Cristian Torres Cruz
Un hombre de 57 años
murió en las instalaciones de la Policía Municipal luego de ser detenido por
una falta administrativa –bajo el influjo de drogas– en el Puerto de San
Felipe, la familia acusa a los agentes como responsables del deceso. En el
Centro de Readaptación Social de Mexicali otro interno falleció, éste por una
descarga eléctrica de cables en la celda
El jueves 11 de
julio de 2013, Juan Vargas Gutiérrez había tenido una noche complicada. Los
dolores en su brazo derecho no le dejaron conciliar el sueño hasta entrada la
madrugada. Al día siguiente se despertó temprano y se alistó para acudir a la
unidad médica del Instituto Mexicano del Seguro Social. Fue la última vez que
se le vio en vida.
En el trayecto al
Hospital lo detuvieron agentes de la Policía Municipal, y la siguiente
información que tuvieron sus familiares, fue que había muerto en los separos de
la Dirección de Seguridad Pública en el puerto de San Felipe.
Los uniformados
declararon el caso como un suicidio. De acuerdo a las primeras declaraciones de
los agentes municipales, Juan Vargas utilizó los calcetines para amarrarlos y
con ellos hacer la soga para ahorcarse. Los Policías cambiarían esa versión.
Ante agentes del Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia del
Estado, explicaron que el fallecido despedazó la camiseta que traía puesta y
con los retazos hizo la cuerda para quitarse la vida.
La familia de Juan
Vargas no quedó conforme con ninguna de las dos versiones. El jueves 18 de
julio se manifestaron públicamente por lo acontecido e interpusieron quejas y
denuncias en la Procuraduría de Derechos Humanos, en la Sindicatura Municipal y
ante la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Juan tenía 57 años
al momento de su muerte, durante los últimos meses había trabajado de velador
en un negocio de un primo, por lo que durante las tardes apoyaba con las
labores domésticas, según narra su esposa Guadalupe Becerra Ramírez.
Ese día Vargas
Gutiérrez desayunó a las 7 de la mañana, media hora después salió de su
domicilio ubicado entre las avenidas Topolobambo y Eucaliptos en la colonia
Primera Sección, y cuando se dirigía a la unidad médica fue detenido por los
agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, Mónico Toribio
Villanueva y José Abraham Uribe Granaos.
Fue trasladado a la
sub comandancia municipal ubicada en la avenida Isla de Cedros, donde fue
certificado por el doctor Óscar Efrén Zúñiga Rodríguez, quien de hecho se
encuentra en investigación por Sindicatura Municipal ante la falta de cuidado
al no percatarse del estado en el que se encontraba el detenido y no haberle
recetado algún medicamento.
En la investigación
también se encuentra Jessica Marisol Benítez Arias, agente encargada de separos
de la subcomandancia, por omisión de cuidados en el área responsable.
Los municipales
justificaron la detención de Juan Vargas, “porque era asiduo consumidor de
marihuana”, incluso ya había sido detenido en por lo menos un par de ocasiones
por la misma situación.
Cuando Vargas era
detenido, su esposa Guadalupe recibió una llamada. El número indicaba que era
del celular de su marido, al parecer el teléfono celular se marcó en el
forcejeo con los agentes municipales, la mujer dice que alcanzó a escuchar
cuando él suplicó: “hágame el paro, voy al seguro”, después de eso la llamada
se interrumpió. Ante tal escucha, Guadalupe supuso que su esposo había sido
detenido y acudió a la sub comandancia de la Policía Municipal para tramitar la
liberación.
Cuando la mujer
llegó a las instalaciones municipales eran las 7:50 de la mañana, solicitó
información y le dijeron que Juan se encontraba en el área de barandilla, pero
no habló con él. Los agentes le informaron que el hombre se encontraba
intoxicado al momento de la detención y que sería sancionado con cautiverio por
la falta administrativa.
A Guadalupe solo le
entregaron algunas pertenencias de su esposo, entre ellas las agujetas de los
zapatos y el cinto, uno de los hijos de Vargas se apresuró para conseguir
prestado, pagar la multa y que su padre fuese liberado, pero cuando arribó
–cerca de las 10 de la mañana– aún no había llegado el juez y el joven se
retiró con la intención de regresar horas después.
El hijo de Juan
Vargas regresó a las dos de la tarde a la sub comandancia. Traía consigo una
torta para darle de comer a su padre. Uno de los agentes se le acercó, lo llevó
a una pequeña oficina y le informó que su papá se había quitado la vida. El
Servicio Médico Forense ya había recogido el cuerpo sin antes notificar a la
familia.
De hecho a los
familiares de Vargas no les permitieron ver el cuerpo, hasta después que le fue
practicada la autopsia; aun así, dicen tener evidencia del maltrato policíaco
que sufrió el fallecido. Afirman que el cuerpo tenía golpes en la frente, en el
ojo derecho y en los antebrazos. En un costado tenía una marca como de tolete o
varilla, por lo que tomaron fotografías para documentarlo.
Convencidos de
irregularidades en las condiciones en que perdió la vida Vargas, sus familiares
organizaron una marcha manifestación que recorrió de la gasolinera de la calle
principal hasta el malecón porteño.
La señora Guadalupe
afirmó que le han dado diferentes versiones de la muerte de su esposo, la
primera fue que con los calcetines se había ahorcado, sin embargo ella explicó
que al momento de la muerte su esposo llevaba calcetines tipo tobillera por lo
que la versión termina siendo inverosímil, después le indicaron que fue con una
camiseta pero cuando fue entregado el cuerpo por Semefo ya no pudo confirmar
los datos.
