Fue su mejor amiga en la preparatoria y tuvo con ella un agradable encuentro, pese a que la vio demasiado blanca.
Redacción
¿Es posible que tu mejor amigo venga a despedirse después de su
muerte? A continuación presento un caso verídico e impactante ocurrido a
una excompañera de clases y que, no cabe duda, causa impacto, sobre
todo porque conocí a la persona que hace alusión. Este es su relato:
"Hace un tiempo, yo trabajaba en un hospital muy moderno, al norte de
la ciudad, era el año 2006 y a principios de noviembre mi abuelo
falleció. Mi familia es muy yucateca, numerosa y muy unida, así que este
acontecimiento nos entristeció a todos de sobremanera.
"Al sábado siguiente del funeral, salí del trabajo como a las 3 p.m., y
tomé el autobús para dirigirme a casa de mis padres, ahí estaban mis
hijos. El camión pasa en la puerta de la casa de quien fuera mi mejor
amiga en la preparatoria, pero, al salir de la escuela y con el paso del
tiempo, nos distanciamos.
Agradable encuentro
"Ese día, mi amiga se subió al camión en el que yo viajaba, se acercó y
nos saludamos como si el tiempo no hubiese pasado, recuerdo que estaba
vestida de blanco y llevaba el cabello rizado hasta la cintura, en un
tono demasiado claro para mi gusto, pero no se lo dije.
"Conversamos. Preguntó por mis hijos y la familia, le conté lo que
acababa de pasar con mi abuelo, ella respondió que no preocupara que él
estaba en paz y ya había dejado de sufrir. Cuando el camión llegó a casa
de mis padres, nos despedimos de beso en la mejilla y me comentó que ya
estaba comprometida, que se iba a casar y que me hablaría para
invitarme.
"Bajé del autobús y cuando llegué con mis padres les comenté del encuentro con mi amiga. De ahí no pasó a más.
"Transcurrió el mes y llegó diciembre. En los hospitales es horrible,
pues, con la entrega de aguinaldos, todo el mundo programa sus
operaciones para esas fechas, así que estábamos llenos y con muchísimo
trabajo. Uno de esos días vi pasar a Omar, amigo de muchos años, que
había conocido en casa de mi amiga, pero no lo pude saludar, ya que
tenía mucha gente por atender. Cuando se retiró vi que iba acompañado de
Isabel, una chica que trabajaba en uno de los laboratorios del
hospital, pasaron los días y se me olvidó el encuentro.
"En enero de 2007, el hospital ya había pasado su tiempo crítico y no
teníamos tanto trabajo y, cuando vi a Isabel, le pregunté de dónde
conocía a Omar y me explicó que era su esposo.
"Y le dije: 'Ah, yo soy amiga de la hermanita de Javier, de hecho, nos
llevábamos muchísimo en la prepa, conozco a toda la familia', y ella me
preguntó '¿Qué hermana, la que murió?', pero no le contesté, solo le
dije que había viajado con ella en el camión en noviembre, mientras iba a
casa de mis papás.
La cruda realidad
"Ella me dijo que no podía ser porque ya tenía tiempo que había
fallecido en un accidente en la carretera a Cancún, mientras venía a
Mérida acompañada de su novio, con el que se iba a casar.
"Como me negaba a creer lo que me decía, le marcamos a Omar y me lo
pasaron. Después de los saludos, le pregunté: 'Oye, cómo está mi amiga',
él respondió: 'Lo siento, ella falleció en diciembre de 2005', solté el
teléfono y quedé pálida. Me tuvieron que comprar un refresco para que
reaccionara.
"Aún ingenua e incrédula de lo que me habían dicho, me dediqué a buscar
obituarios y notas de accidentes de ese mes y año, cual sería mi
sorpresa al constatar que, efectivamente, el día que vi a mi amiga
estaba a punto de cumplir un año de fallecida, en un accidente
automovilístico en la carretera Cancún-Mérida.
"Por eso, y desde ese entonces, siempre he dicho que si te encuentras
en la calle a algún amigo o familiar lejano que hace tiempo que no ves,
no le niegues el saludo, pues no sabes si en realidad sólo vino a
despedirse".
(Con información de Milenio Novedades Sipse) Jorge
Moreno/SIPSE
(TABASCO HOY/N Redacción / 10 de Agosto 2013)
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