.
– ¿Entonces ustedes
dos fueron los que las mataron?
– No, yo no asesiné
a nadie.
lsosa@redaccion.diario.com.mx
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ Luz del Carmen Sosa / 2013-11-20 | 23:48)
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