Juan Carlos
Buenrostro Molina, Director de Averiguaciones Previas y Control de Procesos,
afirmó que en las indagatorias presentadas ante la PGJE los agentes refirieron
que el suicidio fue con la camiseta. Y que el individuo dio positivo para
marihuana y heroína.
Muerte por
ahorcamiento: SEMEFO
Según el reporte en
posesión de Francisco Acuña Campa, titular del Servicio Médico Forense en el
Estado, no existen dudas sobre el ahorcamiento como causa de muerte.
De acuerdo a la redacción
del médico legista de San Felipe, la huella de violencia se trata de un surco
incompleto oblicuo característico de un ahorcamiento: “Presenta protusión
lingual, que es inherente al ahorcamiento, es muy normal que el ahorcado se le
proture la sangre y se vea amoratado, no hay huellas importantes al exterior y
presenta fenómenos cadavéricos que a veces se confunden con lesiones”.
Señaló que esta
especie de moretones se presenta debido a que la sangre no coagula; dijo que
aunque existieran otras lesiones no son causa determinante de muerte.
PENDIENTES DE LAS QUEJAS
El subdirector de la
policía municipal de Mexicali, Alejandro Lora, afirmó que se han atendido todas
las quejas que presenta la ciudadanía contra los agentes municipales.
Señaló que según los
reportes policiacos, Juan Vargas fue detenido por encontrarse bajo los efectos
de una droga, por lo que fue turnado al juez calificador el cual lo sanciona en
celdas.
“Desafortunadamente
en una oportunidad aprovecha para con los calcetines hacer una forma de cuerda
y se priva de la vida colgándose de uno de los barrotes de la celda, sin duda
es un hecho lamentable, inmediatamente se le dio vista a Sindicatura y a la
Procuraduría, quienes hicieron el levantamiento de actas y circunstancias y
haciendo las investigaciones correspondientes”.
Lora afirmó que en
caso de que al finalizar las investigaciones exista alguna imputación para
alguno de los elementos a cargo incluyendo detención y custodia habrá sanciones
en caso de encontrase alguna responsabilidad.
El subcomandante
informó que en las celdas existen cámaras de vigilancia, pero que por el ángulo
en el que se encontraba el detenido no logró captar el momento preciso de la
muerte. “Nosotros no tenemos ningún antecedente de que esta persona hubiera
sido golpeada previamente, pero tampoco vamos a poner en duda a los ciudadanos
y familiares, que sean las autoridades correspondientes quienes a través de la
investigación determinen si hubo alguna lesión”, indicó el jefe policiaco.
Durante un recorrido
por el puerto de San Felipe, diversas personas señalaron abuso de agentes
policiacos quienes tienen la consigna de detener a toda persona que camine por
la calle, aunque las denuncias se realizaron de manera anónima y ante este
reportero, los entrevistados acusan a los agentes de meterse a las casas sin
consentimiento y realizar detenciones de manera abusiva, las más constantes
fueron en la colonia Los Arcos y Primera Sección.
Cuestionado sobre
estas aseveraciones, Alejandro Lora dijo que no se tienen parámetros al alza en
cuanto a denuncias hacia los agentes policiacos, afirmó que es natural que
muchos de los ciudadanos que fueron detenidos no se encuentren de acuerdo con
el uso de la fuerza aunque hubieran puesto resistencia.
Otro muerto, pero en
el CERESO
La Secretaría de
Seguridad Pública del Estado informó que el domingo 21 de julio del 2013,
falleció de forma accidental en el Centro de Reinserción Social de Mexicali el
interno Alejandro Camacho Hernández de 40 años de edad, luego de manipular unos
cables de corriente eléctrica, los cuales generaron una descarga eléctrica que
le provocó la muerte.
Según las
autoridades del Sistema Estatal Penitenciario, cerca de las 8 de la noche al
pasar lista de asistencia encontraron a
Camacho Hernández inconsciente; solicitaron apoyo urgente a la unidad médica
sin embargo la persona ya había fallecido. Fue declarado muerto a las 8 con 12
minutos.
Camacho fue
internado en el Centro de Readaptación Social el 19 de febrero por los delitos
de posesión de heroína y metanfetamina, por su parte el Jefe del Servicio
Médico Forense, Francisco Acuña Campa confirmó la muerte por descarga
eléctrica, la cual ingresó por uno de los dedos de la mano derecha con salida
por una de las costillas del occiso.
Por su parte el Director de Averiguaciones Previas y
Control de Procesos, Juan Carlos Buenrostro Molina señaló que recibieron el
reporte de una persona electrocutada en la celda 230 por lo que se trasladaron
elementos de la policía ministerial encontrando el cuerpo sin vida.
“Presentaba lesiones
en dedo índice, pulgar, rodilla derecha, nariz y mentón, al parecer recibió una
fuerte descarga eléctrica, al parecer se encontraba maniobrando con unos cables
los cuales también causaron las lesiones de otro interno que señala que estaba
llenando unos tambos de agua y alcanzó a tocar unos tubos de metal cercanos al
lugar, esta persona responde al nombre de Julio Francisco Soto Ponce de 23
años, quien presenta lesiones en sus manos”.
Dijo que se está
trabajando al interior del Cereso, donde se les han dado las facilidades para
realizar la inspección del área y la reconstrucción de los hechos.
Señaló que hasta el
momento se desconoce por qué se encontraba manipulando los cables, Buenrostro
Molina afirmó que Camacho Hernández aún se encontraba en espera de sentencia.
(SEMANARIO
ZETA/ Cristian Torres Cruz/ julio 29, 2013 12:00)
No hay comentarios:
Publicar un comentario